Por: Luciano Revoredo
En el Perú, periferia de la posmodernidad, un político declara que es trans, se viste de mujer y pide que no lo llamen por su nombre legal, por el que aparece en su DNI sino por lo que en su mundo de ilusión han convenido en llamar el “nombre social”. A partir de ese momento el que ose recordar que estamos ante un hombre vestido de mujer, o peor aún lo llame por su nombre oficial, será demolido por su poca empatía, su transfobia e inhumanidad.
Ningún periodista se atreverá a preguntarle que hace con su pene, si lo oculta, lo conserva con algún resquicio de orgullo machista, o ya lo ha mutilado. Nadie le preguntará de que manera satisface sus arrestos sexuales.
Un congresista, de gestos afables y apellido ilustre se declara homosexual. Exige respeto a su condición. Legisla sólo con la mira en sus apetencias sexuales. La prensa lo ama.
Ningún periodista se atreverá a preguntarle sobre sus roles o preferencias sexuales. ¿Usted penetra o es penetrado señor congresista? ¿Practica usted la felación a sus compañeros sentimentales? ¿Con qué frecuencia? ¿Cuál es su tipo de hombre? ¿Tiene alguna preferencia en el tipo de pene de sus parejas? Obviamente estas impertinencias serían inaceptables.
Una candidata, número uno de una lista al congreso declara su homosexualidad. Entonces todos aplauden. Sus gestos muy masculinos y su energía al encarar los problemas son elogiados. Habla de su esposa y la prensa delira. ¿Alguien le preguntaría en una entrevista, en prime time, sobre las prácticas sexuales que prefiere con su “esposa”? ¿Usted hace de hombre o de mujer en su relación? ¡Eso no es así! Esas preguntas no, si se pregunta eso es porque no se comprende nada de lo que es la homosexualidad. O finalmente ¡Lo que se ve no se pregunta!
Un candidato presidencial en una situación por demás confusa huye de un incendio. En la escena del mismo quedan restos de una velada romántica. Por supuesto que nadie puede preguntar por eso. ¿O es que se le puede preguntar con quién estaba en ese lugar? Algún periodista puede en medio de una entrevista preguntarle ¿Qué hizo usted en ese departamento? ¿Nos puede dar detalles? ¿Nos puede decir con quien estaba? ¿Estuvo usted en ese departamento con un hombre? Todas estas preguntas por supuesto serían desatinadas y no serían bien vistas.
Un congresista declara que fuma marihuana con sus padres. En un país en que la venta de marihuana está penada por ley, nadie le pregunta al ilustre padre de la patria dónde compra la droga. Con qué tipo de narcotraficante se encuentra vinculado para comprar la droga que consume en medio de las más enternecedoras escenas de amor filial.
Esa es la normalidad. La corrección. Hay que ser inclusivos. Inclusivos con todo menos con los valores tradicionales o la familia.
Que si tal o cual abortó ¡Bien! ¡Es su cuerpo! O su cuerpa. Que si una mujer ama a su esposo y decide criar a sus hijos a tiempo completo ¡Horror! ¡Cavernícola! ¡Fascista!
Un candidato declara que es católico. Que ama a la iglesia. Que va a misa diariamente y reza el rosario. Entonces se encienden todas las alarmas del progreliberalismo. ¿Es un fanático! ¡Va a instaurar una teocracia!
Entonces la prensa tan modosita y empática se olvida de sus valores, de su discreción, y lo empieza a acosar con impertinencias, a pedirle que explique como vive la castidad. A mostrar la antigua costumbre de la mortificación, que siempre se ha practicado en la iglesia y que es parte de la vida ejemplar de muchos santos, como una perversión. Ahí ya no entra en juego aquello de ¡mi cuerpo, mi decisión! Hay que convertir a este hombre de fe en un animal de feria. Entonces una chusma ignorante y pérfida enfila sus baterías contra él en las redes sociales.
Esa es la normalidad.
Muy de acuerdo con esta columna.
Esa es la normalidad que quieren instaurar los progres, pero lamentablemente los valores dados de generación en generación, al final son los que salen a flotar en la conciencia del pueblo, por eso ese 2.3%.
Y esta bien q se sancione a Neldy Mendoza por lo q iha dicho hace años.? Donde quedó la tolerancia con sus propios hermanos. En el programa de la Leiva, RLA se burló y maltrató a neldy, solo por sus principios cristianos tradicionales, eso es deplorable, él sí puede hablar cualquier cosa y pero la candidata no tiene libertad para expresarse de acuerdo a sus ideales?
Lamentablemente, los medios de (des)información que sufrimos y su manejo tendencioso de la lengua, no permite saber a ciencia cierta qué dijo la candidata. Se parece mucho a la supuesta “coj” de Cipriani. Desearía algo objetivo, transcripciones para formar mi propio juicio al respecto.
Mmm
Excelente escrito, de una lucidez y firmeza inspiradora. Gracias por una valentía que hoy parece extinta.
La normalidad anormal producto de la injerencia tendencial del 0.1% de la poblacion que nos arrincona con su supratendencia aberrante. Como no puedes objetar el probable triunfo de un candidato anda al subterfugio de dañar imágenes como de troglodismo y asustando ingenuos.
Las personas o periodistas pueden preguntar lo que sea, pero pudo haberse negado a responder. Si respondió es por algo, le gusta exponerse. Lo peor que dijo es estar enamorado de Maria.
Las preguntas del periodismo nacional, con posiciones de poder claras y me refiero a un poder económico para quienes prestan su oficio (porque no lo hacen como profesión si no como oficio de subsistencia), han afectado el motivo de la prioridad del candidato que debería ser por ejemplo preguntas orientadas a sus capacidades y talentos como: ¿Qué experiencias y capacidades trae usted, para poner en práctica una vez que sea presidente, congresista? ¿Coméntenos de una manera objetiva como va a implementar su plan de gobierno? ¿Qué haría si con lo que usted dice hacer, se da cuenta que la Constitución y los poderes del Estado lo limitan? ¿Cómo podría usted conciliar con un Legisltativo atomizado y alejado de sus ideas?
Es decir infinidad de preguntas que hagan pensar a los peruanos con un planteamiento socrático realista. Pero ese no es su interés, si no convertir cualquier respuesta en un objetivo de morbo, para movilizar emociones a favor de sus intereses para la subsistencia. El periodismo Odebrecht se ha convertido en una comidilla, en el circo de nuevos valores (que ni siquiera comulgan) y que lindan por supuesto con anti valores; pero por el que les pagan y abren desesperadamente las piernas como en el más viejo oficio. Grande Luciano por tu entrega, claridad y emprendurismo para hacer un periodismo digno e inteligente.
De la religión su intolerancia.
Excelente columna, el supuesto orden de cosas en todo. Estoy completamente de acuerdo con el Sr. Revoredo, la intolerancia es tan brutal que se condena todo y a todos los que no son o piensan como uno.
Por un lado Nicolás Lucar obsesionado en cómo la hace López Aliaga para reprimirse ante su voto de castidad que sabe cumplir….. olvidándose que él hizo una promesa de lealtad a su esposa que no cumplió….. reprimiendo sus deseos en un ascensor y con la esposa de un amigo….
Eso que se llama dominio de si está penado, lo que dice es el desenfreno, entonces todos los que no son desenfrenados son sospechosos. Pero el dominio de sí, es lo que impide a un político aceptar una coima, como se pretende acabar con la corrupción, si no se promueve el dominio de sí, negarse unos placeres, vivir con el solo sueldo de funcionario público, dominarse, no tener una amante a quien mantener, todo eso requiere dominio de sí.