La columna del Director

PALABRAS DE LUCIANO REVOREDO EN EL FORO SOBRE BATALLA CULTURAL EN EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA

El Foro Batalla Cultural al Globalismo Internacional y el Enfoque de Género en la Gestión del Estado, fue organizado por el congresista Jorge Montoya de Renovación Popular

Batalla cultural

 Desde que la revolución cambió de eje y dejó de centrarse en la lucha de clases y en lo económico y se trasladó a la toma del poder a través de la cultura, nos encontramos ante lo que se ha definido como la batalla cultural.

El progresismo globalista con su bandera del arco iris nos ha llevado al terreno de lo incierto, a un mundo sin certezas, al terreno del relativismo, a una lucha antropológica que concluye en una absoluta redefinición del ser humano.

En la vieja dicotomía que planteaba Platón entre la doxa, es decir la opinión y la episteme, es decir el conocimiento científico o basado en la verdad, el mundo tomado por el dogma progresista ha optado por la doxa, por lo opinable, por las percepciones, se rechaza la biología, la ciencia, la verdad y se abraza lo relativo.

Se impone así una especie de religión laica y fundamentalista con sus respectivos dogmas como la ideología de género, el animalismo, el ambientalismo, el sobrepoblamiento, el aborto y por supuesto es una religión que no acepta disidentes. Tiene sus puritanos y su inquisición que no duda en aplicar la llamada cancelación. Para eso cuenta con toda una maquinaria perfectamente programada.

Frente a esto ¿qué ha hecho nuestra derecha tradicional? Defender el libre mercado y dejarles el terreno libre. Por eso es tiempo de que surja una nueva derecha, sin complejos y con la autoridad suficiente para dar la batalla en el terreno económico, claro que si, pero principalmente en el cultural. En la defensa de valores no negociables como la vida, la familia y la libertad.

 Sentido de las palabras

 Se nos ha pedido enfocar esta batalla desde el punto de vista de las comunicaciones, sobre el rol de la prensa en la batalla cultural. En esta línea debo partir por admitir que empezamos esta batalla con notable desventaja.

Los progresistas nos han tomado la delantera hace mucho tiempo. Han inoculado su virus en primer lugar en el lenguaje. Los medios hablan y comunican en el lenguaje del progresismo. Y al usar su lenguaje piensan en sus categorías.

Se impone con urgencia combatir ese virus y evitar que se extienda la neolengua que han creado e impuesto. Denunciarla y, obviamente, no usarla. Está claro que al cambiar el significado de las palabras se termina por cambiar la realidad o como les gusta a los progres la precepción de la realidad.

Cuando hablo de esa neolengua inventada por el progresismo siempre recurro al viejo Humpty Dumpty. Como se sabe es un personaje infantil representado como un huevo gigante de aspecto antropomórfico. Diversas historias y viejas leyendas inglesas hablan de él. Aparece sentado en un muro desde el que arrogante diserta y pontifica para finalmente caer.

Ustedes se preguntarán qué tiene que ver este personaje con el progresismo. “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí” de Lewis Carroll, es como la segunda parte de “Alicia en el país de las maravillas”, en este texto uno de los diálogos más notables es el que se da entre Alicia y Humpty Dumpty, al que ella encuentra, como corresponde, sentado en lo alto de un muro. Alicia lo ve y se inicia una conversación extraordinaria. Ella en su ingenuidad comete varios “errores” que el arrogante y fatuo Humpty no acepta y se producen momentos de tensión. Él usa las palabras de otro modo, les cambia el significado y ella se lo increpa. Finalmente, ante tanta incomprensión se da el siguiente intercambio de palabras:

Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso– quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.

 –La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

 –La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo.

Aquí Carrol nos revela una de las claves del poder y una de las claves del sometimiento. Hoy lo vemos claramente cuando un progresismo empoderado y presuntuoso sentado en lo alto de un muro nos va cambiando el sentido de las palabras para, a partir del lenguaje, ejercer un poder sobre las mentes.

Es así como se pretende imponer el absurdo lenguaje inclusivo, toda una neolengua derivada de la ideología de género, o una larga lista de eufemismos para disfrazar la revolución de buenas intenciones. Baste citar el uso de frases como “interrupción del embarazo”, para renombrar al horrendo crimen del aborto.

“La cuestión es saber quién es el que manda…, eso es todo”, dice Humpty Dumpty y es la verdad. Ellos van a terminar mandando si permitimos la imposición de este falso lenguaje, si entramos al juego de hablar en su falaz e ideologizado idioma.

Educación

El gran problema que enfrentamos empieza en este terreno. En el campo de la educación la progresía viene corriendo sola hace décadas. Para empezar, el MINEDU es coto privado del progresismo. Los planes de estudios, los sílabos, todo está tomado ideológicamente. Esto en inicial, primaria y secundaria. Basta recordar aquel penoso incidente del los links con contenido pornográfico que se encontró en los textos escolares en los días en que ocupaba la cartera de educación la señora Flor Pablo, hoy Congresista de la República.

