Internacional

 ABOGADO PRINCIPAL DE TRUMP ADELANTA ENORME EVIDENCIA DE ROBO ELECTORAL 2020

Por: Steven W. Mosher

Teniendo información de primera mano, puedo afirmar que el equipo legal de Trump podrá demostrar fácilmente en la corte que ha ocurrido un fraude masivo de votos y que el presidente realmente ganó la reelección. Lo digo con total confianza.

Los medios de comunicación liberales se han convertido en enemigos de la verdad en esta cuestión, incluyendo a FOX News que se ha incorporado recientemente. Sus desafortunados locutores siguen exigiendo que el presidente Trump presente la evidencia del fraude electoral mientras ellos ni siquiera se toman el trabajo de darse por enterados de las muchas declaraciones juradas que se han presentado en los tribunales, y mucho menos se han molestado en informar sobre ellas al público.

Durante las próximas dos semanas, la avalancha de pruebas que serán dadas a conocer sepultará su credibilidad para siempre.

Empecemos con Sidney Powell, una ex fiscal federal que integra el equipo de abogados del presidente Trump. Esta mañana, Sidney estaba en el programa de radio de Glenn Beck, donde señaló que existen demandas en todos y cada uno de los estados claves para definir la elección. La evidencia en estas demandas consistirá en testigos oculares y víctimas de fraude electoral; datos brutos reales de las jurisdicciones electorales, los cuales toman tiempo para obtener y analizar; y declaraciones juradas de expertos que explicarán que las anomalías resultantes en los datos son estadísticamente imposibles.

Tomemos como ejemplo el testimonio de Russell Ramsland, un experto en detección de fraude electoral. Ramsland, quien sirvió en la administración Reagan, ha presentado una declaración jurada dando testimonio que “anomalías significativas y banderas rojas” son más que evidentes en las cuentas de Michigan, sin las cuales Biden no habría ganado el estado.

¿De qué tipo de banderas rojas estamos hablando? Ramsland incluye este dato en su declaración jurada: “Hay 3.276 distritos donde los votos presidenciales emitidos en comparación con los votantes estimados… oscila entre el 84% y el 350%… [revelando] 431.954 votos en exceso”.

“Votos en exceso” es una manera elegante para decir votos fraudulentos.

También está la  evidencia presentada por Rudy Giuliani en la conferencia de prensa de ayer. Primero habló de un patrón de fraude electoral organizado que se extiende por todo Estados Unidos:

“A medida que empezamos a investigar, tanto por nuestras indagaciones como por los muy valientes y patrióticos ciudadanos estadounidenses que se han presentado, un número extraordinario de personas, un número extraordinario de testigos, se notó muy rápidamente de que no era un fraude electoral singular en un solo estado. Este patrón se repite en varios estados. Casi exactamente el mismo patrón, que para cualquier investigador experimentado o fiscal sugeriría que había un plan desde un lugar centralizado para ejecutar estos actos de fraude electoral específicamente dirigido a las grandes ciudades, y las grandes ciudades, como se puede imaginar, las grandes ciudades controladas por los demócratas y particularmente centradas en las grandes ciudades que tienen una larga historia de corrupción… Eran buenos. Pero no sé qué tan buenos porque cometieron errores significativos, como sucede con todos los ladrones, y los atrapamos”.

En cada estado clave emerge el mismo patrón: poca o ninguna supervisión mientras se contaban las boletas por correo, los verificadores republicanos eran mantenidos a distancia o apartados por completo, el recuento se llevó a cabo en secreto en medio de la noche, enormes picos de votos para Biden apareciendo de repente después, y Dominion Voting Systems siendo utilizado para la tabulación de votos.

Giuliani irrumpió en los medios que afirmaban que “no hay evidencia” de fraude, diciendo: “¿Saben cuántas declaraciones juradas tenemos en el caso de Michigan? Doscientas veinte declaraciones juradas. Lo que juran es que a las 4:30 de la mañana, un camión se detuvo en el centro (de votación) de Detroit donde estaban contando las papeletas. La gente pensó que era comida así que todos corrieron al camión. No era comida, eran miles y miles de papeletas, y las papeletas estaban en cubos de basura, estaban en bolsas de papel, en cajas de cartón y las ingresaban al local. Y las pusieron encima de varias mesas”.

“En ese momento,” continuó Giuliani, “pensaban que todos los inspectores republicanos se habían ido, pero se quedaron dos. Y esto es lo que han presentado como declaración jurada mancomunada: que cada boleta que podían ver, todo lo que podían oír, eran boletas para Biden. Toda boleta que vieron, eran boletas solamente para Biden, no había nada más (escrito) abajo en la boleta. Muchas de ellas fueron contadas hasta tres veces”.

