Política

CÓMO EL ESPECTRO DEL COMUNISMO RIGE NUESTRO MUNDO- CAPÍTULO 1: LAS ESTRATEGIAS DEL ESPECTRO PARA DESTRUIR A LA HUMANIDAD

Capítulo 1: Contenido

1. La corrupción del pensamiento humano

2. La subversión de la cultura tradicional

3. Comunismo en Oriente y Occidente

4. El colapso de la sociedad

5. La estrategia de “Divide y reinarás”

6. Engaño y defensa

Introducción

El espectro del comunismo ha trabajado durante siglos para corromper y destruir a la humanidad. Comenzó mutilando al hombre espiritualmente, separándolo de sus orígenes divinos. Desde allí, el espectro ha llevado a los pueblos del mundo a desechar las milenarias tradiciones culturales que lo divino había meticulosamente dispuesto como las normas adecuadas para la existencia humana.

Despojada de su antigua herencia, toda la sociedad humana se está desmoronando a un ritmo sin precedentes. Mientras tanto, los agentes terrenales del espectro han aprovechado este caos social para impulsar sus nefastos planes, enmascarándolos como “liberación” y “progreso”.

En los últimos doscientos años o más, la influencia del espectro se ha apoderado del laberinto de los asuntos sociales y el desarrollo histórico. Su influencia demoníaca toma formas innumerables y aparentemente contradictorias, desde la brutalidad manifiesta del régimen comunista en Oriente, hasta la subversión gradual de la política, la cultura y la sociedad occidental.

1. La corrupción del pensamiento humano

En el mundo de hoy, el criterio para discernir el bien del mal está invertido. La rectitud es considerada perversión y los vicios son considerados compasión. Conceptos siniestros son disfrazados de ciencia y la lógica mafiosa es enmascarada como “justicia social”. La “corrección política” es utilizada para imponer el control del pensamiento y se utiliza la “neutralidad de valores” para hacer que la gente se vuelva insensible a las atrocidades brutales.

El hombre fue creado por lo divino, y los devotos reciben protección divina. Por lo tanto, el objetivo primero y principal del espectro es cortar la conexión entre el hombre y lo divino.

El himno socialista, “La internacional”, dice que nunca hubo ningún Creador. En la década de 1850, el filósofo materialista alemán Ludwig Feuerbach dijo que Dios es meramente la proyección de la naturaleza interior del hombre. Pero la moral, la cultura, la sociedad y el pensamiento racional tradicionales del ser humano provienen de lo divino. En las tumultuosas corrientes de la historia, la fe espiritual puede ser descrita como una fuerte ancla que evita que la humanidad se pierda en las olas.

El ateísmo es un cebo para que los arrogantes jueguen a ser Dios e intenten controlar el destino de otras personas y de la sociedad; los líderes de los movimientos comunistas tienden a autodivinizarse. Al reflexionar sobre el baño de sangre que fue la Revolución Francesa, el filósofo británico Edmund Burke dijo: “Cuando los hombres juegan a ser Dios, inmediatamente actúan como demonios”.

Un concepto estrechamente relacionado con el ateísmo es el materialismo, que niega la existencia del alma. El materialismo se arraigó durante la Revolución Industrial, cuando los rápidos progresos en la ciencia, la tecnología y la producción estimularon un culto al empirismo y al ateísmo. La gente perdió la fe en los milagros divinos y rechazó los mandamientos divinos. El concepto de materialismo dialéctico es el dogma central del marxismo y otras ideologías radicales. En la historia reciente, la teoría fue articulada por primera vez por el filósofo alemán Georg Hegel, como un conjunto general de principios para el pensamiento lógico. El marxismo luego absorbió algunos aspectos específicos de la obra de Hegel, y exageró la naturaleza del conflicto dialéctico.

En manos del espectro, el materialismo y el ateísmo sirven como armas demoníacas para socavar la fe espiritual del hombre, arruinar la moralidad humana y destruir la cultura tradicional. El materialismo y el ateísmo establecieron las bases para una gran cantidad de pretensiones intelectuales. La corrupción de la filosofía ha ido de la mano con la corrupción de la ciencia. El culto a la “racionalidad científica” ha reemplazado a la razón normal con un tipo de religión secular usada para reprimir la fe y negar la moral, reforzando así la visión atea del mundo.

