La columna del Director

EL FAENÓN DE CAMPOY Y PAOLA UGAZ

 

Por: Luciano Revoredo

El pasado miércoles 27 de agosto, el programa Combutters, transmitido en Willax TV, emitió un reportaje que ha pasado desapercibido, como ya es costumbre para el establishment comunicacional peruano, a pesar de la gravedad de las denuncias que en éste se presentan. La crónica dio cuenta de un negocio oscuro que se habría realizado durante la gestión municipal de Susana Villarán en el que habrían participado Marisa Glave y la periodista Paola Ugaz.

La noticia presentada se centra en la compra de un terreno de la Urbanización Campoy, ubicado en la primera etapa del distrito de San Juan de Lurigancho. La empresa Portal Campoy SAC, sin aún ser propietaria del predio, solicitó un cambio de zonificación. Éste fue otorgado meses después por la entonces presidente de la Comisión para desarrollo urbano de la MML, Marisa Glave. Luego la empresa Portal Campoy, que cambió de razón social, compró el terreno en cuestión por 2.5 millones de dólares. Pasado aproximadamente un año, debido al proceso de revocatoria, y a dos meses de dejar el sillón municipal, la administración Villarán compró el terreno por 4 millones 641 mil dólares, es decir con un sobrecosto de más de 2 millones de dólares debido al cambio de zonificación. La razón aparente para la compra fue la necesidad de reubicar a pobladores  Shipibo Konibo que ocupaban una zona que se requería para la construcción del proyecto Río Verde, también cuestionado.

En este “faenón” de acuerdo con el informe televisivo habría estado implicada la entonces jefa de comunicaciones y redes sociales de la Municipalidad de Lima, Paola Ugaz. Ante el aluvión de críticas que se desató por la compra del terreno, la labor de Ugaz habría estado vinculada a vender las “bondades” de este intercambio comercial en los medios de comunicación y redes sociales, además de generar una campaña de desprestigio contra todo aquel que se opusiera a él. Reubicar a un grupo de pobladores para el desarrollo de un proyecto vial no tendría nada de malo si es que no se sospechara que detrás podría haber un negocio turbio del que se habría beneficiado la hoy cuestionada organización dirigida por Susana Villarán, según el informe de Combutters.

Esta denuncia ha sido presentada por la congresista Yeni Vilcatoma y se suma al conjunto de acusaciones que pesan sobre Paola Ugaz por su participación en la gestión de Villarán. La denuncia presentada en Combutters da muestra, una vez más, del poco riguroso ejercicio de la profesión periodística de Ugaz. Dirigir una maquinaria mediática para encubrir actos poco transparentes es algo paradójico, por decir lo menos, en una periodista que se precia de ser el paladín de la libertad de expresión. Por lo demás, esta manera de proceder de Ugaz, que hoy debe enfrentar una denuncia por actos de corrupción asociados a la tristemente célebre gestión de Villarán, no se distingue de otros casos en los que ha dado muestras del mismo talante.

Dejar una respuesta