Internacional

COMPRENDER A GEORGE SOROS

Por: Laurent Ozon

Mientras George Soros se presenta como filósofo, inversor y filántropo, él es conocido por la opinión pública internacional como un pirata de las finanzas que anticipó y forzó la devaluación de la libra esterlina y su salida del sistema monetario europeo durante el célebre “miércoles negro”. Soros es también célebre por su papel de millardario financiero de las luchas del “progresismo” en el mundo entero. 

Desde hace 30 años, ha adquirido la reputación de un financiero sin escrúpulos oculto detrás de la mayoría de las evoluciones políticas y societales mundiales. Nos parece útil arrojar luz sobre este complejo personaje, seguir la lógica de su acción a fin de comprender la naturaleza de su contribución a nuestra historia durante los últimos años. 

¿Adónde van los fondos de Soros?

Anticonservador: aquí encontramos fundaciones y asociaciones dedicadas a la lucha contra las ideas, personalidades, proyectos de ley, proyectos económicos, considerados conservadores en el plano de los valores. Y figuran también organizaciones electorales, grupos de acción o de formación para hablar en público, estructuras opuestas a tal o cual cual proyecto de ley considerado como conservador o tradicionalista, asociaciones productoras de argumentarios, informes o herramientas de comunicación, etc. 

Minorías y víctimas: la Open Society Foundation (OSF) proporciona financiación internacional para causas y proyectos dedicados al apoyo material, la defensa jurídica, el fomento de la participación política o la promoción de las minorías víctimas de los Estados, de los prejuicios culturales o sociales , pero también de las categorías sociales juzgadas como más desfavorecidas. La OSF apoya igualmente a los inmigrantes, musulmanes en países cristianos (no hemos encontrado su apoyo a grups cristianos en países musulmanes), indígenas autóctonos, prisioneros o exprisioneros (reinserción, apoyo jurídico, etc.,), homosexuales o minorías sexuales, poblaciones desplazadas , campos de refugiados, mujeres aisladas o víctimas de abusos y de violencia,

Amnistía Internacional es financiada (a través de Amnistía Internacional Limited) por la Fundación MacArthur, la Fundación Oak, la Open Society, el Vanguard Charitable Endowment Program, el American Jewish World Service, el Departamento británico para el desarrollo internacional (Governance and Transparency Fund) , la Comisión Europea (EuropeAid) y muchos otros. Para más información, la fundación Vanguard Charitable fue creada por Vanguard Group, una colosal sociedad americana de gestión de activos, cuyos principales inversores son las sociedades Monsanto, Exxon, Time Warner, Dow Chemical. Los recursos de Amnistía Internacional proceden de donaciones locales, que son difíciles de rastrear. Amnistía Internacional pertenece a la red de OND con sensibilidad “Open Society”. Sus queridos, más allá del asunto de las torturas, con el que es identificada por el gran público, abarcan otras estructuras financiadas por la OSF de George Soros. AI se topa frecuentemente con redes liberales-conservadoras (en particular, durante sus campañas contra Israel) y los intereses de los Estados en todo el mundo. Wikileaks ya había cuestionado al OCCRP cuando lanzó el affaire de los Panamá Papers, como una oficina de propaganda financiada por la USAID y la OSF. 

Ecología: la OSF también financia a un gran número de organizaciones de defensa de causas medioambientales. Defensa de la vida salvaje, de las reservas protegidas, de los animales en vías de extinción de la promoción de buenas prácticas medioambientales, contra la deforestación, etc. Estas inversiones se cruzan, en ocasiones, con la defensa de las poblaciones autóctonas o de la lucha contra los intereses energéticos o contra las personalidades políticas conservadoras.

Educación, cobertura y protección social: la OSF financia la mejora de la atención y la protección social de las poblaciones pertenecientes a la segunda categoría (víctimas o minorías). La fundación aporta igualmente financiación a los programas de educación, a hospitales o centros de salud, a organizaciones de asistencia a víctimas de las guerras, de las hambrunas o de los desplazamientos forzosos. La OSD es particularmente activa en la defensa de los derechos sociales de los afroamericanos en los Estados Unidos y de las problaciones de origen extraeuropeo en la Unión europea. 

Aborto y eutanasia: la OSF financia activamente a las ONG y las iniciativas que promueven la defensa del derecho al aborto, a la educación sexual, a la promoción de la ideología de género ya las temáticas ligadas a la eutanasia voluntaria en todas las partes del mundo . 

Antiimperialismo: la OSF apoya a los gobiernos, iniciativas y ONG opuestos a los Estados considerados dominantes (Rusia, Israel, Estados Unidos, Estados miembros de la UE). Estas categorías de acciones están frecuentemente ligadas a los objetivos de la diplomacia norteamericana cuando están dirigidas a limitar la rusa, pero la OSF es también particularmente dinámica en el apoyo a las poblaciones palestinas ya las organizaciones liberales judías críticas respecto a la política de Israel. Un informe (ciertamente manipulado) de la NGO identifica las actividades antiisraelíes de George Soros.

