Por: Luis Yunis
¿Qué le pasa a doña Dina que no define posición? ¿A quién obedece y que partida está jugando? ¿A qué se debe sus idas y vueltas, contradicciones y sus marchas y contramarchas? ¿Sigue pensando en modo Cerrón, en asamblea constituyente y cambio de Constitución? ¿Por qué quiso adelantar elecciones si por sucesión constitucional debería acabar el 2026? ¿Por qué no cumplió su palabra de renunciar si Pedro Castillo dejaba el gobierno? ¿Ya definió su postura hacia el centro o hacia la derecha o sigue con el pensamiento rojo? ¿En serio se encuentra alejada de Perú Libre y de los congresistas de este movimiento? ¿Qué dejó como huella durante su paso como ministra del MIDIS? ¿Sus ministros son incondicionales a ella o solamente éstos están sacando provecho de sus puestos pasajeros? ¿Está preparada para el ejercicio de la gestión pública en su máximo nivel? ¿Realmente apoya la posición de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional?
Quien debería darnos respuestas precisas y a carta cabal sobre las interrogantes antes señaladas y otras más que hay en el tintero, es el órgano rector de nuestra inteligencia en su máximo nivel, y me refiero a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), pero ésta se halla tan venida a menos, como lo está el parlamento y el mismo ejecutivo; lo que quiere decir, que estamos a la deriva y esperanzados en algunas instituciones que simplemente dan manotazos de ahogado para hacer sobrevivir una democracia amenazada y con una gobernante cuya tibieza para tomar decisiones es preocupante, por decir lo menos.
Y al respecto, quiero referirme a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), nuevamente amenazada, maltratada, golpeada y hostigada, y hoy nada más y nada menos que por doña Dina al dejar sin piso las declaraciones del Coronel EP ® Juan Carlos Liendo, el mismo que había asumido el cargo de Director hace pocos días, y quien debería haberse constituido en sus ojos y oídos, pero la mandataria prácticamente lo ha obligado a renunciar, cosa que alegrará a mucho detractor y maldiciente de nuestro sufrido Perú, y para muestra unos botones de lo que debería haber proporcionado la DINI a fin de preservar el estado de derecho y la vida de nuestros semejantes:
Frente a los últimos acontecimientos ¿La DINI ha proporcionado inteligencia estratégica confiable y oportuna para la formulación y ejecución de políticas de alcance nacional con la finalidad de garantizar la vigencia de los derechos humanos, la defensa de la soberanía nacional, el bienestar general y el desarrollo integral de la nación? Obviamente no y los resultados del desastre son públicos, incluido civiles fallecidos, policías heridos, levantamientos de grupos vinculados al terrorismo, convulsiones sociales de dirigencias sindicales, incremento delictivo, caos, desorden, derechos humanos afectados y desconcierto social a nivel nacional.
¿La DINI ha contribuido a la protección de las capacidades nacionales frente a las amenazas que afectan a la seguridad nacional? A todas luces no. Carreteras tomadas, aeropuertos vulnerados, economía paralizada, temor en la población, ataques a las instalaciones públicas y privadas, amenazas continuas, caos generalizado, afectación a nuestras infraestructuras estratégicas y riesgos de desastres aún no controlados
¿La DINI ha encontrado ventajas estratégicas para que el Presidente de la República y el Consejo de Ministros tomen decisiones y anticipen amenazas y riesgos a la seguridad y desarrollo nacional? Absolutamente no. Caso contrario, la Presidente y el Premier hubieran adoptado decisiones oportunas, firmes y definitivamente se hubiera mitigado y moderado las amenazas; sin embargo, hemos visto amenazas, incluso, a nuestros activos nacionales.
¿La DINI ejerce la rectoría del Sistema de Inteligencia Nacional? Definitivamente no, porque de haber sido así, los órganos de inteligencia del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional del Perú hubieran tomado las acciones preventivas a fin de evitar el costo social y económico que actualmente nos golpea de cara a los ojos nacionales e internacionales con el consecuente desmedro del turismo y la paralización de inversiones.
¿La DINI ya tiene identificados a los líderes de la llamada Asamblea Macro Regional Sur, a los azuzadores de violencia, a los financistas que están detrás de estas campañas millonarias de desestabilización? Particularmente lo dudo, y dudo más cuando en circunstancias como las que se vive actualmente con una asonada de violencia y amenaza para el país doña Dina pretenda desestabilizar al órgano rector de la inteligencia nacional.
Y por último, ¿La DINI puede respondernos las interrogantes del primer párrafo? Obviamente no, razón por la cual, insisto en que estamos a la deriva con las incoherencias y paradojas de la señora presidente.
