Política

CARTA ABIERTA DE UN PERUANO A OTRO PERUANO

Por: Aldo Lorenzzi Bolaños

 A estas alturas del partido, muchos de los que vivimos en este país hemos sido protagonistas de alguna historia triste, hemos perdido un padre, un hermano, una madre, una esposa, un hijo, un amigo, nuestro trabajo, nuestros sueños y con esto no creo exagerar. La pandemia desnudó lo peor de un sistema podrido con instituciones del Estado anacrónicas que solo han servido en los últimos años como medios y mecanismos de venganza de grupos de poder, que han cometido enriquecimiento de manera ilícita, de algunos grupos sin escrúpulos, y el famoso caballito de batalla “justicia” a la que muchos han hecho la vedette de estos últimos años, con prisiones preventiva por docena, megaoperativos de película, solo ha servido para aplicar esa típica frase romana panem et circenses ( pan y circo); es decir solo ha sido un instrumento de sometimiento y distracción para guardar silencio ante todos los excesos y vejámenes que se cometieron hoy como ayer, pero hoy con la exponialización de los medios de comunicación más expuesto que antes, en diferentes contextos, en diferentes escenarios, en diferentes etapa de nuestra historia. Es una pena decirlo pero se mantiene la misma ideología de formar oligarquías que dominan el Estado para su propio beneficio: se disfrazan de salvadores del Perú y con lamentable astucia mimetizan lo bueno en malo, y lo bueno siempre termina siendo lo malo.

Con esto no solo hablo de una historia republicana rodeada de grandes familias, que han dominado nuestra economía, nuestros recursos, nuestros intereses, haciendo grandes fortunas, y habiendo sido vengada por dictadores como Velasco con su famosa “reforma agraria”, que es un poco de lo que “la izquierda” tiene como argumento para hacer creer a los peruanos que ese es el camino del progreso, o una refinería como la de la Talara que no tiene ninguna utilidad y solo es un pretexto perfecto para seguir haciendo ineficiente al Estado y desvalijar sin ningún pudor.

Somos un país que ha tenido todo para ser una potencia, y esta no es una frase de “cliché” que muchos candidatos mencionan como parte de su discurso, y cuando llegan al poder se olvidan del asunto. Hasta hoy en nuestro país tenemos frases vigentes de siglos pasados  como  “El Perú es un organismo enfermo: donde se pone el dedo, salta la pus”, de González Prada. Qué bueno sería que si solo el 20 % de las propuestas de los presidentes que pasaron a través de nuestra vida republicana se hubiesen hecho realidad.

Somos el país del drama, cuando hemos tenido todo para ser el país del éxito. Nos hemos quedado sin oxígeno literalmente como sociedad. Hemos dejado que unos pocos resentidos inciten a los jóvenes a creer que generar riqueza no es justo, cuando la produces con tu esfuerzo, a que ser un país minero es una maldición, a que vamos evitar un feminicidio con una ideología de género creada sobre la base del odio y a la destrucción de los valores del ser humano, matando inocentes que no se pueden defender, y que en base a estas condiciones progresaremos.

Somos un país resiliente. Sin embargo esa resiliencia se agota poco a poco. Somos un país que sobre la base de su dolor se ha levantado muchas veces y ha alzado la mirada para salir adelante. Sin embargo, también somos el país que busca que cada 5 años nos refunden. No dejemos que nos sigan robando los sueños, no dejemos que nos sigan robando la vida de la gente que amamos, no dejemos que nos sigan quitando nuestra oportunidad de vivir con las mismas condiciones todos, y esto no implica cambiar la Constitución que hemos cambiado ya 12 veces en 200 años, estatizar empresas o quitarle la riqueza a los que se esforzaron por tenerla no es el camino. Todo esto no nos va a dar prosperidad. La prosperidad nos la dará nuestra actitud a defender nuestro país, alejando el miedo que nos pretenden sembrar para seguir en el poder.

La educación será uno de los caminos donde los peruanos aprenderemos a exigir nuestros  derechos, derecho que no existen hoy, pero nos mienten diciendo que por unos cuantos no los tenemos, cuando los culpables son los que nos gobiernan, que son los mismos. Las oportunidades las tenemos, solo que nos las paran negando.

Que no nos doren la píldora otra vez diciéndonos que unos cuantos son los culpables de lo que nos está pasando. Que te digan que van a acabar con la corrupción, cuando la corrupción se va a acabar el día en que tú seas honesto y enseñes a tus hijos a serlo en lo mínimo y en lo mucho. Más leyes no van a cambiar nada. Esta clase política no viene de hoy, es resultado de muchas generaciones, por esto digo ya basta de seguir entregando el poder a cualquiera. Seamos capaces como peruanos de elegir realmente a los más preparados para llevar a cabo nuestro proyecto país y entendamos que esto no será de la noche a la mañana, pero ya debemos de comenzar. No tenemos una generación del bicentenario. Tenemos una generación del facilismo, que no conoce su historia y que prefiere vivir de espaldas y luchar hombro a hombro por construir un país sin odios y resentimiento, donde la frase el peor enemigo de un peruano sea otro peruano quede enterrada ahí, donde estará toda la corrupción y la impunidad en que vivimos. Entonces depende de nosotros mismos hoy cambiar nuestra historia.

Que no te mientan más, en tus manos está cambiar nuestro país, el poder para cambiar el país es nuestro. ¡¡Viva el Perú!! Viva la democracia!!

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