La comunidad científica contemporánea descarta como superstición y pseudociencia, o ignora por completo, a todos los fenómenos que no puede explicar o verificar con sus métodos. Con el objetivo de dominar el pensamiento académico y el sistema educativo, inundan esos ámbitos con teorías ateas como el Darwinismo. La defectuosa teoría de la evolución de Darwin ha sido ampliamente adoptada como un instrumento para distanciar al hombre de lo divino. Equipara al hombre con las bestias, socavando su dignidad y su reverencia por la creación divina.

En el siglo XX, la teoría se apoderó de las esferas de la investigación y la educación; hoy en día, se ridiculiza a los que creen en el creacionismo. Además del impacto en las ciencias naturales, el ateísmo y el materialismo engendraron muchas tendencias filosóficas e ideológicas arraigadas en el concepto de lucha. La teoría de la evolución ahora no solo domina el estudio de la biología, sino que también tiene influencia en las ciencias sociales. De la teoría original de Darwin surgió la perniciosa filosofía del darwinismo social, con sus conceptos de “selección natural” y “supervivencia del más apto”, que reducen a la comunidad de naciones a una jungla de lucha salvaje.

La filosofía demoníaca de la lucha también ha invadido el campo del lenguaje. Las definiciones y matices de las palabras se han distorsionado para ajustarse al pensamiento ateo y materialista. En la novela distópica “1984” del escritor británico George Orwell, la “Neolengua” es un idioma artificial creado para reforzar el control del Partido sobre el pueblo. En muchos sentidos, las visiones de Orwell se han convertido en una realidad. “Libertad” se ha distorsionado para significar un estado que no está restringido por la moral, la ley o la tradición. Principios como “todos los hombres son creados iguales” y “todos los hombres son iguales ante la ley” han sido distorsionados para significar el igualitarismo absoluto. “Tolerancia” se ha desviado para significar una aceptación de todo tipo de pensamientos y conductas retorcidas. El pensamiento racional ha sido convertido en una herramienta para la ciencia empírica de mentalidad estrecha. En la búsqueda de igualdad de resultados, la justicia se ha convertido en “justicia social”.

El objetivo del comunismo no es resolver problemas, sino, como dijo el líder republicano chino Chiang Kai-shek, “expandir las contradicciones globales al máximo grado posible y causar que la lucha humana continúe para siempre”.

Esto se ha observado una y otra vez a lo largo de la historia moderna. El comunismo incita al odio entre el pueblo, crea e intensifica los conflictos, y finalmente asume el poder mediante una revolución violenta o un subterfugio. En todos los casos, la “liberación” prometida por los revolucionarios resulta en lavado de cerebro, matanza y tiranía.

2. La subversión de la cultura tradicional

La cultura ortodoxa de la humanidad fue impartida por lo divino. Además de mantener el funcionamiento normal de la sociedad humana, el rol más importante de la cultura inspirada por lo divino es brindar los medios para que la humanidad entienda la Ley divina enseñada en la época final y de este modo sea salvada de la eliminación.

La cultura inspirada por lo divino provee una fuerte protección moral contra la maldad. Por eso, el espectro del comunismo apunta a destruir la cultura humana haciendo que la gente se oponga a sus propias tradiciones.

La propagación del ateísmo y el materialismo debilitó las raíces religiosas de la civilización, dando lugar a nuevos movimientos ideológicos basados en la lucha. En la sociedad secular, los representantes del espectro socavaron la educación tradicional, crearon un arte moderno degenerado, promovieron la promiscuidad sexual y la pornografía, y popularizaron el uso de drogas. Lo pecaminoso y repugnante es ahora glorificado como liberador y expresivo.

Durante miles de años, la educación tradicional asumió un rol fundamental para desarrollar y transmitir la exquisita cultura de la humanidad. Los estudiantes aprendían a trabajar diligentemente para dominar habilidades profesionales, artísticas o académicas, y para ser buenas personas y ciudadanos.

