Cultura

PERÚ: HABITANTE DE LA “CABAÑA DEL TÍO TOM”

Por: María Ximena Rondón

“Hay muchísimas diferencias entre los criados de las diferentes casas del Sur, según el carácter y la capacidad del ama que les educa”.

La Cabaña del Tío Tom, Harriet Beecher Stowe.

 

Para los que defienden la vida, el libro mencionado es una herramienta interesante para afilar la mente y abrirla a los horizontes que permanecen en el hogar patriótico como si fueran una visita, pero del tipo que se esconden por una culpable vergüenza.

Uno de los mensajes de “La Cabaña del Tío Tom” es el trato por igual a las personas y el respeto a la dignidad humana, cuyos exponentes son Tom, el protagonista cuya fe le hace ver a todos por igual con los mismos ojos misericordiosos; y el joven amo Jorge, quien libera a los esclavos de su plantación y promete pagarles con su trabajo.

Aunque la esclavitud en Estados Unidos es una realidad “lejana”, hemos observado un comportamiento que se le parece, y del que también hago “mea culpa” y reemplazaré aquellos ojos viejos con unos nuevos, así como la mente ya que este mal habita como un parásito.

Me refiero al marcado racismo y clasismo. Dejando a un lado las ideologías y la política, esta autora ha sido testigo presencial y oral del maltrato hacia las personas de raza indígena y mestiza. Desde “mirar de arriba a abajo” hasta hacer que estas personas vivan en condiciones cercanas a lo que se refiere en el libro mencionado.

El mejor exponente son las “empleadas”, en la capital, y los “acogidos” por los padrinos mayoritariamente en la sierra, que son hijos de familias pobres entregados a los “padrinos”. El destino que les espera es dormir en suelo al lado de alguno de los hijos del “señor” y hasta las mujeres corren el riesgo de ser violadas (conozco casos pero no se ahondará más en ellos por respeto a las víctimas).

No olvidemos la explotación laboral hacia los colegas de diferente color de piel, la discriminación de ascensores (yo sé quienes son) y los tratos inferiores.

Aunque he conocido familias muy buenas que tratan con dignidad el servicio doméstico, otras no saben lo que es el respeto por la vida humana.

Además, el país tiene abandonadas a varias provincias y no se preocupa en brindar una adecuada instrucción en valores y comportamiento social, por lo que estas brechas (ampliadas por una proliferación masiva de ideologías de izquierda) se generan y refuerzan estos males y resentimientos. Especialmente lo último, que desemboca en un racismo inverso, del cual yo he sido víctima junto con otras personas que permanecerán anónimas.

Ambos polos jalan la cuerda de un país democrático que sufre las consecuencias de estos problemas y ha sido arrastrado al caos político y social que vivimos hoy. El caso de la campaña de Pedro Castillo es un ejemplo del uso del resentimiento social y de la falta de puentes que unan a los peruanos.

Perú no aplica correctamente la democracia. Sus habitantes reciben una paupérrima educación, no hay valores ni ética ni una condición de igualdad ante la ley. Incluso, muy pocos ven a todos como humanos por igual. Sí, necesitamos vernos como humanos y apreciar los talentos y los recursos con los que hemos sido bendecidos.

Sobre este punto, concuerdo con lo que tanto repetía el Tío Tom: todos somos iguales a los ojos de Dios y solo respondemos a él como nuestro “Señor”.

El cambio empieza en nuestra propia cotidianidad: seamos educados con todos y solo veamos humanos. Todos somos humanos y tenemos dignidad.

Para concluir, los invito a leer “La Cabaña del Tío Tom”, aunque es un libro duro emocionalmente, es importante para la humanidad. Quizás puedan descubrir nuevas ideas y despierten sus corazones.

Recordemos las sabias palabras de Tyrion Lannister: los libros afilan la mente como la piedra la espada.

1 comentario

  1. El día que dejemos de creer la leyenda negra anti hispa, seremos otra vez grandes e invencibles volveremos a ser el imperio donde no se pone el sol.

Dejar una respuesta