Por supuesto, los botes de basura llenos de boletas falsas son de la vieja escuela. La nueva escuela es el fraude electoral electrónico.

Esto nos lleva de nuevo a la entrevista de Sidney Powell con Glenn Beck, que apunta a  que muy pronto podríamos saber más acerca de cómo los sistemas de votación computarizados en EE.UU. y en el extranjero se utilizaron en este robo electoral.

Sabemos que las máquinas del Sistema de Votación de Dominion utilizadas en docenas de estados estaban conectadas a Internet, incluso cuando no deberían haberlo estado. Sería sorprendente si no hubiera un servidor maestro o servidores donde todos – y quiero decir todos – los datos de votación se envían y almacenan en tiempo real.

Y aquí es donde la historia se pone realmente muy interesante.

Durante varios días ha habido informes de que fuerzas militares de EE.UU. llevaron a cabo una redada en una instalación en Frankfurt, Alemania, dirigida por una empresa llamada ScytI que estaba involucrada en el almacenamiento, recuento y tal vez la manipulación de los datos de los votantes de EE.UU. y que sus servidores informáticos habían sido incautados. (Es demasiado complicado de explicar aquí, pero todas las empresas involucradas en la votación computarizada, con nombres como Smartmatic y Dominion, parecen estar conectadas de alguna manera y todas usan el mismo software).

Curiosamente, los informes decían que la CIA no había sido informada de la redada con antelación.

En la conferencia de prensa de ayer, Powell confirmó públicamente que la redada alemana había tenido lugar, pero declaró que no estaba segura, como ella dijo, de si “los buenos o los malos tenían los servidores”.

Anoche en el programa de Lou Dobbs, ella fue más lejos, diciendo: “Sé que [la instalación de Frankfurt] es uno de los centros de servidores. También hay uno en Barcelona. Así que está relacionado con toda la operación Smartmatic-Dominion. No sabemos si los buenos tienen los servidores o si los malos los tienen. Al estar fuera del gobierno, simplemente no lo sabemos. Espero que sean los buenos, y si tienen [los servidores], entonces debería haber montañas de pruebas de una conspiración criminal internacional de la peor clase”.

Cuando Lou Dobbs preguntó si esos servidores contenían los registros de todos los votos procesados por Dominion o Smartmatic, Powell respondió que sí. Y añadió: “La gente puede ver los votos en directo. Por ejemplo, había un empleado de Dominion, en lo alto, en el centro de Detroit la noche de las elecciones. Podría haber visto los votos en vivo y manipularlos en ese proceso. Podría haber ejecutado un algoritmo automático contra todos los votos, que creemos que es lo que sucedió originalmente, y luego las máquinas tuvieron que parar y el conteo tuvo que detenerse en varios lugares porque la ventaja del presidente Trump fue tan grande en ese momento que tuvieron que detener el conteo de votos y entrar y volver a llenar los votos que necesitaban para cambiar los resultados”.

Hoy, en el programa de Glenn Beck, Powell soltó otra bomba: “He recibido información de que fueron nuestras fuerzas las que consiguieron los servidores”.

Nuestras fuerzas. Eso significa los buenos.

Ahora, si estos resultan ser los servidores maestros que registraron todos los datos de votación que fluyen de todos los miles de máquinas de votación de Dominion a través de EE.UU. en la noche de elecciones, entonces las cosas están a punto de ponerse muy interesantes.

Es muy indicativo que la oficina principal de Dominion en Toronto haya cerrado simultáneamente a la oficina de Dominion en Denver. Cientos de empleados del Dominio han borrado sus cuentas de LinkedIn y otros perfiles de redes sociales. Y, justo esta mañana, los representantes de Dominion no se presentaron a una audiencia de supervisión de la Asamblea de Pensilvania en la que estaban programados para comparecer. Definitivamente este no es el tipo de conducta de una empresa que no tiene nada que ocultar.

Powell dijo a Beck que la campaña de Trump comenzará a publicar documentos por medio de periodistas de confianza y ponerlos en internet en los próximos días.

¿Querían pruebas de fraude electoral? Creo que lo tenemos todo.

 

 

Steven W. Mosher @StevenWMosher es Presidente de Population Research Institute y autor de “Bully of Asia:  Why China’s “Dream” is the New Threat to World Order”.

 

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