La columna del Director

ESTÁ CLARO QUE NO APRENDEMOS

Por: Luciano Revoredo

Una vez más el desconcierto asoma en las elecciones peruanas. Otra vez nos hemos visto sometidos al juego mediático y el carrusel de encuestas, para al final terminar en un escenario imprevisto. Durante meses los medios de la concentración distrajeron a la población con falsas cifras, con ilusiones y candidatos de papel.

Durante meses los medios jugaron con cifras absurdas, subiendo y bajando candidatos. Haciendo todo tipo de experimentos con las encuestadoras coludidas en este juego infame. Ahora en cierto sentido han logrado su objetivo, pero en otro están aterrorizados ante el monstruo que han creado y que no podrán controlar.

Si bien nada está dicho aún sobre quien será el segundo lugar, nos encontramos en una situación límite. Con un filosenderista encabezando la elección y un país acorralado por su propia indolencia, ignorancia y frivolidad. Lo peor es que aparentemente aún no somos conscientes de la gravedad de la situación y ya estamos invadidos de un mar de memes que con ingenio o sin él, banalizan el drama que estamos viviendo. Cuanta razón tenía Umberto Eco cuando decía que Twitter y Facebook permiten que la opinión de los necios tenga la misma relevancia que la de un premio Nobel. “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas…”, dijo una vez, con absoluta razón

Es de esperarse que en la segunda vuelta el profesor Castillo del cual los medios estúpidamente ya empiezan a mostrar una visión idílica, en su pequeña casita, con su moto y caballo y no como el mascarón de lo peor de la política, que debe ser derrotado. El gran electorado ha de reaccionar y votar contra el peligro que encarna, sin embargo, si algo hay que agradecerle a este radical surgido aparentemente de la nada y que las torpes encuestadoras nunca vieron, es que con su crecimiento electoral nos libró de otros más peligrosos al estar más camuflados como son Mendoza y Lescano, más ladinos pero igual de peligrosos, una por su radicalismo encubierto y el otro por esa peligrosa combinación de ignorancia y orfandad ideológica que encarna.

Aún no está definido quien competirá en la segunda vuelta con el profesor del MOVADEF y se pelea voto a voto. Aparentemente la pugna final será entre López Aliaga y Keiko Fujimori y será un final de angustia.

Sin duda hay muchos elementos para el análisis político en estos días, desde como López Aliaga ha jugado un papel fundamental para replantear el escenario de las ideas políticas y recuperado el concepto de oposición, que había sido desaparecido por el llamado club de los lagartos, hasta como la caviarada logró con su vileza y habitual desvergüenza, llevarnos a una atmósfera política tan enrarecida que ahora ni ellos mismos entienden. Hay que resaltar también, lo que ya se puede considerar un triunfo y el surgimiento de un líder de polendas en la derecha peruana,  el hecho que López Aliaga esté  peleando el pase al la segunda vuelta, habiendo recibido un ataque persistente y en muchos casos difamatorio de la  mafia de los medios. Otro sometido a tan inclemente ataque, nunca antes  visto en esa magnitud en el Perú,  hubiera desaparecido de la escena política.

¿Qué hará en la segunda vuelta la caviarada  que sabe muy bien  que Castillo los desprecia? ¿Reaccionarán todos los que no fueron a votar porque era mejor irse a la playa y pagar la multa antes que contagiarse del COVID?¿Qué harán los necios votantes de los segmentos A y B que en actitud suicida y esnob votan a la izquierda? ¿Ya serán consientes de dónde estamos porque “Ayyy… López Aliaga era muy radical y además muy religioso”? ¿Aprenderán esta vez las señoras del malecón de Miraflores que golpearon ollas por el lagarto y aplaudieron a los malandrines del bicentenario? ¿Qué van a esperar? ¿Qué la clínica Delgado se convierta en el hospital Edith Lagos o el Golf de San Isidro en el parque Zonal Juan Velazco Alvarado? O finalmente seguro que con un mohín de desdén volverán  de vacunarse en Miami o de su cuarentena en Asia para votar rápido por López Aliaga o Keiko Fujimori en la segunda vuelta.

Está claro que no aprendemos.

 

2 Comentarios

  1. Pues a esta hora ya sabemos que la elección que tenemos por delante es, entre estar encerrado en una caja fuerte que cae al mar y estar encerrado en una caja fuerte en un incendio en una fábrica de pinturas. Ahora ¿cómo salimos?

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