Política

CUATRO REQUISITOS BÁSICOS PARA SER UN COMUNISTA

Por: Jaime Souza*

El comunista no se considera una mala persona, de hecho, se considera un libertador de la gente, un bienintencionado peleador por la reivindicación de los pobres, de las clases marginadas, un luchador social que con gran corazón y empeño busca la justicia de los pueblos oprimidos; por supuesto, esta clase de pensamiento es común en muchas personas, no obstante, para convertirse en comunista se requiere especialmente de algunas características notables y trascendentes. ¿Qué requisitos debe tener una persona para ser considerada comunista? A continuación, detallo algunas de ellas:

1) Ser ignorante en economía básica.

El comunista parte de principios que contradicen abiertamente la realidad. De entrada, considera, por ejemplo, que la libertad individual y económica es el desenfreno colectivo que ha llevado a las sociedades a las desigualdades y a la miseria imperante, por eso cree que esa libertad debe ser limitada; sin embargo, no tiene idea de que es precisamente por la falta de libertad (económica y política) así como de instituciones que respeten los libres tratos y la propiedad privada que difícil generar riqueza para todos.

Para él, la propiedad privada es el acicate de la ambición y la codicia y el empresario es el explotador que se enriquece sin reparo y en detrimento de las masas de obreros que habitan por todo el planeta. Desde luego, cuando se le critica el por qué ha adquirido un Smartphone o por qué utiliza zapatillas importadas, esto para él no configura para nada estimular la economía de mercado ni la propiedad privada, sino que arguye que con dicho consumo está ayudando a los miles de obreros que trabajan en esas fábricas.

El sistema de precios es un concepto extraño para el comunista, no está interesado en saber que es un monto de dinero (o cualquier medio de intercambio) que se paga por tales o cuales bienes o servicios y que es el resultado del conjunto de valoraciones subjetivas de los involucrados. Ante una subida del precio, él solo comprende que algún capitalista está llenando sus bolsillos con la miseria de la gente y no que están actuando las leyes de la oferta y la demanda ante una abundancia de bienes y servicios o, en su defecto, de una escasez, la misma que se autorregulan mediante los incentivos de ganancia, por eso busca controlar los precios, sin embargo, olvida que esto es el punto de partida de todos los males económicos culminando en un desabastecimiento de gran envergadura y finalmente en una subida generalizada de los precios.

No entiende de comercio internacional ni de los complejos, pero a la vez sencillos de entender, procesos de cooperación voluntaria, tampoco de ventajas comparativas o de especialización e intercambio. El comunista desprecia lo que viene de otros países y busca promover la industria nacional generando incentivos que no hacen más que destruir el aparato productivo y vaciar las arcas del Estado fomentando el clientelismo y la corrupción.

En síntesis, su discurso consiste en solventar las necesidades de la población mediante la acción del Estado (Socialismo), redistribuyendo la riqueza que los particulares ya distribuyeron con sus preferencias, quebrando el espinazo del proceso productivo y entregando gollerías a sus funcionarios cómplices. En suma, cree en el sistema que castiga al que produce y que premia al indolente.

2) Tiene una fuerte dosis de resentimiento social

El comunista es envidioso por excelencia. La prosperidad ajena y la posesión de bienes de otros le causa un profundo odio. Se preguntan siempre por qué los ricos tienen riquezas y no los pobres. No analiza si quiera si dichos bienes, reconocimientos y otros títulos han sido conseguidos por medio del fruto de trabajo de los protagonistas. Alimenta sus fantasías compartiendo su ideología de que un día los ricos serán sometidos y tendrán que dar sus riquezas a los pobres, sin meditar que justamente ese escenario ha traído tanta barbarie e injusticias sociales.