Los países occidentales comenzaron establecer la educación pública gratuita en el siglo XIX. Para comienzos del siglo XX, el pensamiento ateo y antitradicional había comenzado a filtrarse gradualmente en los planes de estudio, facilitado por expertos pedagógicos de izquierda que se habían infiltrado en el mundo académico y tenían influencia sobre la política educativa. La teoría de la evolución se convirtió en enseñanza obligatoria, mientras que la corrección política se convirtió en la norma de los estudios sociales. Los libros de texto se llenaron gradualmente de ateísmo, materialismo y luchas de clases. La cultura tradicional, ejemplificada en los grandes clásicos de la literatura, no concordaba con la corriente ideológica demoníaca. Fue así que los clásicos fueron cada vez más marginalizados o reinterpretados según la teoría social moderna, haciendo que estudiantes inteligentes y talentosos no tuvieran ningún entendimiento profundo de la sabiduría contenida en las obras literarias más importantes de la humanidad.

La creatividad y la curiosidad de los estudiantes ahora se desperdician en la búsqueda de causas sin sentido, mientras siguen sin conocer las cosas básicas del trabajo y la vida. Los estándares de matemáticas y alfabetización han caído. Las largas horas de escuela separan a los niños de sus padres y familias, asegurando su exposición continua al sistema educativo degenerado.

Con el eslogan de “pensamiento independiente”, se educa a los estudiantes para que sean antitradición y antiautoridad, y se los alienta a despreciar a la sociedad y a sus mayores. Se les inculca versiones izquierdistas de la historia y los estudios sociales, y se los sumerge en entretenimiento vulgar.

En países regidos por regímenes comunistas, los niños son adoctrinados activamente con estudios políticos marxistas desde el momento en que ingresan jardín de infantes o al preescolar. La cultura tradicional y la fe son completamente reemplazadas por una cultura comunista atea de odio y lucha. Al crecer con un constante aluvión de lavado de cerebro ideológico, los niños criados en países comunistas aprenden a pensar usando la misma lógica retorcida del Partido Comunista.

Las tendencias excéntricas y desviadas llenan la cultura de consumo actual, mientras que los antiguos oficios han desaparecido. Se han perdido las normas tradicionales de la mano de obra y la ética comercial. Alienados de su cultura y forma de vida tradicional, la gente se aleja más de lo divino. La sociedad actual adora la libertad sexual y la perversión. La juventud es adicta a los videojuegos, las redes sociales y la pornografía.

El arte también ha sido objeto de un ataque implacable. Las artes tradicionales rectas provienen de lo divino y aparecieron por primera vez en templos, iglesias y otros lugares de culto. El verdadero arte presenta temas como la verdad, bondad, belleza y honor, ayudando así a la humanidad a mantener una cultura moral ortodoxa. La basura ahora ocupa las galerías de arte. Pinturas oscuras y siniestras describen cosas del inframundo. El impresionismo, el surrealismo y otros estilos grotescos han reemplazado las exquisitas obras de la antigüedad y el Renacimiento. En literatura, los antiguos clásicos que encarnaban la sabiduría de civilizaciones enteras han sido desechados en favor de la escritura moderna superficial y retorcida.

La música, antes compuesta e interpretada con reverencia por la gloria divina, hoy está dominada por la obscenidad y el ruido. La cultura pop está llena de temas demoníacos que celebran la violencia y las drogas. Celebridades con cientos de millones de fans promueven estilos de vida degenerados e inmorales. Lo sublime, noble y puro es ridiculizado, mientras que lo vulgar y desvergonzado es alabado.

3. Comunismo en Oriente y Occidente

El comunismo se caracteriza por la filosofía atea de lucha y su organización política e ideología derivan de las pandillas y las sectas. En Oriente, el comunismo es representado por regímenes totalitarios y líderes despiadados como Vladimir Lenin, Joseph Stalin, Mao Zedong, Jiang Zemin, y sus seguidores. La situación en Occidente es más compleja, ya que élites poderosas en el ámbito gubernamental, comercial, académico y religioso conspiran para socavar a la sociedad.

Religiones que supieron ser rectas están ahora llenas de la religión secular del socialismo. Ya sea debido al control político de los regímenes comunistas o a las interpretaciones erróneas de los clérigos infieles, las enseñanzas tradicionales y las sagradas escrituras han sido alteradas. La teología de la liberación ha infundido en la fe recta la ideología marxista y la lucha de clases, y la perversión moral se ha propagado entre el clérigo. Debido a esto, muchos creyentes perdieron la esperanza en la iglesia y han abandonado su fe en la salvación divina.

