Política

JESÚS, LA JUSTICIA TORCIDA Y LA MASA EMBRUTECIDA

Por: María Ximena Rondón

Esta Semana Santa, la fuga de Nadine Heredia a Brasil, al amparo de la presidenta Dina Boluarte, nos recuerda aquella justicia retorcida de la que fue víctima Jesús de Nazaret.

Al escuchar la lectura de la Pasión durante el Domingo de Ramos y Viernes Santo, surge una fuerte indignación al darnos cuenta de que la humanidad no ha cambiado nada en estos 2025 años.

Las masas continúan embrutecidas pues se dejan llevar por ideas implantadas astutamente y no se detienen a analizar la situación ni utilizar el pensamiento crítico. Este Viernes Santo, Jesús es el mejor ejemplo sobre qué hacer, en medio de esta confusión, indignación y desesperación.

La traición de uno de sus doce apóstoles, quizá uno de sus doce mejores amigos. Aquel lugar tranquilo de una oración intensa se convierte en el escenario de una captura criminal. Luego siguen los juicios y los testimonios falsos, las palabras torcidas y la realidad manipulada impulsan una sentencia de muerte ¿Cómo es que el supremo bien es condenado? Llega la humillación pública, una masa que repite la misma consigna, motivada por quienes buscan deshacerse del bien. Le sigue un sangriento castigo y un político que llega a conmoverse ante la exposición de la verdad absoluta, pero es un cobarde y lo lanza a una muchedumbre para que lo crucifiquen: una de las peores sentencias de muerte en el Imperio Romano.

Tras un duro camino, Jesús es crucificado junto con dos ladrones. Aquel que es el supremo bien y la verdad es tratado como la peor calaña de la sociedad. Pasan las horas hasta que expira. Brota agua y sangre de su costado y el centurión comprende la verdad, la ve ante sus ojos ¿Cómo pudo ser? ¿Por qué?

Parece que el bien ha sido derrotado, pero la Resurrección impone la victoria del bien sobre el mal. De la verdad sobre la mentira. De la justicia sobre la corrupción.

Han pasado 2025 años y la situación se repite: parece que el mal triunfa. Muchos se resignan y solo pronuncian que las cosas siempre han sido así, revolcándose en el barro de la mediocridad.

Pero nosotros sabemos que el bien triunfará, esa es la promesa y cada acto bueno que hacemos día a día mantendrá a raya a la maldad. Sí, da miedo enfrentarse a una masa manipulada y a líderes corruptos. Por eso, el ejemplo de Jesús debe animarnos a hacer el bien para impedir que la corrupción se apodere de la sociedad, del país y del mundo.

La injusticia y la manipulación no ganarán si no tenemos miedo.

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