Por: Luciano Revoredo
Desde hace unos días los medios de comunicación y las redes sociales vinculados al grupo de la caviarada que está rebotando de manera muy activa los pormenores y secuelas de la suspensión de la Fiscal Patricia Benavides, difundieron lo que para ellos es “la bomba”: los asesores en la sombra de la mencionada fiscal serían ni más ni menos que el exministro aprista Hernán Garrido Lecca y el abogado José Luis Hauyón. No quiero entrar a los pormenores de las distintas acusaciones que se les ha hecho sino en algo que me compete directamente al ser quien presentó una denuncia por lavado de activos y otra por enriquecimiento ilícito contra Paola Ugaz Cruz. Trataré de ser breve.
Luego de publicada la noticia de los “asesores en la sombra”, salieron la mencionada periodista Ugaz, Pedro Salinas Chacaltana y Daniel Yovera, entre otros de la ya conocida argolla, a decir que esa era la “pieza” que faltaba para terminar de armar el rompecabezas de la persecución que vienen sufriendo por parte del Sodalicio: Hauyón, sindicado como abogado en el Caso Sodalicio, según las declaraciones de Vela Barba y Villanueva, sería el nexo entre esa institución y la Fiscalía y, por tanto, quien habría operado para que avancen las causas en contra de Ugaz y de sus amigos.
La celebración que hicieron fue por todo lo alto, cantando victoria como si todos los casos se fueran a cerrar porque el grupo de amigos de la cofradía caviar ya habría retomado el poder en la Fiscalía, encabezada hoy por el Fiscal Villena quien, según los aplaudidos chats de Villanueva, estaría amenazado por Gorriti, maestro y guía de Paola Ugaz.
El entusiasmo mostrado hasta el momento parece un tanto exagerado. El supuestamente “fugado” Garrido Lecca volvió al Perú y se paseó por cuánta entrevista le quisieron hacer (Epicentro y Canal N, incluidos), dando explicaciones razonables a muchas de las supuestas acciones que habría llevado a cabo influyendo en la Junta Nacional de Justicia para que se nombre a Benavides, entre otras tantas.
Por otro lado, empiezan a aparecer datos que dibujan un panorama lleno de grises. Por ejemplo, en el programa del 20 de diciembre dirigido por la periodista Milagros Leyva en Willax, el abogado Luis Pacheco Mandujano afirmó tajantemente que Paola Ugaz era asesora “ad honorem” de Pablo Sánchez en la Fiscalía. Y que había llegado a esa posición gracias, ni más ni menos, que a Jaime Villanueva. Claro, estas informaciones no son parte de la “narrativa” que prodigan en sus canales de YouTube y cuentas de X diversos expertos y líderes de opinión que conforman el ecosistema de desinformación progre.
Creo que es bueno recordar que, en lo que a mí me compete, la denuncia presentada en contra de Ugaz por asuntos relacionados con la gestión de la corrupta Susana Villarán se realizó en un tiempo en el que Patricia Benavides no era Fiscal de la Nación y la cercanía del abogado Hauyón con ella no era gravitante. Como se puede ver, hay una falla temporal significativa en su argumentación. Cabe decir también que, independientemente de mi caso, si ser asesor de un Fiscal de la Nación pone a una persona en situación de influir en carpetas fiscales o lanzar persecuciones, la misma lógica debería aplicarse para Paola Ugaz mientras fue asesora del fiscal Pablo Sánchez. ¿O en su caso no es así?
Por otro lado, los periodistas que acusan una “persecución” suelen enlistar varios casos de querellas en su contra. En efecto, hay querellas interpuestas por mí —y también contra mí por Pedro Salinas, por ejemplo—, por el Sr. Gómez de la Torre, o las que interpuso Mons. José Eguren contra Pedro Salinas y Paola Ugaz. Pero lo que les falta precisar es que las querellas no se ven en el Ministerio Público sino en el Poder judicial.
Concediendo hipotéticamente que los denunciantes hubiéramos actuado “organizados” y en “modo persecución” operados por el asesor en la sombra —lo cual es falso y solo existe en la imaginación prodigiosa de ese grupete de ahijados de Gorriti—, ¿qué papel hubiera podido jugar José Luis Hauyón o la mismísima Patricia Benavides en el Poder judicial, instancia donde, repito, se ven las querellas? Vale recordar también que Pedro Salinas me querelló y perdí en primera instancia. ¿Qué habría pasado aquí con el súper poderoso Hauyón?
En el caso que yo presenté contra Paola Ugaz por lavado de activos, habría que recordar también que lo archivaron durante la gestión de Patricia Benavides. ¿Cómo así Hauyón ejerció “poder” ahí? Por otro lado, la denuncia que presenté contra Ugaz por enriquecimiento ilícito sigue su curso. Pero sería bueno ayudarlos con la memoria (aunque nunca les interese decirlo) que dicha denuncia la hice como ciudadano basado en las evidencias publicadas en distintos medios y que tienen que ver con su trabajo como funcionaria de confianza de la corrupta gestión de Susana Villarán. No por su labor periodística como investigadora del caso Sodalicio.
Finalmente, es importante resaltar que la “pieza” faltante son las declaraciones de dos personas:
- Un colaborador eficaz quien ya fue desmentido por la Junta Nacional de Justicia, la Clínica San Pablo, Hernán Garrido Lecca, entre otros. Y claro, la parte en la que Gorriti amenaza fiscales declarada en los chats de la misma fuente que usan ellos para validar su “pieza faltante”, no es parte de la partitura de su orquesta.
- Un fiscal cuestionado que recién decide hablar cuando lo destituyen.
En todo caso, así como ellos exigen aclaraciones públicas para sus enemigos, sería bueno que Paola Ugaz Cruz aclare qué hacía “ad honorem” en la Fiscalía de Pablo Sánchez y era, según Pacheco Mandujano, una entusiasta periodista que había llegado a esa institución gracias al ahora tan importante Jaime Villanueva. Ni más ni menos.