Junto con la religión y la nación, la familia es una de las piedras fundamentales divinas de la civilización humana. Es un baluarte importante de la moral y la tradición, y funciona como un conducto para que la cultura continúe de una generación a la siguiente.

Los movimientos de izquierda en todo el mundo promueven el feminismo, la liberación sexual y la homosexualidad, socavando la estructura tradicional de la familia y la armonía entre los roles de ambos géneros. Estas tendencias ideológicas legitiman y fomentan la promiscuidad, el adulterio, el divorcio casual y el aborto, rompiendo las relaciones sanas y las normas básicas de la existencia humana. La destrucción de la familia es un factor clave en cómo el diablo está destruyendo a la humanidad.

Totalitarismo en Oriente

Rusia quedó débil tras sus derrotan en la Primera Guerra Mundial, lo que forzó al zar a abdicar. Aprovechando el caos político, los revolucionarios comunistas iniciaron la Revolución de Octubre de 1917 para derrocar al gobierno constitucional. Tras una devastadora guerra civil, los comunistas fundaron el primer régimen socialista del mundo –la Unión Soviética– y usaron sus vastos recursos para exportar la revolución al extranjero a través de la Internacional Comunista.

El Partido Comunista Chino (PCCh) fue creado en 1921 con el apoyo directo de la Unión Soviética. Durante las décadas siguientes, los comunistas emprendieron una violenta y traicionera rebelión contra la República de China. El PCCh se benefició enormemente de la invasión japonesa en la Segunda Guerra Mundial y continuó luchando contra el Partido Nacionalista gobernante durante y después de la guerra. En 1949, los comunistas se apoderaron de toda la China continental y establecieron una República Popular totalitaria.

Tanto el partido comunista soviético como el chino masacraron despiadadamente a decenas de millones de su propia gente en tiempos de paz. Para implementar su maliciosa ideología marxista, el Partido Comunista Chino lanzó la Revolución Cultural –sin precedentes hasta el momento–, declarando así la guerra a los 5000 años de la cultura tradicional y exquisita civilización antigua de China.

Desde la década de 1980, el PCCh introdujo reformas económicas para evitar su propio colapso, pero mantuvo a la esfera política bajo su estricto control totalitario. Hasta la fecha, el Partido se mantiene aferrado al poder mediante campañas de supresión, como la represión del movimiento democrático y la persecución a Falun Dafa.

Infiltración en Occidente

La corte imperial de China, el derecho divino de los reyes en Occidente y el sistema estadounidense de controles y equilibrios, son formas de gobierno establecidas por lo divino para los humanos, de acuerdo a sus culturas y ambientes particulares. Aunque las revoluciones comunistas no lograron tomar el poder en Occidente, el espectro del comunismo igualmente estableció un control encubierto sobre el mundo libre mediante la subversión y la infiltración. Sin una revolución violenta, los países occidentales abandonaron métodos rectos de gobierno y adoptaron ampliamente varias características del sistema comunista, como elevados impuestos, enormes Estados de asistencia social, burocracias excesivas que trabajan para sus propios intereses y la corrección política.

La ley, originalmente fundada sobre la base del mandamiento divino y la moral religiosa, ha sido alterada para dar lugar a interpretaciones desviadas de la ética y la libertad. En los países comunistas de Oriente, la ley existe para hacer la voluntad del régimen. En Occidente, las leyes son interpretadas mediante la ideología de izquierda y modificadas para desarraigar los conceptos morales del bien y el mal. Se aprueban leyes para mostrar indulgencia hacia los delitos graves, fomentar estilos de vida adúlteros, socavar la familia y frenar los derechos de los ciudadanos honrados mediante estrictas regulaciones.

Tanto gobiernos como ciudadanos han sido arrastrados hacia una cultura de consumismo codicioso. Élites financieras han eliminado la sabiduría tradicional que gobernaba la economía sostenible, sustituyendo el patrón oro por una moneda fiduciaria fluctuante. Los bancos y el Estado fomentan la acumulación de deuda interminable, lo que conduce a crisis económicas perennes y erosiona la soberanía nacional.

