Política

DE PROMESA EN PROMESA, FRACASOS ACUMULADOS

Por: Fernando Valdivia Correa

El señor Vizcarra vuelve a mentir al país anunciando el retorno al toque de queda los domingos. Pegado a su estilo embustero, espetó “Problemas tenemos, errores cometemos. Y lo decimos abiertamente. Obviamente que hemos tenido errores al enfrentar esta pandemia, pero tenemos que aprender de nuestros propios errores”.

Veinticuatro horas antes, el flamante premier se presentaba ante el Parlamento pidiendo el voto de confianza e indicando que la prioridad del gobierno es la lucha contra la peste china. Conmovedor, lo que le valió la aprobación mayoritaria del Congreso. Lo que no dijo Martos (cierto, nadie se lo preguntó) es cómo iba a hacerlo. Evidentemente, el gobierno achantado escogió el camino más corto y cruel: mantenernos encerrados, prohibiendo las reuniones sociales y familiares, y amenazándonos con mayor presencia militar y policial en –entre otros– centros de abastos.

De lo primero, la libertad de reunión se encuentra suspendida desde el inicio de la cuarentena; y de lo segundo, los mercados –en su mayoría– vienen cumpliendo con los protocolos de bioseguridad establecidos, controlados por la respectiva autoridad edil, en varios casos con apoyo policial. Además, ante el incremento de la ola delincuencial en el país, nuestra PNP debe seguir abocada íntegramente a combatir este flagelo; así como la de resguardar a los cientos de presos que vienen siendo liberados bajo arresto domiciliario ante la amenaza de contagio de esta pandemia. El problema radica en el comercio ambulatorio, en ciernes. Hasta la quincena de marzo pasado, esta actividad lucrativa ha sido fuente de empleo del 70% de la masa laboral en el país. En esta coyuntura, el porcentaje debe ser mucho mayor. ¿Acaso Vizcarra pretende reducir el comercio informal a punta de tanques y pistola?.

El mensaje de Vizcarra es –otra vez– altamente populista (quizá su aprobación vuelva a incrementarse hasta 90% en estos días), pues no se condice con la realidad vivida y sufrida por muchos. Demuestra la total ineficacia en la gestión pública. Ejemplo lo tenemos en el “sincerado” incremento de 20 mil a 43 mil fallecidos por el Covid-19, comentado por la señora Mazzetti, sin detenerse a explicar y/o justificar a qué se debió tal repunte; o, el despilfarro económico en gastos en consultorías para los amigos del presi. Un reciente reportaje dominical da cuenta de jugosos emolumentos al interior del ejecutivo hacia personajes afines al deporte blanco vinculados al moqueguano.

Vizcarra ya no tiene enemigo que vencer. El Congreso lo pechó y se tumbó al gabinete luz verde. El general Martos no tuvo opción que ofrecer aquello que el ciudadano quiere: Esperanza. Lo logró, por lo menos hasta ahora. La prensa palaciega sigue edulcorada ante el gobierno. Las encuestas también. Los gobiernos regionales no representan amenaza alguna. Los municipios que ni se atrevan pues ahí va la Fiscalía de la mano con la temible DIVIAC. Por ende, el culpable del incremento de contagios somos únicamente nosotros.

De promesa en promesa va este gobierno, acumulando fracasos que van en deterioro de nuestra salud y en desmedro de la cada vez más frágil economía familiar.

1 comentario

  1. Y mientras tanto siguen dando una religión nueva en aprendo en casa, con 5 minutos de yoga a los niños de 3 a 5 años. Alguien en un estado que se declara aconfesional, no debería promover en la televisión nacional, una religión que es de los demonios.

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