Política

LOS MANIFESTANTES SON LOS PEONES ÚTILES DEL CAOS

Por: María Ximena Rondón

Los manifestantes solo son meros peones para el caos. Bajo amenazas, pagas o un buen lavado de cerebro servirán como carne de cañón para el vil propósito de imponer una Asamblea Constituyente y construir un Estado a la medida de los intereses de la izquierda.Esa es la realidad.

Ciertos medios de comunicaciones de clara tendencia de izquierda y personajes repugnantes y con vocación de camaleones se esfuerzan por victimizar a los manifestantes y culpabilizando a la policía y a las fuerzas armadas de ser unos represores draconianos de un “derecho a la protesta”. Todos sabemos que esas no son protestas sino vandalismo y que la policía debe intervenir cuando la seguridad ciudadana está en peligro.

Además, como dato de vital importancia: las bombas lacrimógenas no incendian y se arrojan hacia abajo, no hacia arriba. Lamentablemente, muchos incautos se creen el cuento de que la policía es la culpable de recientes hechos pirómanos.

Estas protestas están lejos de ser civilizadas: son vandalismo y terrorismo.

Sin embargo, es importante recordar que la política es un juego de estrategia. En este tablero, los manifestantes y vándalos son los peones útiles para generar el caos y desestabilizar al país.

Hay una reacción importante que buscan generar en la sociedad peruana: el miedo. No olvidemos que “el miedo es un arma de destrucción masiva”. Y de manipulación.

Cuando uno siente miedo, no suele actuar ni pensar con racionalidad y las emociones están a flor de piel. A gran escala, se transforma en una histeria colectiva. Cito la letanía del miedo que figura en Dune, una novela que recomiendo: “El miedo mata la mente. Es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total”.

Lo peor de todo, es que los medios de comunicación aumentan la escala de ese miedo y nos producen una sensación de desesperación y nos tientan a ceder ante las demandas de los manifestantes y de quienes están detrás.

Debemos permanecer firmes y no ceder ante el miedo que quieren generar en nosotros esos viles peones quienes están lejos de ser víctimas.

Relataré un caso que conseguí de una fuente confiable que permanecerá anónima por seguridad: Esta persona estaba atrapada en Ica ya que los vándalos bloquearon la carretera. Había un grupo de vendedores quienes estaban siendo amenazados por manifestantes cubiertos con una pañoleta y que llegaron hasta una anciana. Al negarse esta a dejar de trabajar para unirse a su protesta, estos sujetos procedieron a destruir su puesto de jugos y la mujer empezó a llorar desesperadamente. Los demás vendedores y civiles decidieron tomar cartas en el asunto y “se ocuparon de los manifestantes”. Cuando les quitaron las máscaras que cubrían sus rostros, descubrieron que eran jóvenes que habían recibido una paga por su tarea y que eran bolivianos.

¿Cómo podemos permitir que gente extranjera cause disturbios y divida a nuestro país? ¿Quién los financia? Como este, conozco muchos casos. Así que no son los pobres angelitos que nos quieren hacer creer que son.

Solo son unos peones miserables que además de atacar a la población que no quiere participar en las protestas, son enviados como carne de cañón para enfrentarse y para inmolarse.

Da pena observar cómo gente que se presume pensante, educada y con buen nivel de vida puede caer en el engaño e intento de lavado de cara. Es indignante que un camaleón como Sigrid Bazán cuente un engaño a la prensa internacional legitimando el actuar de vándalos y terroristas. Si eres un extranjero y lees esta columna, no le creas nada a esa mujer. Es muy fácil apoyar a las protestas desde un iphone y usando prendas de Banana Republic. Dudo que quiera mezclarse con los pobres de verdad.

No te conviertas en un peón físico ni mental de este plan perverso para tomar el país y someterlo a sus propios intereses.

No seas un tonto útil.

1 comentario

  1. Pero sobre todo, quien está pagando todo esto? La logística para trasladar, alimentar, y alojar a tantas gentes, no es barata y nadie está haciendo la pregunta. Llamarlos manifestantes en lugar de masa violenta, es parte del problema. La narrativa juega un papel muy importante aquí. Caer en ese juego es muy peligroso.

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