La columna del Director

CUANDO EL PERIODISMO SE CONVIERTE EN EL MÁS VIL DE LOS OFICIOS

El caso de Seamus Mirodan, Daniel Yovera y Paola Ugaz

Por: Luciano Revoredo

Como ya hemos informado anteriormente, Alberto Gómez de la Torre Pretell vio su vida destruida luego de que Seamus Mirodan, Daniel Yovera y Paola Ugaz lo acusaran sin mayores pruebas de asesino y de traficante de tierras en el reportaje “The Sodalitium Scandal”. Esta información se difundió en un video que transmitió la cadena musulmana Al Jazeera en diciembre del 2016. Desde entonces, Gómez de la Torre vive una cruzada para restablecer su nombre.

La semana pasada publicamos en La Abeja un artículo que daba cuenta del estreno del video titulado “La verdad de las mentiras” en el que la periodista Mariella Balbi reporta de manera sintética pero muy clara este caso. Esta pieza audiovisual se sustenta en un informe realizado por el renombrado periodista Miguel Ramírez, exjefe la Unidad de Investigación del diario El Comercio, quien se dio el trabajo de viajar hasta Piura para cotejar si es que los periodistas mencionados habían hecho un trabajo riguroso a nivel periodístico o si, en cambio, Gómez de la Torre tenía razón en sus argumentos. En este artículo hablaremos sobre algunos de los puntos que encontró Miguel Ramírez en su investigación.

La columna central del reportaje de Al Jazeera

Como menciona el periodista Ramírez en su informe, el reportaje de Al Jazeera, “The Sodalitum Scandal” sustenta toda su argumentación en las declaraciones de cuatro personas: el exconvicto Samuel Alberca Reyes, el exsuboficial PNP Pedro Zapata Monteza, el dirigente comunal Pedro Coveñas Chávez y la supuesta posesionaria Carmen Rosa Campodónico. Asimismo, en el testimonio de un entrevistado anónimo que aparece de espaldas a la cámara. “Sin embargo”, afirma Ramírez, “el informe que aquí presentamos –basado estrictamente en una investigación imparcial y que arriba a observaciones y conclusiones propias, producto de esas pesquisas- demuestra que el referido reportaje de Al Jazeera es sesgado y tuvo la evidente intención de perjudicar a la parte denunciada”.

De hecho, uno de los puntos que más llamaron la atención a los que hemos seguido de cerca esta historia durante varios años es que los testigos presentados tienen una historia penal vasta por lo cual su credibilidad es, por decir lo menos, poco confiable. Pero lo más grave, según postula Ramírez, es que “sus versiones no fueron contrastadas y corroboradas debidamente, como suele hacerse en un trabajo de investigación serio e imparcial”.

Por ejemplo, uno de los testigos “clave” en el reportaje de Al Jazeera es Samuel Alberca Reyes. De él hablaremos con detalle en otro artículo. Pero para efectos de entender la falta de rigurosidad en el reportaje es importante mencionar que, por ejemplo, la afirmación en la que dice que Monseñor Eguren Anselmi y Gómez de la Torre le ofrecieron 3 millones de dólares para ayudarlos a expropiar tierras le pareció inverosímil inclusive al exsuboficial Pedro Zapata Monteza –otro de los testigos claves del reportaje de Al Jazeera quien le dijo a Ramírez lo siguiente: “Le puedo asegurar que no creo en esa versión. Menos aún, no me consta si efectivamente esa reunión se realizó. Para mí, Alberca se fue de boca. ¿A quién le consta esa reunión? Yo no puedo dar credibilidad a esa parte del reportaje porque resulta ilógico que un delincuente tan peligroso y temible como Samuel Alberca Reyes, que formó parte del Sindicato de Construcción Civil de Castilla y luego de la Gran Cruz del Norte, rechazara esa millonaria suma de 3 millones de dólares”. Por si fuera poco, el mismo Yovera, al ser interrogado por la jueza Judith Cueva Calle, del Primer Juzgado Penal de Piura, sobre el nivel de credibilidad periodística del único testigo que involucraba en el reportaje a monseñor Eguren, dijo: “Era una declaración sui generis, pues no había forma de comprobar su veracidad”. Y luego, el mismo Alberca, en el año 2018, cuando fue querellado, dijo ante un juez que “no tenía pruebas de lo que había afirmado”.

La pregunta cae de madura: ¿Cómo así Mirodan, Yovera y Ugaz pudieron presentar un testigo sin tomar en consideración todo lo arriba mencionado? Y, en esta línea, también están otros de los testigos con antecedentes penales y algunos, incluso, ya purgan prisión.