El espectro comunista ha utilizado la globalización como una herramienta para quebrar gradualmente la soberanía de las naciones individuales a través de organizaciones como la Liga de las Naciones y las Naciones Unidas. Promocionadas como soluciones utópicas a los conflictos y disputas internacionales, estas autoridades globales en realidad responden a planes nefastos. Las Naciones Unidas, a pesar de recibir la mayor parte de su financiamiento de democracias occidentales, ha caído cada vez más bajo la influencia de regímenes comunistas como la República Popular China. Las organizaciones internacionales se utilizan para propagar la ideología izquierdista y socavar los intereses nacionales legítimos. El objetivo final es someter a todo el mundo a un régimen totalitario con un estricto control sobre la política, la ideología y la población.

Los planes izquierdistas y otros planes perniciosos han podido adquirir tanta influencia en los países occidentales, en gran parte gracias a la ayuda de los medios de comunicación. En los países regidos por regímenes comunistas, todos los medios de comunicación están sujetos a la censura del Estado, si no están directamente controlados por el partido comunista. En otros lugares, los medios de comunicación están sometidos a la influencia de sesgos financieros y partidistas. La información y la conversación honestas quedan enterradas bajo una avalancha de sensacionalismo, la virtud de exhibición y noticias totalmente falsas.

4. El colapso de la sociedad

A fin de derribar la sociedad humana tradicional, el espectro ha dirigido la inmigración masiva, los movimientos sociales y otras turbulencias a una escala mundial. Este abrumador proceso ha estado en marcha durante varios siglos.

Guerra y revolución

La toma del poder político es uno de los pasos clave en el plan del comunismo para destruir a la humanidad. Karl Marx, al resumir las lecciones aprendidas de la Comuna de París, escribió que la clase obrera debe derrocar el aparato gubernamental original y reemplazarlo por su propio Estado. El poder es siempre el tema central de la teoría política marxista.

La guerra es una de las herramientas más efectivas del espectro para romper con el viejo orden internacional, destruir los pilares de la tradición y acelerar el desarrollo de la ideología comunista. Muchas guerras se lucharon bajo influencia demoníaca. La Primera Guerra Mundial causó el colapso de varios imperios europeos, principalmente la Rusia zarista, lo cual pavimentó el camino para la revolución bolchevique.

La Segunda Guerra Mundial brindó las condiciones para que el Partido Comunista Chino tomara el poder y para que la Unión Soviética invadiera Europa del Este, estableciendo así el campamento socialista de posguerra. La guerra también generó el desorden de la descolonización, de la cual se aprovecharon los regímenes comunistas soviético y chino para apoyar el movimiento comunista a nivel mundial. Los movimientos nacionales de liberación llevaron a muchos países de Asia, África y Latinoamérica a un socialismo autoritario.

La instigación de la revolución puede dividirse en los siguientes pasos:

  1. Fomentar el odio y la discordia entre la gente.
  2. Engañar al público con mentiras y establecer un frente unido revolucionario.
  3. Derrotar a las fuerzas de la resistencia una por una.
  4. Usar la violencia para crear una atmósfera de terror y caos.
  5. Realizar un golpe de Estado para tomar el poder.
  6. Suprimir a los reaccionarios.
  7. Construir y mantener un nuevo orden usando el terror de la revolución.

Los países comunistas intentaron lanzar una revolución mundial a través de la Internacional Comunista, exportando el activismo revolucionario y apoyando a izquierdistas locales para crear disturbios en Estados no comunistas.

El comunismo se aprovecha de las divisiones entre las personas y canaliza la rabia de los individuos hacia el odio colectivo. Las revoluciones comunistas triunfan mediante actos de terror, y los regímenes comunistas implementan políticas de terrorismo de Estado. La mayoría de los movimientos terroristas se inspiran en el modelo de organización leninista, y los comunistas soviéticos y chinos apoyaron a grupos terroristas como una especie de fuerza de tareas especial contra el mundo libre.

La irracionalidad con la que los terroristas toman como rehenes y asesinan a personas inocentes crea una atmósfera de impotencia. Expuesta a violencia excesiva, la gente se vuelve más antisocial, deprimida, paranoica y cínica. Todo esto daña el orden público y fragmenta la sociedad, ayudando a crear las condiciones necesarias para que el comunismo tome el poder.