Antifronteras: la OSF apoya a las ONG y las iniciativas que operan por la libre circulación de personas. Aunque las migraciones son especialmente importantes durante los últimos años, estas ayudas están en relación, sin ninguna duda, con el rápido aumento de la inmigración hacia países de la Unión europea, hacia los Estados Unidos y hacia Rusia. La OSF financia tanto a organizaciones militantes violentas (sin fronteras) como a las ONG de asistencia o inserción de inmigrantes en las sociedades de acogida. Una parte importante de las actividades de estas organizaciones está dirigida contra los que se oponen a la inmigración.

La OSF no financia iniciativas de apoyo a los autóctonos de origen europeo en ninguna parte del mundo. La fundación no ayuda a las asociaciones de apoyo a las poblaciones europeas cuando ellos son frágiles, oprimidas o amenazadas (ejemplo: las poblaciones rusas de Donbass en Ucrania no reciben ayuda de la OSF, tampoco la población boer víctima de la violencia y la discriminación en Sudáfrica). La OSF defiende causas asociadas a un cuestionamiento de las normas sociales tradicionales de la población mayoritaria en los países occidentales, causas u organizaciones que fortalecen la cohesión social en los países del sur e iniciativas de estructuración social cuando se dirigen a los inmigrantes o las minorías en los países occidentales. La OSF defiende la inmigración en los países occidentales y la protección de los autóctonos en los países del sur.

La OSF defiende la liberación sexual, el derecho al aborto y la lucha contra el sexismo cuando estas deben se dirigen contra la mayoría de un país europeo, pero financia a organizaciones comunitaristas musulmanas dirigidas por líderes favorables a la Sharía ya la condena de la homosexualidad cuando están animadas por grupos musulmanes pretendidamente “iluminados”, pero deben ser también dirigidas contra la cultura mayoritaria autóctona de las poblaciones europeas. ¿Contradictorio? No del todo. Podría parecer contradictorio abogar por la justicia social y robar millones de libras a pequeños ahorradores ingleses, o financiar la defensa de la naturaleza y de los derechos de los pueblos autótonos a la vez que invierte sumas astronómicas en la mayor sociedad de explotación minera del mundo. Se podrían enumerar las apartentes contradicciones de estas lógicas de inversión, pero habría que ser ingenuo para creer que no obedecen a una lógica global. Es necesario estudiar la sensibilidad, la visión del mundo y las tesis de George Soros para poder arrojar luz sobre sus acciones e intereses.

Para comprender las aparentes contradicciones de los compromisos de Soros hay que abordar, en primer lugar, sus escritos. No sólo para encontrar las explicaciones de sus motivaciones, sino para entender su forma de pensar e identificar su personalidad. En el caso de George Soros, ete enfoque es particularmente revelador en la medida en que él siempre ha tenido reales pretensiones intelectuales. Escribía en 2009: “No he tenido que renunciar a mis ambiciones filosóficas cuando las circunstancias me han forzado a ganarme la vida en las actividades más banales” (George Soros, Teoría general de la reflexividad, Financial Times, 27/10/2009)

Desde muy joven, ya se veía como un hombre de pensamiento, un filósofo. Sus ambiciones, obviamente, no convencieron a su entorno, pero volverá, fortalecido por su éxito en el mundo de los negocios especulativos, según la buena y antigua receta de marketing: “si lo he conseguido es porque mis tesis eran las correctas, descubrid las recetas de mi éxito ”.

George Soros es un autodidacta cuya filosofía se basa en una única intuición. Esta intuición le llegará frecuentando a Karl Popper en la London School of Economics y, en particular, de la lectura de su libro “La sociedad abierta y sus enemigos”, publicada en 1945. Soros siempre ha manifestado su inmensa deuda intelectual respecto al filósofo austríaco que le causó una “profunda impresión”.

De esta obra de Popper, Soros tomará prestado su concepto de “sociedad abierta”. Popper (1902-1994) describía la “sociedad abierta” como una democracia liberal intervencionista estructurada en torno a un Estado-providencia democrático que practica “la ingeniería social fragmentaria”. Este libro de Karl Popper será, a este título, considerado por el filósofo político Eric Voegelin como un “escándolo” y un “camelo ideológico”.

Así, George Soros es un teórico de la experimentación social libre y no distorsionada, bajo la protección de organismos y mecanismos mundiales de redistribución. Su acción puede interpretar como una voluntad de reequlibrar los poderes mediante el apoyo a los Estados débiles contra los fuertes, a las minorías contra las mayorías, a las víctimas de las leyes contra la sociedad legisladora y las poblaciones dominantes, a los musulmanes en las sociedades cristianas ya los judíos ya las feministas en las sociedades islámicas, etc. El terreno de experimentación de Soros es mundial. Si bien sabe que la experimentación puede fracasar o crear sufrimiento, está convencido de que este sufrimiento no es tanto el resultado de la aplicación de la experimentación que él genera, como la falta de instituciones para reequilibrar y proteger a los débiles, es decir, instituciones mundiales que compensan sus efectos nocivos. Tal vez esté convencido, y los partidarios de la OSF con él, que su acción contribuye globalmente al bien de la humanidad y que la monitorización social y la vigilancia de las instituciones mundiales, puestas bajo el control de “pastores” (educados por sus fundaciones ) de la especie humana contribuirán al advenimiento de un mundo mejor. Es una posibilidad, pero hay otras peores…

© Le retour aux sources

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