Cultura

ROBINSON CRUSOE DE ANIVERSARIO

Por: Alfredo Gildemeister

La primera novela que leí en mi vida fue “Robinson Crusoe”. Tendría nueve o diez años de edad cuando luego de juntar asiduamente mis propinas, me pude comprar esta novela. No sé por qué  la escogí o por qué me atrajo, sabe Dios. El asunto fue que compré una edición para jóvenes, casi sin figuritas –pues me gustaba leer la versión real y no adaptada para niños- y me la leí de cabo a rabo. Lo curioso es que cada vez que me enfermaba y obviamente faltaba al colegio, uno de mis grandes placeres era leer “Robinson Crusoe” echado cómodamente en mi cama mientras tomaba el desayuno. El privilegio de tener el “status” de enfermo me otorgaba el derecho a tomar el desayuno en la cama. De allí que me quedara horas en la cama leyendo la novela. Y cada vez que me enfermaba la volvía a leer y no me aburría para nada. Me atraía y llamaba en sobremanera la atención el ver como un hombre solo, en una isla desierta, totalmente alejada de la civilización, podía ingeniárselas para construirse todos los elementos necesarios para sobrevivir, desde una cabaña hasta su ropa, cubiertos, platos, vasos y hasta una sombrilla para protegerse del ardiente sol. ¿Acaso Crusoe venía a ser una especie de antecesor de “Mac Gyver”, el cual recurría a su ingenio e imaginación para conseguir lo que le hiciere falta? ¿Acaso la serie “Los Magníficos” (Equipo A) se inspiró en Crusoe y constituyó una especie de “grupo de cuatro Crusoes” que sólo les bastaba su ingenio para construir las armas y equipos necesarios?

Hoy “Robinson Crusoe” está de aniversario, pues este año 2019 se cumplen nada menos que trecientos años de su publicación. Daniel Defoe –cuyo apellido real era simplemente Foe, algunos le ponen De Foe- un conocido periodista, panfletista y articulista en la Inglaterra de 1719, publicó la primera parte de su novela: “La vida y las extrañas y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe” (The Life and Strange Surprising Adventures of Robinson Crusoe), obra que para los especialistas en literatura inglesa, constituyó la primera novela en lengua inglesa pues anteriormente a la publicación de Defoe, no había nacido aún la novela como género literario en Inglaterra. No bien publicada, la novela tuvo un éxito tremendo. Se publicaron nada menos que seis ediciones en el mismo año de 1719. Según la tradición, la primera edición dio a luz un veinticinco de abril. Al igual que hoy en el Perú, no bien se hubo publicado la primera edición, ¡aparecieron diversas ediciones “piratas”! Se publicó en Dublín a principios de junio de 1719 y otra versión aparece en Inglaterra en agosto o setiembre. Hay una tercera edición que, publicada en el mes de julio en Londres por Thomas Cox, constituyó la primera edición “condensada” con el fin de hacerla más “manejable”. Fue así como Defoe publica la segunda parte: “Mas aventuras de Robinson Crusoe” el 20 de agosto de 1719; y recién el 6 de agosto de 1720 aparecería la tercera parte: “Reflexiones profundas durante la vida y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe; con su visión del mundo angélico”. Cuentan que Defoe se inspiró en el relato del náufrago Alexander Selkirk (1676-1721), el cual vivió aislado en la isla de Juan Fernández, una isla ubicada a unos 600 kilómetros frente a las costas de Valparaíso, y que hoy pertenece a Chile. Selkirk estuvo viviendo sólo en esa isla desde 1704 a 1709 al ser abandonado allí por voluntad propia, hasta que fue encontrado cinco años más tarde.

Lo increíble fue que las ediciones piratas se multiplicaron ante la fama y éxito de la novela. Entre octubre de 1719 y marzo de 1720 se publicó, en setenta y ocho capítulos, una versión condensada en un periódico popular: “Original London Post, or Heathcot´s Intelligence”. La piratería continuó y se publicaron ediciones condensadas que juntaban las dos primeras partes y hasta las tres partes. Ya en el siglo XIX la novela se convirtió en una lectura popular de generaciones de lectores. A nivel internacional la novela constituyó todo un “Best Seller” arrollador. Entre 1710 y 1721 se publicaron en Ámsterdam las versiones en francés de las tres partes. Luego la versión en alemán y finalmente en holandés. En 1731 se publicó en Venecia la versión italiana y en 1745 la versión en danés y sueco. Lo más curioso de todo fue contemplar como con el transcurso de los años, el término “Robinson” se fue volviendo una palabra común, e inclusive se fueron escribiendo diversas novelas sobre “Robinson” en diversos idiomas, siendo la más famosa la de “Los Robinson Suizos”, creada por Johan Rudolf Wyss entre 1812 y 1817, un manuscrito que había compuesto su padre, el pastor Johan David Wyss, junto con sus cuatro hijos, sobre la historia de una familia Robinson que naufraga también en una isla desierta. Una excelente novela por cierto que mis padres me regalaran en su momento y que también leí en mi niñez.

Como se ha podido apreciar, la influencia de la historia de “Robinson Crusoe” desde su primera publicación, fue arrasadora y no ha dejado de influir hasta nuestros días en la literatura, en la televisión y en el cine. Baste recordar la novela de Julio Verne “Escuela de Robinsones” o “La isla misteriosa”; la recordada serie de los sesentas en la TV “Perdidos en el Espacio” en donde se pueden apreciar las aventuras de la familia Robinson en su viaje por el espacio, a bordo del “Jupiter II”, exitosa serie que años más tarde sería llevada al cine y a la TV en una nueva serie en Netflix sin mayor éxito. Asimismo, la experiencia de Robinson Crusoe también ha sido puesta en el cine en varias ocasiones, siendo la última adaptación la película “Náufrago” con Tom Hanks. Adicionalmente podemos mencionar la película “La Laguna azul”, las series de TV “Lost” o la conocida novela “El Señor de las Moscas” de William Golding, por solo mencionar algunas creaciones inspiradas en Robinson Crusoe.

Sea como fuere, este año Robinson Crusoe está de aniversario y hay que celebrarlo a lo mejor en una isla desierta. Hoy el panorama turístico nos ofrece para ello toda una diversidad de islas paradisíacas en el Caribe, en el Pacífico Sur, en el océano Índico, etc. ¡Paraísos al escoger! Sin embargo, una pisca de modernidad: se recomienda llevar un buen celular satelital con GPS. Por si acaso nada más…

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