Crisis económicas y sociales

En todo el mundo, los movimientos socialistas y comunistas se han aprovechado del descontento económico para colocarse en posiciones de influencia, con el objetivo final de derrocar el orden social existente.

Las crisis económicas pueden ser creadas y utilizadas como formas de alentar la revolución o para presentar a los movimientos socialistas como salvadores. Cuando los políticos en países democráticos están desesperados por encontrar soluciones, hacen un pacto con el diablo y gradualmente dirigen a sus países hacia el gran gobierno y un socialismo con altos impuestos. Como Saul Alinsky escribió en “Tratado para radicales”: “La acción real está en la reacción del enemigo”.

La Gran Depresión de la década de 1930 fue un punto crítico en el que Europa y Estados Unidos se embarcaron en el camino al gran gobierno y el intervencionismo generalizado. La crisis financiera de 2008 continuó inclinando la balanza a favor de la expansión de las políticas izquierdistas.

Con el surgimiento de la industrialización y la globalización, surgió la migración masiva, primero del campo a la ciudad, luego cruzando fronteras y continentes. Desde la antigüedad, la gente se ha movido de un lugar a otro. Sin embargo, los rápidos movimientos poblacionales, tanto nacionales como internacionales, que se ve en los tiempos modernos son el resultado de la manipulación del espectro.

La migración masiva disuelve la identidad nacional, las fronteras, la soberanía, las tradiciones culturales y la cohesión social. A medida que a grupos masivos de personas se les remueven sus identidades tradicionales, es más fácil que los absorba la corriente de la modernidad. Es difícil ganarse la vida para los inmigrantes que viven en un ambiente que no conocen, mucho más participar profundamente en los procesos políticos y tradiciones culturales del país que los recibe. Es así que los inmigrantes recién llegados son fáciles de reclutar como votos gratuitos para los partidos de izquierda y las causas sociales. Mientras tanto, la inmigración crea las condiciones para provocar animosidades raciales o religiosas.

El comunismo se aprovecha de las tendencias sociales para enardecer y perturbar a la gente, aumentar los conflictos y activar movimientos para desestabilizar a la sociedad, apalear a sus oponentes políticos, dominar el relato y parecer que tiene la autoridad moral. Ejemplos de esto incluyen el movimiento antiguerra y el ambientalismo, de los cuales los comunistas se apropiaron para sus propios fines.

5. La estrategia de “divide y reinarás”

El espectro comunista maneja a la gente según sus características y motivaciones particulares. Toma la vida de algunos mientras se aprovecha de la codicia de otros. Puede utilizar el idealismo y la emoción humana para adoctrinar a las personas y que sirvan como peones de la revolución y la rebelión.

Eliminar el disentimiento

Algunas personas son más sabias y más perceptivas que otras. Algunas están más cerca de lo divino y no son susceptibles a los ardides del diablo. En países con una larga y rica experiencia histórica, es difícil que la gente se deje llevar por el engaño. El espectro del comunismo no duda en liquidar físicamente a los integrantes de la sociedad que pueden darse cuenta de su conspiración y son lo suficientemente valientes como para ponerse de pie y resistir. Para esto, planea campañas políticas, persecuciones religiosas, juicios falsos y asesinatos.

En China, con sus cinco mil años de civilización inspirada en lo divino, el Partido Comunista Chino solo pudo quebrar el orden cultural iniciando una serie de campañas políticas que masacraron a decenas de millones de personas. Prestó especial atención a asesinar a eruditos, aristócratas y practicantes espirituales que servían como custodios de la cultura tradicional china.

Élites de todas las naciones y ámbitos han elegido el camino demoníaco, ya que el espectro saca partido de sus intereses y les otorga poder según lo fieles que sean a sus planes. A quienes buscan fama e influencia, el espectro les da reputación y autoridad. A los ambiciosos, les da ganancias. Infla los egos de los arrogantes y mantiene felices a los ignorantes. Los dotados son seducidos con ciencia, materialismo y una libertad de expresión sin restricciones.