La productora que quiso zafar cuerpo

Otro punto relevante del informe de Miguel Ramírez es el concerniente a Paola Ugaz. La periodista, cuando se estrenó el reportaje de Al Jazeera, manifestó varias veces haber sido la productora del documental. Lo hizo en un programa con Glatzer Tuesta, en un tuit que luego borró pero que Google supo guardar, así como en otros espacios mediáticos. Sin embargo, pareciera que se dio cuenta de que en esta ocasión no iba a funcionarle la difamación y cuando se percató de que se había metido en un gran problema legal por todas las acusaciones falsas que profería el reportaje, comenzó a negar que había sido la productora. Además, Paola Ugaz también da declaraciones en “The Sodalitum Scandal”, frente a lo que Ramírez se pregunta: “¿Si ella fue la productora del documental por qué aparece entrevistada opinando sobre un tema que es de interés personal de ella?”. Recordemos que Ugaz es coautora de un libro sobre el Sodalicio y además está por publicar otro sobre las finanzas de dicha institución religiosa. Además, “consideramos conveniente mencionar que el esposo de Ugaz es el corresponsal en Lima de la cadena BBC de Londres. Como se sabe, dicho medio también presta servicios en Arabia Saudita a través de la BBC Árabe. Varios periodistas que trabajaron en la BBC Árabe trabajan ahora en la agencia Al Jazeera”, afirma Ramírez.

En cuanto el propio Gómez de la Torre, en el documental es señalado como representante de la Asociación Civil San Juan Bautista y se dice que pagó a los delincuentes de La Gran Cruz para invadir terrenos y dárselos a esa entidad. “Esa acusación no tiene ninguna base, es malintencionada. Me ha perjudicado a mí y a mi familia. Yo no soy del Sodalicio. Yo fui contratado para representar a la asociación, ese fue mi trabajo. He sido blanco de ataques, no solo en ese reportaje, también en diferentes medios periodísticos de Lima. Y por más que he llamado y enviado cartas de rectificación, nunca he sido escuchado”, dijo Gómez al ser entrevistado para la realización del informe.

Finalmente, en octubre de 2016, antes de la transmisión del reportaje The Sodalitium Scandal, el abogado de la Asociación Civil San Juan Bautista, Percy García Cavero, se comunicó por vía telefónica y por correo electrónico con el periodista Yovera solicitándole una entrevista personal en la que, además, le entregaría toda la documentación que aclarara la investigación que estaba realizando. “No solo llamamos por teléfono y de manera insistente a Daniel Yovera, a fin de que nos atienda y escuche nuestros argumentos. También le enviamos notarialmente una prolija documentación sustentando nuestra posición y nuestra verdad, además de sostener una fluida conversación vía correo electrónico”, le dice García Cavero a Ramírez. “Es más, desde el 28 de noviembre hasta antes de que el documental fuese difundido el 15 de diciembre, existen diversos correos y comunicaciones vía e-mail que mantuve con Daniel Yovera, en los que, incluso, el periodista me envía cuestionarios y preguntas que yo respondo rigurosamente y sustentando con una amplia y prolija documentación, pero nunca se consignó en el reportaje”, dijo el abogado García, mostrando los mensajes que intercambió con el periodista. Y agregó: “El periodista, finalmente, nunca me atendió en Piura porque no tenía tiempo. Es imposible que pueda haber terminado ese reportaje y después nosotros presentar nuestra versión. Es absolutamente falso que nosotros hayamos contactado con el señor Yovera luego de terminado su informe, como él asegura”, puntualizó García, quien para sustentar su dicho entregó el audio de la primera conversación telefónica que tuvo con el periodista el 28 de octubre del 2016.

Como se puede concluir, el reportaje de Seamus Mirodan, Daniel Yovera y Paola Ugaz pecan de falta de rigurosidad y pareciera que no fue algo casual. Como concluye Ramírez en su comentario final, “sorprende que los editores de Al Jazeera, una prestigiosa cadena internacional de noticias, no hayan exigido a los responsables del informe la versión de los denunciados (que pidieron hacerlo a través de su abogado) y tampoco les hayan exigido mayores pruebas de las denuncias allí vertidas (…). Gómez de la Torre nos entregó un correo enviado el 15 de marzo del año 2017 a Seamus Mirodan, el autor del documental junto con Daniel Yovera. Allí le adjuntó una serie de documentos en los que argumentaba su reclamo.

Al día siguiente, Mirodan le respondió: “Esto es para confirmar que he recibido sus materiales y los consideraré, sin perjuicio, en el momento apropiado. Los mejores deseos, Seumus Mirodan”. Eso fue hace tres años. Hasta hoy, Gómez de la Torre no recibe otra comunicación”. ¿Por qué quieren sostener su posición a pesar de toda la evidencia?

En un siguiente artículo seguiremos analizando y compartiendo los hallazgos de Miguel Ramírez. Si bien puede parecer un caso poco mediático, debería ser un caso de estudio para todo aquel que está interesado en elevar la ética de la profesión periodística.

Aquí pueden encontrar el informe completo:
https://drive.google.com/file/d/1SrrbszNa098muxqG0CfhPVE_c5Mwks2t/view?fbclid=IwAR1vgoBIuK4QYPxX0rTnFfLquKhoallBG79WO3wRBwKof9oqFYxdCWaPy_0

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