Política

ADOCTRINAMIENTO MORTAL

Bertha Rojas, madre de Vladimir Cerrón, pidió a los jóvenes morir por su hijo y por Perú Libre

Por: José Romero

Hay pasado casi seis décadas desde cuando el asesino Guzmán junto a una gavilla de comunistas maoístas emprendieron el camino que nos llevó a un baño de sangre.

El adoctrinamiento de jóvenes que luego empuñarían las armas se realizó primero en la Universidad de Huamanga y luego a través de decenas de profesores en las aulas escolares. Es por ello que para el comunismo fue prioridad infiltrarse en el magisterio vía la acción  sindical (SUTEP).

Otro de los factores que posibilitó el envenenamiento ideológico fue la infiltración  de la Iglesia a través de curas comunistas via la mal llamada “teología de la liberación”. El odio y el culto a la muerte hizo que surgieran monstruos que asesinaron con piedras, dinamita, machetes y cuchillos así como con armas de fuego.

Miles fueron asesinados en horrorosas matanzas, luego de “juicios populares”, en atentados con anfo y dinamita  y en atentados selectivos. Los “blancos” fueron diversos y junto con ellos murieron gente que tuvo la desgracia de estar cerca a donde ocurrió un atentado, como en Tarata. Los terroristas decían que ello era “costos de la guerra revolucionaria”.

Sin embargo, tan culpables fueron Abimael Guzmán y sus huestes como sus cómplices en el Congreso como Diez Canseco, Espinoza, Simon, Letts y otros quienes apoyaron desde “fuera” acusando a las FFAA de “genocidas”, inventando desapariciones y ejecuciones “extrajudiciales”. Ellos no fueron los únicos, hubo también los “imbéciles”  que oficiaron misas por asesinos como Edith Lagos o “alzaron su voz” en defensa de una falsa inocencia. También hubo fiscales y jueces cobardes que amenazados, abdicaron de su rol y liberaron a probados asesinos. Qué decir de quienes callaron cobardemente o llamaron “abigeos” a feroces asesinos en los inicios de la subversión  terrorista.

En aquellos años hubo ingenuos que “reclamaban por los derechos” a expresarse cuando se hacía apología al terrorismo por parte de gente vinculada a publicaciones izquierdistas.

Tras la derrota militar del terrorismo comunismo, hubo un recodo (como llamaba el asesino Guzman) tras el cual el comunismo reinició  la guerra ideológica y cultural. Los vencedores fueron perseguidos, juzgados y encarcelados.  Los seguidores ideológicos del terrorismo, de todos los pelajes,  promovieron una comisión  de odio y mentiras y se reescribió la historia a través de un informe y de centros de difusión  como el llamado “lugar de la memoria”.

El adoctrinamiento y el llamado a “dar la vida” por “el líder” (que hemos sido testigos en COMBUTTERS el pasado miercoles) constituye el regreso a los años previos a 1980. Habrá otro sacrificio de vidas de jóvenes como en Huanta (huelga de estudiantes) y se organizarán nuevos sindicatos y organizaciones barriales “clasistas”. ¿Alguien lo duda? Mientras tanto milicias paramilitares empezarán a amedrentar a los demócratas y surgirá otro “ejército popular” que iniciarán acciones armadas (“terrorismo del pueblo” como diría la congresista Chavelita).

Entre tanto, ¿seguiremos cruzados de brazos esperando ser las primeras víctimas o nos anticipamos a todo y con todo?

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