Política

SOCIETATES FLAGITIIS

Por: Aldo Lorenzzi Bolaños

Hoy nuestro país vive diferentes episodios que tienen como común denominador la corrupción, la misma que tumbó gobiernos en tiempos no muy lejanos. Es que no existe aún la fórmula por la cual los políticos que llegan al poder no pierdan los papeles cuando reciban alguna demostración de “afecto” por parte de un empresario, inversionista u otros personajes, los cuales buscan doblegar a los políticos a través del poder económico.

Pero ¿qué motivaciones tienen quienes llegan a los altos cargos del poder y deciden someterse a situaciones tan delicadas como las que vivimos hoy? ¿Por qué existe esta ausencia de moral? Podríamos generar un análisis muy extenso, sin embargo, no es el espacio para hacerlo, pero desarrollaremos algunas ideas a continuación.

Somos un país que necesita salir de esta crisis, y es difícil lograrlo con una sociedad con escasa moral. No existen liderazgos sostenidos, sino liderazgos furtivos que con el paso del tiempo lo único que han logrado es el descalabramiento de una sociedad que vivió por muchos años bajo una paranoia colectiva por la violencia del terrorismo y otros hechos que hemos sido testigos, como la mediatización de la relativización de lo no correcto, por proteger intereses particulares.

Somos una sociedad frágil que tiene una institucionalidad precaria, que no resuelve crisis políticas, y menos aún ahora con el fuerte impacto de la pandemia, donde se ha visto agrietada, y le ha abierto la puerta de par en par a la informalidad para que pueda sobrevivir. Esta informalidad ha permitido que la corrupción dé pasos agigantados y revele la peor cara de diferentes actores políticos y sociales.

¿Podremos salir de esto algún día? La respuesta podría estar en duda para muchos, pero considero que sí. Empecemos a mirar más allá de la ley, a buscar la ley fáctica que permita que la ética esté primero que los intereses individuales, que la integridad sea parte de la formación de los peruanos, solo así combatiremos estos vergonzosos actos que vemos en los medios de comunicación últimamente. Para esto la tarea es grande, ya que no existe un corrupto si un corruptor no lo crea. Nuestra sociedad debe entender que la solución se encuentra en nuestras manos y no en las de quienes administran el país, así que debemos construir una sociedad sana y no una Societates flagitiis.

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