La columna del Director

PAOLA UGAZ DESACREDITA A LA FISCALÍA DE LA NACIÓN EN EL WASHINGTON POST

Por: Luciano Revoredo

Paola Ugaz está siendo investigada por lavado de activos. La razón principal es su innegable vinculación con Susana Villarán quien la contrató como personal de confianza en la planilla de Serenazgo con un sueldo de 10.000 soles para que se encargue de redes sociales.

Durante el periodo que ejerció este cargo se produjeron los sobornos por los cuales está acusada Susana Villarán. En esos días Ugaz salió del país en varias oportunidades a Panamá y otros lugares, sumando más de dos meses de ausencia, sin solicitar licencia ni vacaciones y se ignora si fue con goce de haber. Luego de eso su legajo personal se perdió muy oportunamente en la Municipalidad Metropolitana de Lima.

A esto se suma que según reveló el diario Expreso es esos días Ugaz habría movido grandes cantidades de dinero con diversos personajes de su entorno. Ella lo ha negado. Pero ha trascendido que alguno de ellos ya habría confesado ante la fiscalía la verdad sobre un probable caso de lavado de activos.

Hay que tener en cuenta también los signos exteriores de riqueza de la periodista, la compra de inmuebles, su nivel de endeudamiento y la sospechosa compra de un lote en Mala por un monto cercano a los 400 mil dólares a su amigo Pedro Salinas, quien fue socio de la empresa CHISAC, que en aquellos días se prestó para mediante una falsa facturación blanquear una coima de 200 mil dólares que entregó Graña y Montero a la campaña de no a la revocatoria de la alcaldesa. Cabe mencionar que en un proceso judicial y bajo juramento Paola Ugaz declaró ante el juez que su único ingreso era un monte de alrededor de 1200 euros que le pagaba el diario El País de España como corresponsal.

Ahora que la fiscalía avanza en su investigación ella se victimiza y recurre al apoyo de la progresía internacional. Para ello sin ningún escrúpulo desacredita a la Fiscalía de la Nación escribiendo en el Washington Post  que : “En Perú, la Fiscalía Nacional puede procesar a cualquier persona que sea acusada de una falsedad. Es una entidad que carece de mecanismos para filtrar la veracidad de las denuncias, y por ello es usada como un instrumento para investigar a periodistas. A la Fiscalía, cuya ley fundacional dice defender “la legalidad, los derechos ciudadanos, los intereses públicos y la recta administración de justicia”, hay que exigirle como ciudadanía que realice un mínimo control de calidad a las denuncias que recibe, antes de abrir una investigación que solo es un agujero negro donde la verdad es lo que menos importa”.

Es lamentable que cuando en el Perú tenemos una grave crisis institucional haya personajes como Paola Ugaz dispuestos a denigrar e infamar en un medio internacional al Ministerio Público, institución que viene ejerciendo un trabajo muy importante en su lucha contra la corrupción.

La estrategia de victimización tiene un límite. El delito de lavado de activos no tiene nada que ver con la libertad de expresión ni con el ejercicio del periodismo.

 

 

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