Política

PEDRO VENDRÁ A TUMBAR LOS “CASTILLOS”

TESTIMONIO Y ADVERTENCIA DE UN VENEZOLANO QUE VIVE EN LIMA

Por: Luis Daniel Ramírez Gil

 

“Los pobres tendrán que seguir siendo pobres, los necesitamos así, hay que mantenerlos pobres y con esperanza”     

          Jorge Giordani, Ministro de Planificación del gobierno de Hugo Chávez durante 14 años

 

Como venezolano en Perú y comunicador social,  es mi responsabilidad continuar alertando sobre el peligro y las consecuencias de tener a Pedro como rey del Castillo

En Venezuela, en el año 1998, se veía a Hugo Chávez hablando muy bien a través de las pantallas de televisión, asegurando que acabaría con la corrupción que hasta ese entonces nos azotaba. Cabe mencionar que si bien el país era rico, tenía detrás un grupo alto de políticos corruptos (presidente, gobernadores, alcaldes,  ministros y los amigos de cada uno)  quienes por su exceso de inmoralidad hicieron de Chávez  una “mejor” propuesta. Por eso, el resultado electoral de 1998 lo favoreció con una notoria mayoría de votos. Es decir, fue  culpa de ellos mismos.

En este discurso populista que lo acreditó como gerente del país, Hugo Chávez juró acabar con la pobreza, devolviéndole al pueblo lo que les había sido robado por décadas anteriores. Esto nunca pasó sino, todo lo contrario, lo empeoró. Obviamente, tuvo que mentir para ganarse la confianza de la mayoría de venezolanos (70%) en las urnas electorales.

De esta manera, la propaganda política “no más pobres en un país rico”, emitido por  Castillo y su equipo, pudiera dar esperanza a la escasez económica personal.  Pero quiero asegurarles que con él o cualquier miembro de la izquierda política, nunca sucederá. Lo que en realidad harán es conquistar el voto para luego sentenciar al  país a vivir más pobre que antes.

De no ser así, no habría ningún venezolano fuera de su patria. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aproximadamente 6 millones de venezolanos tuvimos que irnos a otros países debido a la grave situación de hambre y delincuencia que ahí se vive. De esta cifra, más de un millón está en Perú.

Si hay duda al respecto, puede acercarse a cualquiera de ellos en algún semáforo o esquina y consultarle por qué razón están pidiendo limosna con un papel en sus manos que dice “tengo hambre, ayúdame”.

Desgraciadamente, tuvimos que  dejar la casa, la familia, los amigos, el trabajo, nuestras playas, fiestas,  costumbres,  y todo nuestro  feliz entorno por haber elegido a un mentiroso  que nos hizo protagonistas de la miseria.

En Venezuela, por ejemplo,  miles de  empresas que generaban  mil puestos de trabajo, cerraron sus puertas porque no había nada que producir, y, por ende, nada que vender. En consecuencia,  la nómina resultaba imposible de pagar. TODOS se quedaron desempleados sin opción a conseguir otra chamba porque a las demás fábricas alrededor les había pasado lo mismo.

Estimado amigo peruano: primero quiero darles las gracias por habernos permitido estar aquí como uno más de ustedes. Y también quiero prometerles  que si gana Pedro Castillo,  dígale adiós al empleo y dele la bienvenida a la inseguridad incontrolada. En su barrio, habrá más delincuentes que personas. Ni a ud ni a mi nos alcanzará para comer un rico cebichito con chicarrón, caldito de mote ni  carapulcra porque no tendremos ni 5 soles en la cartera que nos permita hacerlo.

Perderemos nuestra chamba porque los jefes no podrán pagarnos y nadie alrededor nos ayudará. En la familia todos estarán igual. Pedro vendrá a tumbar todos los castillos del Perú.  Aún estamos a tiempo de cambiar el destino de esta bendecida tierra. NO AL COMUNISMO, NO AL TERRORISMO. ARRIBA PERÚ.

 

 

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