La columna del Director

ATACAN A CONGRESISTA CHIRINOS Y HAY QUIENES LO CELEBRAN

Por: Luciano Revoredo

La congresista Patricia Chirinos fue objeto de una agresión inaceptable en un conocido bar barranquino, donde un grupo de desadaptados autoerigidos como la falsa reserva moral le lanzó objetos y la acosó con gritos ofensivos hasta obligarla a retirarse. Estos actos violentos y de intolerancia son absolutamente condenables y representan una amenaza para los valores fundamentales de nuestra sociedad democrática y la más elemental vida civilizada.

La democracia se basa en el respeto mutuo, la libertad de expresión y la coexistencia pacífica de diferentes opiniones y perspectivas. Los actos de violencia y acoso no solo son una violación de los derechos individuales de la persona atacada, sino que también carcomen el tejido mismo de la democracia. Es alarmante y profundamente preocupante que algunos individuos, que se autoproclaman demócratas y progresistas, aplaudan y celebren este tipo de comportamientos denigratorios y discriminatorios.

También llama la atención como estos mismos sujetos cuando la gente de su entorno recibe alguna crítica o algún grupo organizado les expresa su rechazo, se victimizan y recurren a todos los medios para condenar a los “agresores”. Es la doble moral de la izquierda, siempre mendaz y marrullera.

Una sociedad sana no puede lograrse a través de la violencia y la intimidación. La verdadera esencia del progreso y la democracia reside en el diálogo, la empatía y el entendimiento mutuo. Es vital que recordemos que la diversidad de opiniones es una fortaleza y no una debilidad. Cuando recurrimos a la violencia para silenciar a aquellos con quienes no estamos de acuerdo, estamos traicionando los mismos principios que decimos defender.

La agresión sufrida por la congresista Chirinos es un reflejo de la creciente polarización y la falta de tolerancia en nuestro discurso político. Esta situación debe servir como un llamado de atención urgente. Debemos rechazar la violencia en todas sus formas y comprometernos a fomentar un ambiente donde el respeto y la dignidad sean las normas fundamentales.

Se acepta el debate, incluso expresar las diferencias con crudeza. Pero nada explica la agresión que sujetos deplorables como Julio Arbizú, conocido por sus desplantes de patán y a la vez su capacidad para victimizarse, justifica en su modo siempre soez cuando señala en su cuenta de X: “Patricia Chirinos echada de La Noche. ¡Fuera mierda!”  y luego hace todo tipo de malabares para justificar lo injustificable, o la chavista Lucía Alvites que señala que “Chirinos es una de las principales responsables que hoy tengamos una dictadura, fue la primera en operar para un golpe de Estado. Lo que sucedió en Barranco es indignación y es legítima. Los golpistas son cómplices de asesinatos y no deberían caminar tranquilos impunemente”, es decir el mundo al revés, se sabe la izquierda convive con la mentira, pero esta farsante y embaucadora va demasiado lejos en sus delirios, para ella todo se justifica porque en su mundo de fantasía progre la vacancia del delincuente, neosenderista y golpista Pedro Castillo fue un golpe de estado, o Mirtha Vásquez, que ocupó el premierato de ese infame gobierno y que al respecto de la agresión a Patricia  Chirinos señala que: “En este contexto en que a los ciudadanos nos han quitado todas las posibilidades de actuar institucionalmente contra la clase política corrupta, la sanción moral es una de las acciones más importantes que nos toca emprender. Que no se sientan impunes, porque así vamos a responder”. Es increíble y alarmante que alguien de esta catadura haya ocupado tan alto cargo en el gobierno del país.

Es hora de que todos los demócratas, los que tenemos un compromiso con el desarrollo del Perú como una sociedad sana, nos unamos para condenar estos actos de odio y trabajar juntos por corregir y desterrar estas actitudes. La democracia es un espacio donde las diferencias se resuelven a través del debate y la negociación, no mediante la coerción y el miedo.

La violencia y la intolerancia no deben tener cabida en nuestra sociedad. Debemos denunciar y rechazar enérgicamente este tipo de actos y la hipócrita doble moral del progresismo.

3 Comentarios

Dejar una respuesta