Política

TODOS SOMOS IGUALES: ASÍ NOS MECIERON

Por: Fernando Valdivia Correa

A pocas horas de asumir el mando presidencial, Pedro Castillo Terrones está solo, o mejor dicho sigue aislado, recibiendo dizque a “personalidades políticas” en su residencia del distrito de Breña, pero sin tomar decisión alguna sobre su futuro equipo de gobierno que lo acompañará en su aventura palaciega. No hay nombres para el premierato u otro ministerio. Se escuchan voces, en ocasiones gritos, de distintas fuentes, entre periodistas y políticos. De todas, menos del profesor Pedro. Y eso, a estas alturas, sí que es preocupante. Solo un saludo protocolar –vía redes sociales– a la señora María del Carmen Alva por su elección como Presidente de la Mesa Directiva del Parlamento. Si pues, quizá esté revisando hojas de vida o, lo más probable, sea la enorme presión interna que esté recibiendo por parte de la cúpula de la franquicia que lo llevó al poder, y que esto último lo haga literalmente “meter la pata”. Sucedió esto con la designación –a propuesta de la Vice Dina Boluarte– del General EP (r) Wilson Barrantes como encargado de la comisión de transferencia en el Ministerio de Defensa, que originó feroces y fundadas críticas al ser ampliamente conocida su radical postura de apoyo al MOVADEF (órgano de fachada de Sendero Luminoso) y específicamente del genocida terrorista Abimael Guzmán. Inmediatamente, el autodenominado “palabra de maestro” llamó telefónicamente a la ministra de Defensa, Nuria Esparch, para indicarle que tal comisión estará a cargo del Coronel PNP (r) Óscar Ramírez Vera.

Estas idas y vueltas revelan la tamaña improvisación con que sigue manejando asuntos de cara a su próximo gobierno; es decir, no tiene la mínima idea del manejo de la gestión pública. Asimismo, demuestra que las decisiones políticas de trascendencia son tomadas por otros actores, como en el caso del electo congresista Guillermo Bermejo, también de postura radical, quien ha respaldado insistentemente a Pedro Najar para que sea designado como Premier, afirmando que “Es el partido quien ha ganado las elecciones, es el partido quien tiene que ver los asuntos de Estado”. Tímidamente, Castillo respondió no dejarse sorprender con listas y nombres de posibles gabinetes que vienen circulando: son trascendidos y especulaciones”.

Otro personaje, cada vez más encumbrado y pérfido a la vez, es Vladimir Cerrón Rojas. Como dueño de Perú Libre y padre político del cercano inquilino de palacio de Gobierno, hace lo que le da la gana con la anuencia –por acción u omisión– del propio Castillo. Ahí está la cena de bienvenida que le ofreció al exdictador boliviano Evo Morales a su arribo a nuestra capital en un conocido y exclusivo restaurante cuya facturación –que probablemente sobrepasó los 3500 soles– fue pagada íntegramente con su propio peculio (claro que seguimos preguntándonos, en realidad ¿con la de quién?). Tanto que el propio Evo aclaró que la reunión sirvió para coordinar una “agenda de integración programática”. Desde luego, con el mandamás.

Inclusive, un día antes, se presentó despreocupado en el centro de convenciones donde el próximo presidente se reunía con todo el equipo de transferencia de gestión (saliente y entrante), por lo que sería válido preguntarnos ¿Qué hacía ahí?. Coincidimos por ello con el influyente y conservador diario The Washington Post cuando describiendo a Cerrón refiere: “encabeza el sector que dará batalla para evitar una posible moderación del presidente y que buscará que se logren los objetivos trazados, entre ellos la convocatoria a una asamblea constituyente que redacte una nueva Constitución”. Todo un dolor de cabeza (troncos y extremidades) para el bisoño mandatario.

Atrás quedó la frase del mismo Castillo donde replicaba que Cerrón no ingresaba a Palacio ni de portero. Como bastante lejana empieza a sonar la frase “No más pobres en un país rico” que nos mecía en plena campaña electoral de segunda vuelta. Parafraseando a George Orwell ha resultado que “todos somos iguales……, pero algunos somos más iguales que otros”.

2 Comentarios

  1. No me haga reír, el Washington Post, ¿conservador? Será de su propio estatus. La famosa réplica de Castillo, que nunca aclaraba nada, ¿Quién les ha dicho eso? Ahora la va a poder completar: tenía razón.

    1. Castillo, al fiel estilo caviar, ¿impondrá “su democracia”, también al estilo caviar o
      quizás radical? (si Cerrón presiona más)
      Esa, “su democracia caviar o radical”, es una interpretación “fáctica” del término “democracia” (recordando a Vizcarra)
      Es una “democracia dictatorial”, es decir, realmente no será una “democracia”; pero para él, si lo será.

Dejar una respuesta