Política

PEDRO CASTILLO, UN TIMADOR COMPULSIVO

Por: Fernando Valdivia Correa

Rechazo absoluto y mayoritaria indignación. Esta es la reacción que ha ocasionado Pedro Castillo Terrones al proponer y luego presentar ante el Parlamento el Proyecto de Ley de Reforma Constitucional que autoriza someter a Referéndum la convocatoria de una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución Política del Perú, el mismo que se llevaría a cabo el mismo día de la elecciones regionales y municipales; es decir, el próximo 2 de octubre.

Y vaya que hay razones de sobra para ese sentir. En su discurso de asunción de mando, el profesor Castillo anunció la presentación de un proyecto de ley para conformar una Asamblea Constituyente. No obstante, a principios de marzo pasado, el excandidato presidencial Hernando de Soto, luego de reunión sostenida con el mandatario, declaró que él mismo le confirmó que dicha propuesta había sido descartada definitivamente; sin embargo, no pasó mucho tiempo y fue el propio Castillo el encargado de mentirnos nuevamente con este disparate hecho proyecto de ley.

Esto último ya no es novedad, y por lo tanto no debería sorprendernos. Hace algunas semanas atrás, Castillo declaró que podemos meter las patas, pero no metemos las uñas”, reconociendo en su máxima expresión la inoperancia que representa su desbarrado gobierno.

 Lo que sí llama la atención es el apoyo –limitado, por cierto– que ha recibido esta afiebrada propuesta. El Consejo de Ministros, salvo Oscar Graham de Economía, han dado el amén. También lo ha hecho la mayoría de personajes políticos de izquierda (por ejemplo, Verónika Mendoza), pretendiendo justificarla al ser dizque una legítima “reclamación del pueblo”.

 Lo preocupante es la oportunidad en que se presenta dicha propuesta. Magras experiencias en la región, como Venezuela, Nicaragua (donde incluso el dictador Ortega ha retirado a su país de la OEA), o recientemente Chile (donde el presidente Gabriel Boric ya enfrenta una crisis de legitimidad, como refiere la cadena alemana DW), avalan ello, pues es bien sabido que llevar a cabo Asambleas Constituyentes solo ha servido para perpetuar en el poder a los gobernantes de turno.

 Así, con los precios de la canasta básica familiar incrementándose semanalmente, debido –en parte– a la coyuntura internacional (guerra Rusia-Ucrania), y al ruido político existente por los terribles desaciertos del Ejecutivo, la insatisfacción de la población se acrecienta a diario, exigiendo resultados que conlleven a “llevar un pan a la boca”. Es aquí cuando resurge el “populismo”, haciéndonos creer que cambiando la Constitución nos irá mejor, y tendremos más oportunidades que en los últimos 200 años. Pero, esta demagógica promesa debería hacerse respetando la opinión de todos, y no solo de alabarderos al gobierno, pues apenas un 7% la aprueba, mientras que el 73% de los encuestados piden la salida del aún Presidente.

Y Castillo lo sabe. Con el pretendido y abortado toque de queda del pasado 5 de abril, aunado a los paros regionales, toma de carreteras, infructuosas y desatendidas mesas de dialogo, el prosor ha perdido la poca o casi nula legitimidad que le restaba. Por tanto, necesita algo más, lo que fuere (esté o no a su alcance) con tal de quedarse en el poder.

Efectivamente, esta arrabalera propuesta no irá, quedará en el archivo probablemente en la Comisión de Constitución. El problema radica en que mientras Castillo continúe, pronto se le ocurrirá (o le propondrán) otro desvarío, cuyo riesgo está en que el mismo se convierta en ley, o que quizá termine cerrando (constitucionalmente o no, es lo de menos) el Poder Legislativo.

De esto último, el pasado fin de semana el programa dominical PANORAMA reveló que tanto Castillo como su esposa plagiaron su tesis de maestría. Sí, lo hicieron no solo desvergonzadamente, sino que además de negarlo, arremetió contra la prensa; es decir, no hubo propósito de enmienda sino todo lo contrario, la victimización invocando la frase “el mundo entero contra mí”, o mejor dicho contra “nosotros” si incluimos en la trama a la Primera Dama.

Es hora señores. Sea la calle (nosotros, el verdadero pueblo), o los Congresistas, apelando al interés común de preservar nuestra tan amada DEMOCRACIA, debemos decir al unísono un ¡Basta ya señor Castillo! de ser un timador compulsivo, y renuncie, o que prontamente sea desaforado

1 comentario

  1. Sigo diciendo que la narrativa que debe imponerse entre conservadores es la de dejar de incluir en el gremio docente a Castillo, se ha demostrado que es corrupto, mentiroso, ignorante y plagiario, ya se le puede añadir cualquiera de ellos. No puedo creer que tras tantos meses se siga igual. Fíjense sino en la tv nacional, sin ir más lejos, en un reporte sobre los patrulleros en el “noticiero” de m delta, se repitió la frase “estado de emergencia” unas 10 veces, así es como “imponen” “su” “realidad”. Ya está bueno. Si siguen con esa cobardía y respetos humanos hacia quien no los merece, después no se quejen.

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