Por: José Antonio Torres Iriarte
El Perú necesita afirmar la libertad y dar pasos seguros hacía la institucionalidad democrática en un contexto internacional signado por los efectos de una crisis sanitaria de alcance global, que en nuestro país ha causado la muerte de más de 200 mil connacionales, generando aumento de la pobreza y el desempleo.
El gobierno de Pedro Castillo no ha cedido en sus objetivos políticos y avanza hacía la toma del poder, conforme a los preceptos del marxismo leninismo. La interrupción del debate parlamentario, luego de la exposición de la Premier Vásquez ante el Congreso, representó un receso político, que el poder Ejecutivo ha aprovechado para solicitar la delegación de facultades para legislar en materia tributaria, a la vez ha interpuesto una acción de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, respecto a la ley que precisa los alcances de la llamada “cuestión de confianza”. Por otro lado, el viaje oficial de Pedro Castillo a Bolivia, considero que va más allá de la realización de un Gabinete Binacional y se inserta en la línea del afianzamiento de los lazos políticos con un gobierno que ha legalizado el cultivo de la hoja de coca, fomentando el desarrollo de una economía cocalera con proyección internacional.
La larga vigencia de la FARC en Colombia fue posible por la abierta alianza entre el narcotráfico y la guerrilla; mientras que en el Perú, luego de la derrota militar de Sendero Luminoso en los años noventa, el sector de militantes que se opuso a la línea política de Abimael Guzmán, tuvo claro que el VRAEM seria su territorio y que la actividad cocalera ilegal seria su actividad habitual, para ello no tuvieron reparo en estrechar los lazos con el narcotráfico asentado en la zona. No seamos ingenuos, el actual gobierno so pretexto de pretender reivindicar los usos ancestrales de la hoja de coca, está impulsando las bases de una economía cocalera, que bajo la apariencia de legalidad, multiplique los cultivos e inserte a nuestro país, en los circuitos financieros del narcotráfico internacional.
Perú Libre es una organización criminal, su líder Vladimir Cerrón ha sido sentenciado por corrupción, varios integrantes de esta agrupación política, tienen mandato de detención preventiva y se presume que la campaña presidencial de Pedro Castillo fue financiada con fondos procedentes de actividades ilegales. Los organismos electorales han actuado con abierta parcialidad y por cierto la ONPE no ha realizado la más elemental fiscalización sobre la procedencia de los fondos de campaña de Perú Libre.
La Asamblea Constituyente como iniciativa es parte de un proyecto influenciado por Cuba y Venezuela en especial; sin embargo en materia del impulso a una economía cocalera en nuestro país; es evidente que el gobierno de Bolivia y Evo Morales están jugando un papel decisivo.
El Perú debe afirmar su libertad, no estamos ante un proyecto integracionista que promueva la unidad económica de América Latina, para una mejor inserción en la economía internacional; todo lo contrario, el neomarxismo y el neosenderismo avanzan hacía la puesta en vigencia de una dictadura, que destruya el aparato productivo nacional, genere pobreza y establezca un Estado totalitario.
El Gabinete presidido por Mirtha Vásquez no merece el voto de investidura; más aún cuando el Ministro de Educación pretende quebrar la meritocracia en el magisterio nacional, el Ministro de Relaciones Exteriores acepta una línea de política exterior que no comparte, sin olvidar que es evidente que el Ministro de Economía, Pedro Francke está motivado no por decisiones racionales, sino por motivaciones que lindan en el resentimiento y la inquina.
El Perú necesita retomar la senda del crecimiento y reducir la pobreza, para ello es indispensable atraer inversión extranjera y multiplicar la inversión nacional; sin embargo a pocos días de cumplirse los primeros 100 días de gobierno, crece la desaprobación presidencial y el Perú pierde cada vez más el respeto de la comunidad internacional.
El Congreso de la República, como expresión plural de la democracia y la movilización ciudadana, deben cumplir un papel protagónico en las próximas semanas.