Por: Hugo Guerra Arteaga
Adicionalmente a la crisis real que supone tener un gobierno que va a la deriva en el tema de la inseguridad ciudadana, el Perú es hoy centro de una conspiración interna y extranjera que pretende atentar contra la inauguración del megapuerto de Chancay y la realización de la cumbre del APEC en Lima.
El gobierno de Boluarte ha perdido el control de la crisis de violencia criminal que azota a los peruanos. Sus estrategias de lucha, incluyendo la declaración de zonas de emergencia, están destinadas al fracaso porque no existe la autoridad que empodere a la policía y a los militares para ejercer el control y reprimir a bandas de crimen organizado que tienen carácter transnacional y que están directamente vinculadas a cárteles extranjeros entroncados políticamente con el Foro de São Paulo, las FARC y la tiranía venezolana, entre otros.
Mientras se pretenda combatir a la delincuencia como si solo fuera común, los resultados serán negativos. Peor aún con la rebeldía del Ministerio Público, un sector de jueces y la JNJ, que se oponen a aplicar las nuevas normas que incrementan las penas para los criminales.
Con 94% de impopularidad tanto de la presidenta como de su primer ministro, con un titular del Interior desprestigiado y con una PNP manoseada políticamente y sin recursos, el camino de salvación tendría que pasar por el régimen de excepción y una convocatoria al Consejo Nacional de Seguridad que le encomiende al Comando Conjunto de la Fuerza Armada el control del Frente Interno. De no hacerlo, la vacancia presidencial es una posibilidad que va cobrando fuerza.
Quienes desde fuera gatillan el azuzamiento de la crisis no son los transportistas (quienes han tenido justificadas marchas de protesta) sino los partidos y organizaciones subversivas que van desde el vizcarrismo y el antaurismo hasta la banda del ML 19, reedición contemporánea del MRTA.
Aprovechando el descontento ciudadano, estos extremistas pretenden ahora boicotear violentamente la cita del APEC, que tiene como invitados a 21 líderes de las economías principales del mundo, y frustrar la inauguración del megapuerto de Chancay con la asistencia del presidente chino Xi Jinping. Este atentado de traición a la patria está orquestado con subversivos extranjeros y debe ser desbaratado y reprimido sin contemplaciones.
También hay que denunciar a la inteligencia extranjera que está detrás de la frustración de compra de equipos defensivos para la FAP. La conspiración contra el Perú es integral y, como tal, debe ser afrontada.
El jnj de vizcacha, fue la trampa instalada por el comunismo, para este momento, el gran desestabilizante y los medios mermeleros de siempre, que están dominados por dizque periodistas de la expucp, azuzan al unisono, según les mandan sus amos, en el sentido de la vacancia, es cierto que Dina carece de todo tipo de medios y los que le prometen estabilidad otro tanto. Ni si quiera sus asesores de comunicación sirven.