La columna del Director

NO SE NECESITA ELECCIONES SINO PACIFICACIÓN

Por: Luciano Revoredo

La opinión pública está siendo hábilmente orientada por el rojerío hacia su agenda. Con ellos caviares, tontos útiles y la derechita cobarde atacan al congreso porque no se logra aprobar el adelanto de elecciones si es posible para mañana mismo. Pero al respecto conviene aclarar algunos conceptos.

En primer lugar, que el Pleno del Congreso de la República aprobó el día 20 de diciembre un dictamen que disponía el adelanto de elecciones generales para el mes de abril del 2024, con lo cual el mandato presidencial de Dina Boluarte Zegarra, finalizaría el 28 de julio del mismo año. De acuerdo con ese  texto sustitutorio, que obtuvo 93 votos a favor, 30 votos en contra y 1 abstención, todo estaba encaminado para que se ratifique en una segunda votación en este mes de febrero.

Sin embargo, las izquierdas reaccionaron. Se dieron cuenta que se les iba de las manos el absurdo plan de la asamblea constituyente y empezaron a intentar retirar sus votos, a hacer campaña mediática para adelantar más aún la fecha, todo esto orquestado con los terroristas que seguían destruyendo el país.

Luego de esto, en medio de algaradas y todo tipo de enfrentamientos y teniendo como fondo la incapacidad y la desidia del gobierno de izquierda encabezado por Dina Boluarte, Fuerza Popular, presa de una especie de síndrome de Estocolmo, que en los peores momentos siempre hace  algo para contentar a la caviarada, salió con un proyecto para adelantar las elecciones al 2023. Nano Guerra-García fue el abanderado de este coqueto gesto y recibió un portazo en la cara. Los rojos no votaron por el proyecto de marras.

Por su parte Dina Boluarte salió también con un proyecto que obviamente fue archivado. En conclusión, se perdió la oportunidad de poner en segunda votación el que ya había sido aprobado en primera y no se pudo adelantar las elecciones. Ese proyecto aprobado en diciembre si no alcanzaba los dos tercios de votación se podía enviar a referéndum y todos quedaban servidos. Pero la izquierda, siempre mendaz y ladina, lo impidió porque quería si o si la constituyente.

A la fecha está todo entrampado y el país sigue tomado por los subversivos violentistas. La única forma que se pueda convocar a elecciones es que Boluarte renuncie. En ese caso Williams asume la presidencia y convoca de inmediato a elecciones. Otra forma, improbable por ahora sería la vacancia de Boluarte.

Pero hay que ser claros. El Perú no necesita ahora elecciones. Lo que necesita es acabar con la violencia subversiva. Se debe pacificar el país. No caer en el cuento de los caviares y  de las oenegés de la falsa derecha, financiadas por los grades intereses económicos,  lo que quieren es colocarnos una versión reciclada de Sagasti.

Si no se pacifica el país no puede haber elecciones. O alguien cree que es posible colocar mesas de votación y que haya campaña electoral en Puno, Juliaca o Puerto Maldonado en las actuales circunstancias. Las cosas en orden.

 

 

1 comentario

  1. Las hetairas del globalismo capitalista (léase “comunicadores”) son quienes cuál cacatúas se limitan a repetir el sonsonete que les han dado, vea sino los “noticiarios” de señal abierta que no son otra cosa que la caja de resonancia de la caviarada sus jefes que estudiaron en la facultad de comunicaciones de la expucp de segunda mitad de los noventa del siglo pasado son quienes se encargan de entregar el guión, simples traidores cuya patria es mamona.

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