Política

EL REINO DE LA OSCURIDAD: A PROPÓSITO DEL PROTOCOLO PARA LA EUTANASIA DE ANA ESTRADA.

Por:  Alberto González Cáceres*

La ciencia nos explica que la oscuridad es la ausencia de la Luz. Para el caso de las artes, de la religión o de lo simbólico, la oscuridad es sinónimo de engaño, maldad, crimen y pecado. Ahora bien, para muchos la oscuridad es más que un símbolo, es una manera de vivir y mirar el mundo.

Y de esta forma lóbrega de vivir, no cabe duda de que el mundo jurídico no le es ajeno, al punto que nuestro código penal sanciona a aquellos que falsifican, que declaran en falso, que se dedican al fraude, que aparentan la existencia de derechos y partes procesales (fraude procesal), con tal de lograr sentencias judiciales que les hagan alcanzar sus objetivos.

Y nos referimos a la oscuridad porque es habitual que quienes combaten contra el derecho irrestricto a la vida, desde su inicio hasta la muerte natural; que quienes luchan contra la familia natural, y cualquier otra institución que sea pilar de nuestra civilización occidental, se recubran y hagan las cosas en la oscuridad (en la mentira, en el engaño, en el fraude) para alcanzar sus objetivos.

Por eso se entiende que quienes llevaron a la pequeña “Mila” a Lima para que sea sometida a una junta médica favorable al aborto, lo hayan hecho a las escondidas, sin que nadie sepa del traslado (a oscuras). Por eso se entiende que el asesinato del bebé (a) que llevaba en su vientre (aborto terapéutico le dicen), haya sido cometido el sábado (día en que no actúan las fiscalías) y en horas de la noche (nuevamente en plena oscuridad). Por eso es que se entiende que recién comunican sus hechos consumados, dos días después de su crimen. Por eso es que crean Fiscalías especializadas para perseguir a quienes cuestionen los nuevos derechos creados por la CIDH (sus nuevos derechos). Por eso es que le llaman terapéutico a aquello que no lo es, pues lo terapéutico, cura. El aborto, mata.

Así también se entiende que quienes defienden las ideologías más abyectas, que se encuentran encaminadas a subvertir todo orden natural (nuevos derechos le dicen), lo hacen usando el Poder Judicial, para lo cual se disfrazan como víctimas de abusos para presentar demandas ante jueces completamente ideologizados que viajan para ser “capacitados” al Caribe con todos los gastos pagados; o que sean promovidos como jueces de la Corte Superior o de la Corte Suprema para asegurar sus fallos y subvertir, a las escondidas, nuestra Constitución y nuestro ordenamiento jurídico construido bajo los fundamentos del derecho natural.

Por eso se entiende que apresan todas las instituciones que puedan: el Ministerio de la Mujer, el Ministerio de Salud, la Defensoría del Pueblo y todo lo que puedan, pero eso sí: de manera velada, ocultando sus verdaderas intenciones, en resumen: de manera oscura.

Por eso se entiende que cuando los que se disfrazan de víctimas para utilizar el Poder Judicial para demandar al Estado para promover sus desviaciones más torcidas,  matar a los más vulnerables, o promover sus millonarios negocios farmacéuticos, no encuentran mayor resistencia en la defensa legal y obtener sus resultados, pues los jueces, los supuestos abogados de las partes, los procuradores, los autodenominados amicus curiae, todos ellos pertenecen a esa misma forma oscura de vivir, y ellos lo saben, pues conciertan previamente, en la oscuridad (demandas estratégicas le dicen), para lograr sus objetivos.

Y todo lo antes mencionado se puede corroborar con el caso de Ana Estrada, activista por la eutanasia quien objetivamente busca promover la muerte a la carta (muerte digna le dicen) para lo cual usa una demanda de amparo (en la que se solicita la inaplicación de una norma para un caso concreto), para obtener, en los hechos, una norma general de aplicación para todos (Ahí el fraude. Ahí lo oscuro).

Y lo anterior es oscuro, pues el Juez de la causa al exigir que se ejecute una sentencia de amparo que solo es de aplicación para Ana Estrada, ordena, por la propia naturaleza de los protocolos médicos, que se elabore una norma sanitaria que es de aplicación para todos. Así pues, Ana Estrada, sus abogados, y todos aquellos que la apoyan, han logrado alcanzar su real y oscuro objetivo: Que exista una norma médica que permita la aplicación de la eutanasia para todos. Bastará entonces asegurarse en EsSalud para solicitar que se le aplique la eutanasia para lo cual ya existe un protocolo médico, pues para el mundo jurídico es de aplicación aquel brocardo romano: Donde existe igual razón, existe igual derecho, regla jurídica que por ahora sigue funcionando, para bien y también para el mal.

 

*Presidente del Centro de Estudios Jurídicos Santo Tomás Moro.

1 comentario

  1. Que va pasar cuando La Eutanacia sea libre en Perú y las personas con enfermedades de tratamientos caros no tenga de donde comprarlos y el Estado no haga nada por hacerlo accesible al paciente?… Te van a vender la solucion de la Eutanacia , como ya esta sucediendo en paises inclisive desarrollados como España. Los medicos y clinicas se van hacer ricos por realizar la eutanacia, sera el nuevo negocio de moda. El Estado va decirte prefiero darte gratis la eutanacia que comprar o hacerme cargo de tu tratamiento. Peru es un pais donde hay gente q se muere a cada rato por no tener acceso a tratamientos caros q los seguros del MINSA y ESSALUD no les dan por costar mucho. La gente es libre de elegir lo que quiera hacer con su vida , mientras respete la conciencia y el derecho del otro… Si piden derecho a morir tambien sean empaticos con los que queremos derecho a vivir.

Dejar una respuesta