Cultura

UNA GEISHA EN EL CUSCO

Un café a 112 dólares el kilo

Por: Magaly Zapata*

Si te digo “geisha” inmediatamente piensas en Japón, pero como la palabra integra, ésta nos une a una historia y a un café.

En japonés “gei” significa artista y “sha” persona, y esa raíz engarza nuestra “historia de café” de hoy con Hilda, una artista caficultora peruana de nuestro café de especialidad, que ha obtenido el premio Taza de Excelencia Perú 2020 con su variedad “geisha”, una de las más cotizadas a nivel mundial.

Tuve la fortuna de probarlo hace poco y fue un placer sensorial percibir sus notas a bayas, frutos negros, jazmín y lima, quizás más cercano a un té Earl Grey que a un café. Así es esta variedad de Arábica y por eso le costó tanto ser reconocida y apreciada lejos de sus cafetales silvestres en Etiopía, zona geográfica que hoy se precia de ser la cuna.

La geisha que Hilda Leguía cultiva en su finca de Amaybamba en La Convención, Cusco, a 1,848 mt de altitud debió recorrer casi 13 mil kilómetros y muchos años hasta llegar a este lado del mundo. Cuentan que fue un cónsul británico el que (1936) recolectó una muestra ubicada en la montaña etíope Gesha (la i vendría quizás por fonética al registrarla) rebotó al occidente pero no destacó y resistiéndose a pasar inédita, tal como sucedió con la famosa cepa del vino “carménère” que revivió en Chile, la “geisha o gesha” que nos ocupa lo hizo en Panamá. El primer registro formal de su llegada en América fue en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza CATIE en Costa Rica en 1953 procedente de Tanzania, con los ticos no cobró relevancia hasta que la fama y fortuna le llegó cuando la familia Peterson de Boquete, Panamá, la cultivaron, la mimaron y la presentaron al concurso de catación de café “Lo mejor de Panamá 2005” y se convirtió en la estrella del café de especialidad en el mundo por el alto puntaje de calificación que le dieron los catadores internacionales, 94.6 puntos sobre 100 posibles por su notas exóticas, florales y frutales, lejanas a las hasta entonces conocidas y apreciadas en el café, enzimáticas y dulces. Y además, rompió récord en precio alcanzando 50.25 dólares por libra tumbándose el récord de un caficultor brasileño (49.75 por libra). En el 2020 una variedad geisha panameño se pagó a $1,300.50 por libra (1 libra equivale a 0,45359237 kg). En el Perú, la subasta electrónica internacional pagó hace poco por el geisha del Cusco 42,752.47 dólares por 380.84 kilos de café, es decir 112.26 dólares por kilo, nuevo récord local en precio. Otro dato: En el 2019 la taza más cara de café fue una geisha Panamá, 75 dólares…

El café de Hilda Leguía compitió con 183 muestras de 10 regiones que fueron evaluadas por 20 jueces/catadores internacionales que le dieron 90/100. Su primer destino, Corea del Sur y el gran mercado los países asiáticos y USA. Hilda tiene 40 años y ha dedicado su vida al café, caficultores fueron sus padres y también sus cinco hijos siguen la tradición. Por historias como esta, yo tomo café peruano de especialidad ¿y tú?

Recuerda: Cuanto menos amargo es tu café, más calidad tienen sus granos

(*)Barista Mag

 

 

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