La columna del Director

CHISAC Y LA FÁBRICA DE MERMELADA

Por Luciano Revoredo

En los últimos tiempos nuestra capacidad de asombro se ha visto rebasada ante los hechos de corrupción que se han destapado. Desde las millonarias entregas de Odebrecht y sus asociados peruanos a Susana Villarán, Toledo y Humala, hasta todos los “negocios” de Kuczynski, la compra de congresistas por el corrupto gobierno de PPK, con la participación de ministros, parlamentarios, asesores, etc.

Como si todo esto no hubiera sido suficiente se destapó la podredumbre del poder judicial. Quienes administraban la justicia eran auténticos delincuentes y tenían por cómplices a empresarios, lobistas y a periodistas, los llamados por el ingenio popular mermeleros.

Lo más lamentable es que muchos de estos corruptos se vendían como moralizadores. Eran los más preclaros representantes de la reserva moral del país. Se llenaban la boca denunciando la corrupción. Eran los más admirados por la caviarada. Se auto proclamaban representantes de la sociedad civil, moralizadores, auténticos Catones de papel. Pero se destapó el albañal y salieron todo tipo de miasmas y alimañas. Toda la putrefacción que estas mucas de traje y corbata o chalina verde habían ocultado en el fondo de sus oscuras conciencias.

Uno de los casos que promete y que recién se viene destapando es el de la joyita llamada Pedro Salinas, socio de Freddy Chirinos en la últimamente tan mentada CHISAC.

CHISAC en su web se define como especialista en el manejo de la comunicación externa de marcas, empresas o personas a través de la gestión y mantenimiento de relaciones con medios de comunicación. Así como en generar noticias a partir de las actividades de cada compañía y la gestión ante los medios de comunicación para la publicación de notas de prensa y/o entrevistas.

Es decir una perita en dulce para los corruptos. A cambio de un buen presupuesto CHISAC te lava la cara. Y vaya que así fue. No es de extrañar pues que el moralizador Salinas haya trabajado arduamente para lavarle la cara nada menos que a don Alan Azizollahoff, el responsable de la muerte de tantos jóvenes inocentes en la discoteca Utopía. Un buen fajo de dólares y Salinas se multiplica en cafés y cebichitos y bastante mermelada para que la imagen de Azizollahoff se levante, se limpie. Un trabajo notable. Un buen manejo de crisis.
Pero como business son business, eso no es nada, también hay que limpiar al Fiscal de la Nación. Al favorito de la caviarada, a don Pablo Sánchez, quien al ser denunciado constitucionalmente por su livianidad con la corrupción no tuvo mejor idea que recurrir a CHISAC, y otra vez el diligente Salinas se pisó los callos para convocar a un almuerzo con periodistas por el que cobró nada menos que 17000 soles, El menú: Brochetas de pescado con mermelada de sauco, el segundo Pollo al horno con legumbres y mermelada de moras y de postre panqueques con helado y mermelada de fresas. ¡Vaya chef el que contrataron!

Pero las sorpresas no paran. Recientemente ha twiteado el periodista e investigador Ricardo Escudero una nueva faceta del omnipresente Salinas y su socio Chirinos, como no podía ser de otra manera también prestaron sus servicios a Graña y Montero, la corrupta socia de Odebrecht en el Perú. Eran nada menos que los que estaban en la web de la empresa que decía textualmente que para información sobre Graña y Montero había que remitirse a Chirinos, Salinas & Associates Communication Consultant. (Ver: https://twitter.com/PrimerPedal/status/1031551246820405249?s=19)

En su momento Chirinos aseguró a la caviarosa IDL que por sus asesorías electorales no cobraba. Claro había que esperar que uno de sus asesorados llegase al poder, es el caso del corrupto PPK, que lo llevó del brazo a las más altas esferas del poder. Pronto sabremos cuanto facturaron a la PCM en los días de PPK, pero ya nos dicen que fueron más de seis dígitos.

La podredumbre seguirá brotando como la putrescina de las tumbas. Estaremos vigilantes.

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