Política

DESPUÉS DE CUARENTA AÑOS EL MONSTRUO DEL TERROR VIVE

Por: José Romero

Se han cumplido cuarenta años del fatídico día en que un grupo de terroristas le declaró la guerra al Perú. Se prepararon por largo tiempo desde la ruptura del partido comunista en 1964 y las subsiguientes diásporas, una de las cuales fue la facción llamada “SenderoLuminoso”, responsable por su accionar delincuencial, de miles de muertes y cientos de millones de dólares de pérdidas para nuestro país.

Nada de ello hubiera sido posible sin que un estado incapaz, ciego, mudo y sordo lo hubiera permitido con su inacción y por qué no, complicidad en distintos ámbitos, entre ellos el educativo.

Los antecedentes al 17 de mayo de 1980 fueron el gobierno incapaz de Belaúnde (1963-1968) que no pudo llevar a cabo un programa reformista y terminó siendo expectorado por un gobierno militar en medio del caos y la corrupción. El gobierno militar en su primera fase terminó siendo peor que la enfermedad. Infiltrado por comunistas, que ya se habían alzado en armas contra el Perú, permitió el accionar de estas huestes desde los Ministerios de Agricultura, Educación, desde las oficinas del SINAMOS y otras reparticiones. Tras siete años, vino una segunda fase que no pudo desmontar el avance comunista.

La crisis económica propició la convulsión social que empezó con paros, huelgas y algarada encabezados por los constituyentes comunistas electos en 1978 quienes eran el mascarón del movimiento subversivo desarrollado desde organismos “sindicales” y otras fachadas. Hoy algunos de esos actores hoy han reaparecido y pretenden regresar a la Constitución estatista de 1979 que ellos mismos se negaron a suscribir.

Con el regreso de la civilidad, tras un proceso en la que el Presidente de la Junta Militar el General Francisco Morales Bermúdez se la jugó para cumplir la palabra empeñada, regresó el inepto Fernando Belaúnde que no pudo controlar el avance del terrorismo y terminó su mandato en medio de una gran crisis económica, social y moral. El gobierno de Acción Popular acabó como en 1968. Gestó el desastre que vendría luego con el gobierno del inexperto y voluntarioso Alan García.

Lo que siguió ya es conocido. El Presidente Fujimori tomó el toro por las astas y enfrentó con éxito la crisis económica, social y al terrorismo que estaba ad portas de lograr el equilibrio estratégico.

Hoy medio de la más grande crisis producto del covid19, los mismos de ayer con otras caras y algunas mismas de hace 40 años intentan petardear todo para volver a declarar la guerra al Perú en todo el frente. Hoy están en el VRAEM, en diversos estamentos estatales tomados por rojos y caviares que bajo nuevas formas quieren volver con las suyas.

La presencia de estos empezó gracias al gobierno de otro acciopopulista, el provisional Valentín Paniagua en noviembre del 2000 y desde ahí han sembrado la cizaña que hoy está presente, envenenando a la niñez y juventud así como promoviendo el odio, la muerte y lo aberrante.

Son los mismos que escribieron en el vocero terrorista El Diario, los que dispararon tiros de gracia, los “periodistas” que escribieron sobre una subversión mesiánica, los extorsionadores, secuestradores y patrones de carteles, los que asesinaron a miles, los que atacaron a las FFAA y PNP acusándolas de genocidas, los que sirvieron de “abogados democráticos”, ésos que fueron parte de “socorro popular” y de cuanto organismo de fachada crearon.

Hoy los que pretenden regresar usan otras demandas además de unos manipulado derechos humanos. Hoy hablan de género, de propuestas verdes antimineras, impulsan el aborto, atacan la fe y todo atisbo de libertad, incluida la económica, pero se llaman “demócratas”.

Tras cuarenta años engañan con pretendidos informes “de la verdad”, museos de falsa memoria, usan los espacios culturales para escribir libros, filmar películas y otros con los cuales asesinos son convertidos en jóvenes soñadores o heroicos luchadores sociales.

Cuidado. Que dentro de 40 años no tengamos que volver a recordar otra infausta época de dolor y destrucción.

Así como hace 57 años, que la incapacidad y corrupción no vuelvan a ser las bases en los que se asiente un nuevo inicio de lucha armada.

Miles de peruanos, militares, policías, ronderos, miembros de Comités de Autodefensa, autoridades civiles, profesionales de todo tipo y ciudadanos de todas las edades dieron su cuota de sacrificio y sangre. Hay que recordarlos con con gratitud. Por ellos el Perú sobrevivió como sobrevivirá hoy a pesar de los incapaces, corruptos e inexpertos que son los culpables de la muerte y dolor que abaten a nuestra Patria. Roguemos a Dios que proteja al Perú.

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