Política

¡CHINO POR SIEMPRE!

Por: José Romero

Los que vivimos los trágicos años 80 podemos dar fe de lo que significó la trascendencia de la obra del Presidente Alberto Fujimori, quién fue el gran gestor de la Reconstrucción de un Perú al borde de la desaparición. Transformó la hiperinflación en el milagro peruano tomando decisiones con valentía y derrotó con decisión y valentía al terrorismo genocida que ocasionó miles de muertes y destrucción.

Y son precisamente los herederos de esa etapa funesta y sus cómplices quienes atacaron por casi 24 años al Presidente Fujimori acusándolo de “crímenes” que no fueron sino simplemente haber derrotado a las organizaciones terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA.

Como toda obra humana tuvo grandes luces y también errores. No solo tomó decisiones  aquel 8 de agosto de 1990 sino tuvo el coraje para cambiar el rumbo de una democracia languideciente aquel 5 de abril de 1992 y convocar a un Congreso Constituyente Democrático que elaboró la actual Constitución que sentó as bases de un nuevo país.

Sin embargo, su abrupta renuncia dejó pendiente una serie de tareas como llevar a cabo las reformas de segunda generación y concluir con un programa económico que requería un mayor impulso a la actividad privada.

Los peruanos siempre recordaremos al Chino al lado de los más pobres con obras concretas, a aquel de estuvo cuando “las papas quemaban” (Cenepa, en la Paz con el Ecuador, elFenómeno del Niño y en la toma de la residencia del embajador del Japón)

No fue un presidente de gabinete ni el típico politiquero. En otras palabras fue un heredero del Presidente Odría (“hechos y no palabras”).

Tras el abrupto fin de su tercer mandato constitucional, fue acusado de un sinnúmero de “delitos”, ninguno probado salvo los producto de errores administrativos y por cierto de una serie de “delitos” en la lucha contra el terrorismo (léase combatir a estas lacras).

Lo cierto que aún no se ha hecho una evaluación objetiva ni independiente de su vasta obra; pero no hay duda que a pesar de la persecución, basada en odio y mentiras, la historia lo ha absuelto y una gran mayoría de peruanos lo  consideramos como “el mejor Presidente en 203 años”.

Su partida deja un enorme vacío y trunca un proyecto que esperamos sea retomado por sus herederos políticos.

Presidente Alberto Fujimori Fujimori, descanse en paz; el Perú llora su partida terrenal.

 

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