La columna del Director

DELIRIOS VEGANOS CAUSAN DAÑO Y MUERTE DE NIÑOS

Por: Luciano Revoredo

En los últimos tiempos el fanatismo de animalistas, veganos y demás anormales que colocan al ser humano a la cola de la escala de la naturaleza, ha venido teniendo consecuencias fatales. Los vemos haciendo el ridículo a la entrada de las plazas de toros, en las granjas, en calles y plazas con caras famélicas tratando de hacernos sentir culpa por el último bife ancho del que dimos cuenta.

Claro que todo esto no sería más que otra faceta más del absurdo progresista con el cual tenemos que convivir, sino estuviera convirtiéndose en un problema que puede incluso atentar contra la vida y la salud de los niños más inocentes.

Es el caso de aquellos frikis que se hacen llamar veganos y que excluyen de su alimentación cualquier producto de origen animal (incluidos los lácteos y los huevos) y evitan las prendas del mismo origen. Los especialistas aseguran que los veganos pueden sufrir inconvenientes en su desarrollo físico e intelectual si no reciben el triptófano que está contenido en las proteínas de origen animal y alimenta a las neuronas del cerebro, ya que las vitaminas vegetales no son completas.

Esto está claro. Entonces si un adulto llevado por sus delirios y fantasías decide atentar contra su salud y vivir de lechugas y alpiste, es su problema. Alguien de su entorno familiar habrá de llevarlo a una terapia psiquiátrica y ayudarlo así. Lo que es inaceptable es cuando estos dementes someten a sus niños, incluso recién nacidos, a estos experimentos nutricionales.

Ya son numerosos los casos de niños afectados. Hace un tiempo una pequeña sufrió de parálisis cerebral irreversible por la insensatez de sus padres veganos en Australia. Ahora ha causado gran revuelo la muerte por malnutrición de un niño de 18 meses en Florida.

El caso es que un jurado del estado de Florida halló culpable a Sheila O’Leary, de 35 años, acusada de causar la muerte por malnutrición de su hijo de 18 meses, a quien alimentó con una estricta dieta vegana basada en frutas y verduras crudas.

Sheila O’Leary, de Cape Coral, fue acusada de los delitos de “asesinato en primer grado, abuso infantil agravado de un menor, negligencia y abuso infantiles”, según informó el canal WINKS News. Ahora es probable que reciba una condena de cadena perpetua.

​La mujer fue detenida junto a su esposo, Ryan O’Leary, y declaró que la familia era vegana, y que la dieta de los niños era a base de alimentos crudos,  principalmente mangos, plátanos y paltas. El pequeño de 18 meses recibía además leche materna. El médico forense declaró que el bebé, “parecía estar gravemente desnutrido en el momento de su muerte”. Pesaba poco más de 7 kilogramos, el peso aproximado de un niño de siete meses.

“Ese niño no comía. Lo mataron de hambre durante 18 meses”, dijo Francine Donnorummo, jefa de la Unidad de Víctimas Especiales de la Oficina del Fiscal durante los alegatos. “Fue una acción pensada y planificada, ella sabía lo que tenía que hacer”, agregó la Fiscalía.

Este es solo un caso más de los muchos en que los niños son víctimas de los desvaríos ideológicos de los padres. El progresismo está dañando seriamente a una generación de niños que crece sometida a ideas perversas e ideologías inhumanas.

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