El comunista desprecia la riqueza ajena pero solo en manos de terceros, porque cuando pasa a su control entonces se convierte en el más dulce manjar. Se inventaron el término de “Justicia Social”, que no es otra cosa que quitar a los que tienen para que con la excusa de dar a los que no tienen, sean ellos los más beneficiados, finalmente eso no es justicia, es una negación de la misma. Ha renunciado de plano a la idea de que avanzar en la vida implica aceptar la realidad tal cual, es decir, que se debe trabajar y producir si se quiere esa mejor vida. Al partir de la idea de que su situación de pobreza en la que se encuentra no es por culpa suya sino de alguien más, los cuales pueden ser el Estado, el empresario, la sociedad, la religión, etc. con esas conclusiones se enfrasca en una situación de borrachera ideológica. Busca protegerse de la realidad porque este desnuda su incapacidad, realidad que le parece amarga porque acusa su pasividad e indolencia. El comunista abraza la ideología porque reconforta su ego quebrado, él se considera una víctima del sistema, se concibe inocente y abusado, de ahí que el discurso marxista genera un espasmo de placer intelectual, no se da cuenta que es veneno.

3) No sabe de historia o la tergiversa

La frase más común de un “Comunista Basic Level” es decir: “Eso no fue verdadero Comunismo”. Al escuchar la historia de las ideologías políticas y de los sucesos que desembocaron en aproximadamente 130 millones de personas asesinadas por todos los regímenes totalitarios erguidos solamente en el siglo XX, todas ellas en sus variantes totalitarias, siendo el comunismo uno de los más violentos, todo eso no le produce asco ni rechazo, ni siquiera le incomoda, más bien culpa a EE.UU. de hacer propaganda engañosa.

Para el comunista La Habana es un paraíso y Miami es un infierno, pero se traba la lengua y suda frio cuando se le pregunta el por qué, entonces, los cubanos arriesgan sus vidas en balsas precarias buscando ingresar ilegalmente a ese infierno que tanto detestan. Su asombrosa explicación económica y geopolítica sobre la razón de la pobreza de cuba se debe al bloqueo erguido por Gringolandia, no se da cuenta que con esa afirmación está destruyendo las bases que sostienen el jurásico pensamiento comunista de que “El libre cambio (mercado) es malo”, implícitamente reconoce que es necesario interconectarse económicamente y que la autarquía pregonada por los legendarios teoremas nacionalistas (primo hermano del comunismo) se desmoronan ante la realidad que ni el mismo se da cuenta que está reconociendo.

Los venezolanos que emigran de su país empujados por el hambre y la esperanza de una vida mejor, para el comunista, no son más que traidores que han sido financiados por Washington o por los gobiernos de derecha a donde van a parar. El cinismo pasa a formar parte de su personalidad.

4) Es autoritario

El comunista no espera que la gente se modere a sí misma, dentro de su perspectiva de gobierno, debe existir un poder lo suficientemente fuerte para imponer la voluntad del pueblo (en el fondo es la voluntad de ellos), esto es la violencia para aplicar el supuesto orden social que debe imperar, de ahí que la captura del poder sea el primer paso para implementar su tan ansiado mundo perfecto. Desconfía de la democracia porque esta puede permitir que ingresen al poder gobiernos de derecha que, según su concepción, son hombres débiles que solo lucran y convierten a las sociedades en cada vez más injustas. Para continuar y mantener la revolución, se dicen, ellos deben mantenerse en el poder y vaya que sacarlos implica recorrer un camino en la que siempre hay mártires que ofrecen su vida para recuperar la democracia y restablecer otra vez la República.

 

Hay mucho por hablar de un comunista, son personas que se ven bien por fuera, pero intelectualmente están quebrados, alejados de la realidad. Lástima que se sigan reproduciendo a una velocidad impresionante cual virus que carcomen los fundamentos sobre los que descansa una civilización libre y justa.

 

*Abogado. Miembro activo del “Instituto de Investigaciones y Liderazgo para el Desarrollo Económico” (IILDE). Es socio principal del “Estudio Jurídico DJR Abogados y Asociados” y Coordinador Académico de “CENTRUM – Formación Estratégica”.

Dejar una respuesta