Política

¡NO AL CONTINUISMO POLÍTICO!

Por: José Antonio Torres Iriarte

La democracia requiere de partidos sólidos, con ideario e historia, forjada por militantes comprometidos en la defensa de los valores democráticos y en la defensa de sus ideales y convicciones.

La “reforma política” promovida por el gobierno de Martín Vizcarra, y que fuera liderada por Fernando Tuesta Soldevilla, sólo ha generado que se hayan afianzado los llamados “vientres de alquiler” y que el transfuguismo haya fortalecido, la “movilidad política” de una agrupación a otra de determinadas personas, como si se tratara de la libre circulación de “mercancías o capitales” en una economía abierta.

La institucionalidad democrática se expresa, en ser parte del gobierno o de la oposición, en coincidir o discrepar respecto a políticas de gobierno, manteniendo en alto las identidades partidarias. La dictadura velasquista en los setenta, en la década de los noventa bajo el gobierno de Alberto Fujimori se responsabilizó a los llamados partidos tradicionales, de no ser capaces de dar estabilidad al sistema democrático. Luego del “gobierno de transición” de Valentín Paniagua y en especial durante la última década, desde la prensa adscrita a los grupos “El Comercio”, “La República” y R.P.P., solventados por las generosas transferencias del erario nacional, bajo la forma de “contratos de publicidad estatal”, se ha alentado tanto el cinismo y la mentira, como instrumentos de acción política. Sin el apoyo y complicidad de los grandes medios de comunicación, hubiera sido imposible que un político mediocre, como Martín Vizcarra logrará forjar un gobierno que será recordado como una etapa sombría de la vida nacional.

El aumento de los índices de pobreza, desempleo y la muerte de casi 200 mil connacionales, crearon condiciones objetivas para el posicionamiento político de discursos, como los expresados por Pedro Castillo. La llamada “coalición vizcarrista” aún se encuentra activa y están seguros que un triunfo de Perú Libre, garantizará el continuismo político, la impunidad e incluso, la incorporación del “vacado expresidente” al Congreso. El gobierno del señor Sagasti, es la segunda fase del gobierno de Martín Vizcarra. Más allá de un proyecto autoritario liderado por los señores Cerrón y Castillo, existe el claro objetivo de afianzar la hegemonia caviar, en las esferas del gobierno nacional. Desde las posiciones más moderadas, hasta las más radicales de la izquierda marxista o neomarxista, todos aspiran a ser parte de un gobierno de Perú Libre. Una victoria electoral de Pedro Castillo, será el triunfo de Víctor Zamora, Matuk, Zeballos, Vizcarra y Sagasti, y por cierto será recibido con beneplácito por los integrantes del “Foro de Sao Paulo” y del “Grupo de Puebla”.

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