Política

LOS YO SÉ QUIÉN Y LOS NO SÉ CUÁNTOS

Por: Uri Landman

Escuchado en el local de Perú Libre: “Un Terrorista, dos terroristas, un guerrillero emerretista, un traficante en el Huallaga…” ¿Estas cantando? pregunta un simpatizante de Perú Libre. No, estoy leyendo la lista de ministros de Castillo, responde su líder.

Para los lectores de este portal, que tienen la paciencia de leerme todas las semanas, saben que generalmente termino mis artículos citando una frase de un personaje de la historia que engloba en unas líneas el mensaje que quiero transmitir. Esta vez empiezo mi artículo con estas líneas de la canción “Las Torres” del grupo de rock peruano “Los Nosequién y los Nosecuántos”, liderados por Raul Romero y escrita por Alfredo Sillau y Fernando Ríos en la década de los noventas y que es considerada su mayor éxito.

Como la gran mayoría de peruanos, creo que estas líneas representan la indignación que sentimos al saber quiénes son los ministros de estado en el primer gabinete del presidente Castillo.

En una cuestión previa, como se dice en el congreso, quiero preguntar ¿Qué es lo que dicen ahora los caviares, izquierdistas y comunistas como Alberto de Belaunde, Gino Costa, Verónika Mendoza, Sigrid Bazán y compañía, sobre la paridad de género en el gabinete? Por si no se habían dado cuenta hasta ahora, de los 18 ministros, solamente dos, son mujeres. La primera, Dina Boluarte, funcionaria del Reniec, además de vicepresidente de la república. La segunda mujer es Anahí Durán Guevara, quien mostraría cercanía y afinidad al movimiento terrorista MRTA. Ella fue pareja del sentenciado terrorista Alejandro Astorga Valdez con quien tuvo una hija. Además Durán Guevara firmó una carta solicitando mejoras carcelarias para el líder del MRTA Víctor Polay Campos ya que consideraban con otras personas, que la sentencia de 35 años de Polay Campos “era injusta y arbitraria y que su actual reclusión es una venganza política”. En otro episodio, Durán fue panelista junto con el antiguo líder del MRTA Alberto Gálvez Olaechea en la presentación del libro “La Palabra Pasmada” de Gálvez Olaechea.

Como otro ejemplo del patético actuar de los caviares, recordemos que hace menos de una semana el Partido Morado integraba la lista para la mesa directiva del congreso junto a Perú Libre y el día de hoy, son ellos mismos los que piden no dar el voto de confianza al gabinete Bellido. Pregunto ¿recién descubrieron que dentro de las filas de Perú libre hay investigados y sentenciados por terrorismo? Te pregunto a ti Susel Paredes ¿recién leíste los comentarios homofóbicos y misóginos de Guido Bellido? Es una vergüenza que personas de esta catadura moral formen parte del congreso.

Pero la designación de Guido Bellido es solamente una perla de tantas que hay en el gabinete. La gran mayoría de ministros no tiene experiencia en el sector en donde han sido designados o mejor dicho no tienen ningún tipo de experiencia ni profesional ni política que justifique su puesto.

Tomemos como ejemplo al ministro Juan Silva Villegas que ocupará la cartera de Transportes y comunicaciones. Como todos sabemos, este ministerio es el encargado de ejecutar un presupuesto millonario en puertos, aeropuertos, carreteras, puentes y muchísimos proyectos más de infraestructura que son vitales para nuestro país. La lógica dicta que la persona encargada de este ministerio debería tener una amplia experiencia en los rubros ya sea de transportes o comunicaciones, o en todo caso, desarrollo de grandes proyectos. En lugar de una persona con este perfil, se ha nombrado a un ex director de un colegio estatal, con un título de segunda especialidad en gestión escolar con liderazgo pedagógico. Una persona sin ninguna experiencia o conocimiento en el tema.

Otro digno representante del gabinete Bellido, es el Ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Béjar Rivera, quien tiene como calificaciones en su hoja de vida para ser jefe de la diplomacia peruana el haber recibido entrenamiento militar en Cuba para ser incorporado a las guerrillas de ese país. Luego, a su retorno a nuestro país, formó el grupo armado Ejército de Liberación Nacional (ELN). Estuvo preso por sedición entre el año 1966 y el año 1970 cuando fue amnistiado por Velasco para luego formar a pasar parte del Sinamos (Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social). Nuestro actual canciller es un admirador del dictador Fidel Castro y defensor de las políticas aplicadas en Venezuela por otro dictador, Nicolás Maduro.

Como último ejemplo, mencionaremos el caso de Iber Maraví, la persona que ha sido nombraba ministro de trabajo, quien tiene entre sus responsabilidades: reactivar y formalizar el empleo en el país, conciliar y negociar posiciones entre los empresarios y los trabajadores entre muchas más responsabilidades. Pero si las dos personas anteriores no tenían ningún mérito de ocupar los cargos asignados, el señor Maraví tampoco lo tiene. Ha sido dirigente sindical de maestros. En el 2009 el Poder Judicial ordenó su detención por disturbios en una huelga, la fiscal superior solicitó 12 años de cárcel por instigar acciones de violencia y vandalismo. Fue sancionado por la UGEL de Ayacucho en 2018 por ausencias injustificadas a su centro de trabajo. Ahora, el país tiene el honor de tenerlo como su Ministro de Trabajo.

No voy a mencionar a los 18 ministros del gabinete Bellido, ya que sería repetir más de lo mismo. Basta decir sin miedo a equivocarme, que este es el peor gabinete (hasta el momento) que ha tenido el país en su historia republicana.

Ahora nos toca reflexionar a nosotros ¿Cuál es el mejor camino a seguir? Por un lado, el congreso le puede negar la confianza al gabinete, pero estaría utilizando una de las dos “balas de plata” que tiene en su poder antes que Castillo pueda disolver el congreso de manera constitucional para llamar a nuevas elecciones. Recordemos que el artículo 134 de la Constitución faculta al presidente a disolver el congreso si éste censura o le niega la confianza a dos gabinetes.

Por otro lado, el congreso le puede dar la confianza al gabinete Bellido, dejando en su cargo a este grupo de personas, sin ninguna preparación o experiencia para manejar las carteras a las que han sido designados, poniendo en riesgo la recuperación económica del país, la lucha contra la pandemia y la gobernabilidad.

Mientras tanto, solo nos queda recordar con melancolía los tiempos del búfalo Agustín Mantilla, tal y como dice la canción: “Un terrorista, dos terroristas, Un guerrillero emerretista, Un traficante en el Huallaga, El búfalo aprista, Agustín Mantilla…”

 

 

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