Por: José Romero
Hoy el Perú hubiera cumplido 200 años como República libre e independiente. Desgraciadamente no llegamos a esa efemérides.
Hoy no tenemos qué celebrar. Un grupo de aventureros ha llegado a Palacio de Gobierno, tras un fraude, para quizás repetir lo que han hecho en Junín.
Aquellos que forjaron la Peruanidad, los Padres de la Patria, Precursores, Próceres y Héroes, se revolverán en sus tumbas y querrán intentar hacer lo que cobardes y traidores no quisieron.
El Perú , país que no acabó de construir su identidad, hoy vuelve a estar en peligro de ser inviable como en aquellos primeros años de los caudillos militares, de la infausta guerra con Chile o en los años 80s cuando naufragamos en medio del terrorismo y la hiperinflación.
En esos tres dramáticos hitos hubo sin embargo quienes dieron su vida para salvar el honor y el futuro del Perú. Civiles y militares, gente de toda condición social y raza dieron la talla; que hoy no dan quienes están obligados a darla.
Por años escuché a militares de voz bronca y el pecho lleno de medallas hablar de proteger a la Patria contra enemigos internos y externos. Hoy cualquier pretexto es bueno para soslayar su responsabilidad histórica.
El Perú ha sido entregado al comunismo y a sus aliados del Grupo de Puebla y algunos frente a ello amparan sus miedos diciendo que no son deliberantes. Ni Grau, ni Bolognesi ni menos el Niño Héroe Manuel Bonilla pusieron pretextos en la hora suprema. Hoy la traición se consumó.
Ni los 100 años, de la Guerra con Chile; ni el centenario con Leguía, menos el Sesquicentenario en el Velascato ocasionaron tanta expectativa. La pandemia y la incapacidad de corruptos e incapaces aguaron la fiesta y hoy cuando deberíamos cantar “Somos Libres” solo nos queda enfrentar al comunismo antipatria y resistir.
Cuando más negra es la noche, más cerca está el amanecer. Eso no lo duden. Aún hay esperanzas a pesar de todo con el logro en el Congreso.
Hoy no tenemos nada que celebrar. Es hora de luchar.
¡Viva el Perú!
