Política

COMISIÓN PROTERRORISTAS

Por: Martha Meier M.Q.

Solo un país de cobardes y subnormales no denunciaría después de “esta” al Pacto de San José que nos ata a antros caducos, guarida de comunistas y zurdos fracasados, como son la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y la justicia supranacional de la Corte con el mismo nombre e iniciales, CIDH. Y por “esta” me refiero a dicha Comisión que ha aceptado la demanda contra el Perú de Víctor Polay Campos, líder terrorista del MRTA.

Ese individuo representa los episodios más dolorosos y oscuros de nuestro pasado reciente, con su Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que sembró el caos, la violencia, torturas y desangró al país durante cerca de tres décadas, lo cual parece importarle un rábano a la CIDH y los ignorantes supinos que la conforman.

En 1992, gracias a la captura de Peter Cárdenas Schulte, número dos del MRTA se supo que al menos 239 empresarios peruanos debían pagar cupos bajo amenaza de muerte, según una lista encontrada en una computadora requisada. Al ser detenido Cárdenas, hoy libre cual inocente pajarito, le incautaron 237 mil dólares producto de tales extorsiones. ¿Dónde están los millones del MRTA?

A lo largo de años ese grupo terrorista secuestró a empresarios, los encerró en sus infames cárceles del pueblo (huecos donde no tenían espacio para moverse), los torturó y los mató como al destacado empresario minero David Ballón Vera. Además perpetraron actos de terrorismo que dejaron a miles de peruanos muertos, heridos, profundamente traumatizados y en un duelo interminable.

En 1996 los emerretistas tomaron la residencia del embajador japonés y secuestraron a más de 600 personas como rehenes durante 126 días. La atención mundial miró al Perú y los países democráticos y libres aplaudieron la heroica operación “Chavín de Huántar” que derrotó al MRTA matando a los últimos de esos asesinos alzados en armas.

Que la CIDH haya aceptado la demanda del líder máximo del MRTA, Víctor Polay Campos, recluido por sus crímenes es un insulto. El fulano alega violaciones de sus “derechos humanos” durante su reclusión, argumenta que se violaron sus garantías judiciales y que se cometieron actos de tortura durante su detención. Dice que su encierro vulnera su derecho a la libertad religiosa (¿satánica será?) y a la educación. Ay pobrecito, un plomo entre las dos cejas es lo que merece.

La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, escribió en twitter (hoy X): “La misma CIDH que hoy abraza y beneficia a Víctor Polay, del MRTA, es la que bloqueó la sentencia del Tribunal Constitucional para la libertad inmediata de Alberto Fujimori. Es hora de hacer respetar las decisiones de nuestro país sobre un ente que siempre ha protegido a los terroristas y perjudicando al presidente que los venció”,

La presidenta Dina Boluarte aseguró que ni un sol del Estado irá a parar al bolsillo del terrorista Víctor Polay Campos y expresó su “indignación y rechazo”.
En vez de indignarse que dé una señal y nos saque de ese antro comunista que es la CIDH, denunciando el Pacto de San José. #TerrorismoNuncaMás

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