Política

EL IMPERATIVO HISTÓRICO DE LUCHAR UNIDOS CONTRA EL COMUNISMO

Por: José Romero

El sábado pasado leí la siempre interesante columna de Luis García Miró, que publica diariamente en Expreso, en la que menciona la ausencia de liderazgos para afrontar el momento que pasamos.

No comparto esta apreciación  en toda la extensión de la misma. Creo más bien  que una cosa positiva del momento actual es el renacer del interés por opinar, por participar, por actuar políticamente desde espacios no tradicionales; sin que decir esto tenga carga peyorativa alguna.

Sin embargo si debo reconocer es que falta un Estado Mayor y un liderazgo, necesariamente conjunto y representativo de los diversos “colectivos” existentes; sin dejar de mencionar de los esfuerzos de figuras reconocidas  y conocidas.

En estos momentos las diversas bancadas  congresales que llamaremos democráticas no dan la talla como la situación  lo amerita. Es necesario que la oposición “extraparlamentaria” se una con la “parlamentaria” en una gran coordinadora y con una agenda mínima se comprometan a actuar unitariamente en defensa de la democracia y por ende en el deseo de vivir en libertad, priorizando por cierto lo que nos une.

En 1987 la llamada Izquierda Unida conformó una Asamblea Nacional Popular que se llevó a cabo en Villa El Salvador. Unificó no solo a partidos políticos sino a gremios, colectivos, sindicatos y otros. Tomemos ese ejemplo. Es hora de llamar a una asamblea donde cada colectivo, gremio, partido democráticos, iglesias, empresarios y otros nombren un representante y se elija un Comité Directivo (7  miembros), que con participación  de minorías avancemos  juntos  y derrotemos el proyecto comunista.

La participación  debe ser amplia y abierta a todos quienes acrediten existencia antes de una determinada fecha. Es hora de la unidad en la diversidad.

La elección de la mencionada Mesa Directiva debe ser reflejo de una real representatividad y que los esfuerzos deben orientarse a golpear juntos y evitar marchas paralelas  que son producto de esfuerzos encomiables pero que no responden al imperativo histórico de luchar unidos contra el comunismo.

Respetemos las individualidades y los programas propios pero sabedores que el momento actual exige desprendimientos y realismo.

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