Vida y familia

LA ACTUAL FALSA EMPATÍA POR EL BULLYING

Por: María Ximena Rondón

Esta semana, el bullying en las escuelas del Perú ha acaparado todas las luces, y ha oscurecido temas importantes ligados a la corrupción perpetrada por el presidente y sus familiares/amigos.

Tras el “dramático” caso de Gabriela Sevilla, que hasta la fecha sigue generando noticias y rating, llegó la “triste” novedad de que una adolescente se lanzó de uno de los pisos de un colegio Saco Oliveros debido al bullying. La muchacha se encuentra en UCI y temen por su vida. Sus padres aparecieron en varios medios de comunicación y el tema ha dado de qué hablar durante días. Oportunamente, hace unos días, la población fue informada sobre otro niño que también se lanzó del techo de su escuela por bullying.

Todos estos acontecimientos ocurrieron a la par de la excarcelación de Yenifer Paredes (pese a la existencia de fuertes evidencias que la hacen culpable) y de los intentos de victimización de la primera dama Lila Paredes.

Como si no quisieran perderse el tren de turno, todo el mundo se subió a los vagones de los políticamente correcto y se lamentaban sobre el terrible drama del bullying ¿Qué fácil resulta condenar una situación así verdad? ¿Cuántos habrán experimentado un bullying severo? Pues, siendo esta autora una víctima de un bullying severo (que llegó hasta agresiones físicas), me parece una atrocidad y una aberración que utilicen algo tan terrible como un circo mediático para distraer la atención de la gente sobre los actos de corrupción del gobierno.

Para concientizar sobre el terrible daño que representa el bullying, resumiré mi caso: Durante toda la primaria estudié en un colegio bueno y prestigioso (cuyo nombre no daré). En esa época, quienes teníamos TDH no éramos tratados con la consideración y la paciencia de la actualidad. Muchas veces los profesores no tenían paciencia y dejaban pasar muchas cosas. Una de ellas, era el bullying. Un grupo de niños, especialmente uno de ellos, durante los últimos años de primera hizo de mi vida un infierno sobre la tierra.

Todos los días se burlaban de mí y no solo con apodos, sino también con frases como “no deberías haber nacido” o “solo eres un experimento fallido”. Además, que, a veces, destrozaban mis cosas y me golpeaban. Por más que mis padres reclamaron y escribieron al colegio, NUNCA hubo una solución y lo único que yo pedía, era una escapatoria de ese infierno. Imagínense que todos los días alguien les diga que es basura y fea ¿Cómo podrían vivir? Incluso llega un momento en el que tus padres no pueden ayudarte porque no pueden protegerte si los profesores no ponen un pare.

Años después, debido a mi apariencia física y acné grave, sufrí bullying por ello durante la secundaria. No fue tan intenso como el previo, pero bastó para detonar ciertas cosas. La mente es poderosa y muchas veces, uno llega a verse como un monstruo delante de un espejo. Incluso hasta en la adultez, es un fantasma que siempre nos perseguirá. Algunas personas te dicen fríamente “vete a terapia”, cuando a veces es muy difícil contarle o abrirle el corazón a un extraño o quienes lo sugieren no tienen idea de lo destruido que uno queda por dentro. Para superarlo, el camino es muy largo y la ayuda de Dios es crucial. Muchas veces, uno siente que es una escoria y se pregunta para qué vive. Es una existencia cruel y si tus seres queridos no te ayudan, puedes acabar con tu vida. Yo algunas veces todavía sigo viéndome al espejo como un ser repulsivo y pienso que ningún buen hombre (especialmente los atractivos) jamás querrían estar con alguien como yo. Me aterra. De todas maneras, uno siempre lucha con ello.

De hecho, si sobrevives a eso, tienes una coraza única que permite vivir cosas peores. Por ejemplo, fui a Egipto a ayudar a los cristianos perseguidos y viví en carne propia lo que es que te amenacen de muerte por causa de tu fe. Por ningún motivo iba a apostatar y prefería la muerte. Quizás ese dolor previo me dio la fuerza para soportarlo.

Ahora, sé que mi caso no es el único y hasta los hay peores. Y es muy indignante ver cómo nuestro sufrimiento es utilizado y manipulado por los medios de comunicación. Sí, es despreciable. Pero… ¿Saben qué es más despreciable en la moralidad peruana?

Todos recordarán la noticia de una joven que estafó a cientos con entradas para el concierto de Daddy Yankee. Tiempo después, ella salió a jactarse de que ya se había gastado el dinero. Luego, apareció en Milán promoviendo eventos.

Muchos alabaron la “viveza” de la mujer y se rieron en la cara de la justicia. Sí, esas son las mismas personas que se lamentan por el bullying y por Gabriela Sevilla.

¿Saben qué es peor? De muy buenas fuentes (que permanecerán anónimas por seguridad), esta autora se enteró que el Ministerio de Educación ha prohibido a los colegios expulsar, suspender y sancionar a los alumnos. Entonces, si en una escuela hay niños que agreden a otros, ¿Qué clase de solución hay? Las palabras de “no hagas eso” no bastan para un agresor. Si no hay consecuencias para los malos actos, si no hay una debida preparación para los profesores ¿Creen que el bullying se detendrá? Pero todo se solucionará lamentándose ¿Verdad?

El propio sistema educativo y la patética mentalidad peruana de “apoyar y celebrar al vivo” son las trabas para solucionar este problema. Incluso muchos te dicen “es que no puedes ser tan bueno” o “necesitas calle” ¿Y acaso la calle te hará mejor persona? ¿Acaso una mala conducta te hará una buena persona? Realmente, por esta mentalidad es que tenemos a un presidente como Pedro Castillo y no se llega a una solución para sacarlo del poder. Lo peor de todo, es que muchos se dejan manipular por empatías falsas y solo son borregos para los intereses de otros. No olvidemos a los bicentenarios.

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