La columna del Director

EL SUICIDIO DE DINA BOLUARTE

Por: Luciano Revoredo

Dina Boluarte ha decidido suicidarse políticamente. Tras la caída del delincuente y golpista Castillo y la  sucesión de Boluarte, muchos creyeron que ella tendría la sensatez de apartarse de sus viejos correligionarios, de formar su propio camino político y encaminar el país para que a través de un gobierno de transición  tuviera por único objeto garantizar elecciones limpias.

Me inscribo entre los que nunca creímos en ella, pero hay que reconocer que al menos dio algunas señales de pretender formar un gobierno con algo más de seriedad que su antecesor y exsocio político.

Al tener el repudio de la extrema izquierda que la calificó rápidamente de traidora y tras enfrentar los ataques terroristas al inicio de su gobierno, como debía ser, con el uso de la fuerza, se ganó también el repudio de la caviarada y de los traficantes de los derechos humanos. En ese momento con una veintena de muertos, las calles de buena parte del país tomadas por extremistas, bien pudo aprovechar el manto protector de la derechita cobarde, pero desaprovechó esa oportunidad. Cedió a las presiones, inició la deconstrucción de su gobierno y ha iniciado su propio fin.

En estos días las protestas de grupos terroristas y los infiltrados bolivianos se irán incrementando y serán enfrentados por una policía desarmada y por unos mandos militares amenazados con terminar presos si hacen lo que tienen que hacer. Como nunca los extremistas sabrán que tienen carta libre para destruir el país. El estado ha renunciado al uso legítimo de la fuerza.

Dina Boluarte se irá quedando cada día más sola. Las izquierdas ya la han sentenciado, el Foro de Sao Paulo no la quiere más, la caviarada la ha empujado al suicidio y la derechita cobarde que había asumido el papel de rabona del zurderío en el poder, se está desengañando.

La señora Boluarte debe comprender de una buena vez que la caída de Castillo ha significado la caída de un gobierno narcoterrorista, tiene que comprender que las algaradas que se vienen montando en el sur del país no son protestas sociales, son actos de terrorismo financiados por el crimen organizado que ha perdido poder con caída del gobierno lumpenesco de Pedro castillo.

Boluarte debe dejar de lado ese tono cansino y maternal de directora de escuela primaria. Debe tomar las cosas en serio. Solo se saldrá de esta situación con medidas radicales. Es la presidente del Perú y le corresponde enfrentar a los enemigos del Perú. Si no está a la altura del reto es mejor que  renuncie.

1 comentario

  1. La pérdida de apoyo entre la caviarada, se ve día a día en la hora de la juliana, que no cabe en sí “cubriendo” la protesta ciudadana, es noviembre 2020 en enero 2023. Lo que debe repetirse en los medios es ¿Quien está financiando estos estados de terror? Nadie lo pregunta. Resistencia. Cómo ya ha recordado García Maiquez a Ernst Jünger en La emboscadura: «Es una ilusión creer que la inviolabilidad del hogar se basa en la Constitución. En realidad, se basa en el padre de familia que se encuentra en su puerta, rodeado de sus hijos, hacha en mano.»

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