Pero lo que podríamos llamar los campos de entrenamiento del progresismo son las universidades. Aquí los jóvenes ya no aprenden a pensar, ahora aprenden qué pensar. Los puntos de vista de la llamada ideología ‘Woke’ o progresistas son pilares de los cursos y planes de estudio. Las opiniones disidentes se silencian.

Victimización

Todo lo anterior se consolida con la muy efectiva cultura de la victimización. Mediante este recurso se fomenta la capacidad de ofenderse y de resolver los agravios que genera esta ofensa mediante la intervención de los demás, una falsa empatía que genera el cargamontón en favor de la víctima. La aplanadora progre que termina por canonizar a la víctima y destruir al disidente al que se le cuelga el rótulo de alguna infame fobia. Surgen así los homofóbicos, los transfóbicos, los gordofóbicos y un largo etcétera. Los cuales deben ser marginados y por supuesto reeducados.

Reeducación

 La reeducación al estilo de las sociedades totalitarias que imaginaron Orwell o Huxley son una realidad. En otras realidades la situación es más grave. El globalismo tiene dos campos de ensayo en América. En el Norte Canadá y en el Sur Argentina. Cuando quieran saber lo que se viene ahí tienen el menú. Todo ese cuento perverso de las nuevas masculinidades, que no es otra cosa que formar hombres afeminados, la reducción de la patria potestad, la mayor injerencia del estado en la  formación de los niños, programas para reeducar a blancos tóxicos, para evitar la apropiación cultural, o lo que ya es una realidad en nuestro país, el Decreto Supremo 010 de agosto de 2022 que obliga a que todos los servidores públicos sean capacitados con 12 horas académicas en enfoque de género y en un enfoque transversal de derechos humanos e interculturalidad. Esto en el mundo no solo es parte de un plan totalitario estatal. También está a nivel de las grandes empresas, por ejemplo, el 90% de las empresas de la lista Fortune 500, ya tienen un responsable de diversidad e inclusión.

Batalla Cultural y papel de la Prensa

 En este contexto el papel de la prensa es fundamental. Pero resulta que también está tomada. Y el problema empieza más o menos tal cual lo hemos venido describiendo. Un joven quiere ser periodista o comunicador y lo primero que enfrenta es que todas las facultades a las que puede acceder están tomadas por el progresismo. Se ve sometido a cinco años de adoctrinamiento. Si es sólido en sus valores e ideas tal vez sobreviva a esta sobredosis ideológica.

Pero llegará el momento de ejercer la profesión y en los medios la situación será peor. Se encontrarán en que enfrentan a una sólida mayoría de colegas de izquierda. Se someterán entonces a lo que la politóloga y periodista alemana Elisabeth Noelle-Neumann definió como la espiral de silencio, que es la teoría parte del supuesto de que las personas temen al aislamiento y, al manifestar sus opiniones, primero tratan de identificar las ideas de los demás, opinar como la mayoría y no sentirse aislado. Entonces el joven periodista, por temor a ser el diferente se suma a la mayoría.

Al hablar del lenguaje comentamos que de tanto hablar de una forma uno termina pensando de esa forma.

Esta idea de la espiral del silencio se aplica también a la sociedad. Ya que las personas quieren ser aceptadas, tienden a sumarse a las opiniones de las mayorías. Es así como los medios haciendo uso de su poder, manipulan a la sociedad e imponen modelos de pensamiento. Lo propio hacen las industrias del entretenimiento. Podríamos hacer toda una conferencia sobre por ejemplo las películas de animación y la ideologización de los niños.

Esta es la realidad. Pero prestemos atención a que no hay un lugar, empresa o institución que no requiera un comunicador.

Ante esto caben dos urgentes vías. La primera trabajar en la formación de comunicadores y periodistas para romper esa hegemonía, romper la espiral del silencio y dar la batalla cultural y por otro lado promover medios alternativos. Es en este último sentido que hace ocho años iniciamos el proyecto de La Abeja desde el cual venimos dando la batalla cultural.

También es muy importante promover y masificar encuentros como este en los que se puede reflexionar e intercambiar ideas sobre qué hacer ante el desafío que nos plantea la ofensiva del globalismo progresista.

1 comentario

  1. Pues lo primero saber que las grandes empresas aplican la ideología aquella, debido a los dueños de los megafondos de inversión tipo blackrock, vanguard, state street, entre otros son los administradores de los mayores capitales del mundo y deciden a quién le prestan, y una de las condiciones que ponen es la de adherir a su ideología. Luego esas empresas tienen a la mayoría de otras empresas, literalmente de las gónadas. Y ese es el tema que el capitalismo está diseñado para el dominio del gran capital, que ahora empieza a ser desafiado desde el brics. Y esa probablemente sea parte de la solución.

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