Política

EL EXPERIMENTO ROJO

Por: Martha Meier M.Q.

Señoras y señoritas de mi distrito, de mi playa, de mi toldo, de mi cole se preguntan por qué Pedro Castillo ganó en tantas regiones, como si fuera un outsider andino y no el sindicalista con maña y activa militancia partidaria. Del 2005 al 2017 el profesor (pronúnciese ‘prosor’) fue miembro del Comité de Cajamarca de Perú Posible del corrupto Alejandro Toledo. Castillo no se fue cuando en 2015 la Fiscalía ratificó la denuncia contra su líder, el beodo de Cabana, por lavado de activos y otros delitos. A Castillo no parece incomodarle la corrupción, es hechura del castro-chavista Vladimir Cerrón, ex gobernador de Junín condenado por corrupción y patrón del partido por el cual postula. Tampoco le molestan los nexos de sus congresistas electos con Sendero Luminoso, el MRTA y el narcotráfico.

La campaña de Castillo es de manual del G2, la inteligencia cubana, que tomó lo mejor, si cabe, de la técnica de propaganda desarrollada por Goebbels para Hitler, tan extraordinaria que hasta la fecha pervive el mito de que Hitler fue alemán cuando es más austríaco que el wiener schnitzel. Se concentró en ganar zonas estratégicas, como Puno que concentra yacimientos de uranio, fundamental para los países con arsenal nuclear, para el caso: China, Irán y la propia Cuba.

Las “analistas” sanisidrinas creen que todo es culpa de los líderes de derecha que robaron y engañaron, olvidando que con la asunción, en 2000, de Valentín Paniagua (Q.E.P.D.) no hubo más un gobierno diestro, salvo el de centro derecha del segundo alanismo, cuando el Perú creció al galope. Paniagua liberó terroristas; Toledo no fortaleció el modelo; Humala menos; PPK fue un mercantilista aliado de los comunistas, tanto que Vero Mendoza pedía votar por él (para bloquear a Keiko). Tras su renuncia, asumió Vizcarra quien había liderado el ‘Moqueguazo’ contra el proyecto minero Tía María. Vacado por incapacidad moral porque se vacunó ilegalmente contra la Covid-19, llegó el izquierdista Francisco Sagasti, admirador del MRTA que atesora los autógrafos de dos de los terroristas que asaltaron la embajada de Japón, donde fue rehén un par de días.

El comunismo derrotado militarmente, copó todas las instancias de influencia, apropiándose de las banderas de la cultura, del ambiente (cosa despreciada por el marxismo) y de toda causa sensible. A la caída del muro de Berlín, Fidel Castro quedó sin la protección y los recursos de la Unión Soviética y creó el Foro de Sao Paulo, convocando a viejos terroristas del continente: Lula, Dilma, Bachelet, Mujica, entre otros, para hacerse de esta región tan pródiga en recursos naturales, mediante las urnas.

Los rojos extremos del Lápiz golpean a periodistas para distraer, no quieren que se vigile al presidente de JNE, José Salas Arenas, ex militante del Partido Pekinés de Arequipa y defensor de terroristas de Sendero Luminoso. Este comunista decidirá quién nos presidirá.

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