Los ideales de las personas con ambiciones nobles y buenas intenciones son convertidos en autoglorificación, haciéndolos sentir el cálido brillo de convertirse en presidentes, primer ministros, expertos, congresistas, gerentes, banqueros, profesores, eruditos, ganadores del premio Nobel, etc, con un estatus social destacado, influencia política y grandes fortunas. Una vez establecidas, estas grandes personalidades son cooptadas, cada uno según su circunstancia. Muchos de ellos se convierten en los agentes ignorantes del espectro, y en palabras de Lenin,”idiotas útiles”.

Embrutecer a las masas

La ideología comunista manipula el conocimiento público utilizando versiones falsas de los hechos, engañando a la gente con su sistema educativo distorsionado y controlando los medios de comunicación. Utiliza la sensación de seguridad de la gente y sus intereses superficiales para hacer que solo se preocupen por sus beneficios inmediatos, entretenimiento vulgar, deportes competitivos, chismes sociales y la indulgencia en los deseos eróticos y carnales. Al mismo tiempo, los políticos satisfacen al populacho para afectar la vigilancia y opinión de los votantes, y así capturar al electorado.

En los países comunistas totalitarios, a la gente nunca se le permite tener nada que ver con la política. En países democráticos, hacen que quienes se preocupan por el bien público tengan su atención puesta en asuntos triviales (como los derechos de los transexuales), haciendo eco de  la famosa estratagema de la antigua historia militar china: “avanzar por un camino oculto mientras se reparan los caminos abiertos”. Se crean noticias virales, fenómenos sociales e incluso ataques terroristas y guerras para encubrir el objetivo final del comunismo.

Al público se le inculca una conciencia moderna y se lo moviliza para subyugar a la minoría de personas que se aferran obstinadamente a la tradición. Los intelectuales lanzan fuertes críticas hacia las culturas folclóricas del mundo, promoviendo prejuicios intolerantes entre su público sin educación. Se abusa de los conceptos de pensamiento crítico y creativo para que la generación más joven se enfrente a la autoridad, evitando que absorban el conocimiento y la sabiduría de la cultura tradicional.

En los países comunistas, luego de asesinar a quienes transmitían la cultura tradicional, el grueso de la población fue adoctrinada para que participara en la revolución. Luego de que el Partido Comunista tomara el poder en China, le tomó dos décadas y media para nutrir a una generación de “lobeznos”, un término chino para los que crecieron bajo el comunismo y fueron adoctrinados para odiar y asesinar a los enemigos de clase. Se los alentó a pelear, destrozar, robar e incendiar de forma indiscriminada.

Durante la Revolución Cultural, niñas adolescentes no tenían reparos en golpear hasta la muerte a sus maestros. Hoy en día, los trolls de internet conocidos como el “Ejército de 50 Centavos”, trabajan activamente en diferentes redes sociales de China, escribiendo constantemente sobre golpear y matar, con posteos típicos que dicen: “Recuperemos las Islas Diaoyu aun si China queda inhóspita” y “Preferimos que China quede salpicada de tumbas antes que no poder exterminar al último japonés”. Su sentimiento asesino es activamente cultivado por el Partido Comunista Chino.

En Occidente, los partidos comunistas rememoran con orgullo la experiencia de la Revolución Francesa y la Comuna de París. Cada revolución e insurrección ha sido iniciada por un populacho que no tenía escrúpulos, vergüenza ni compasión.

Fragmentar la sociedad

Actualmente, la generación más vieja está siendo marginalizada y removida de la sociedad a un paso cada vez más acelerado. A medida que a los jóvenes se les otorgan cada vez más derechos, poder político y privilegios, los mayores pierden sus posiciones de autoridad y prestigio, apresurando la ruptura del hombre con la tradición.

La literatura, el arte y la cultura popular contemporánea están dirigidos al gusto y los valores de los jóvenes, que están bajo la presión de seguir eternamente las últimas tendencias en la moda para no ser excluidos por sus pares.

El rápido progreso científico y tecnológico hace que los adultos mayores sean incapaces de seguir el ritmo y adaptarse a los enormes cambios sociales que ocurren como resultado. La transformación de las esferas urbana y rural, combinada con la migración masiva, trabajan juntas para aislar a los adultos mayores y alejarlos del presente. El tormento y la indefensión de su soledad se ve exacerbada por la realidad de la vida moderna, donde los jóvenes están en un constante estado de competencia y tienen poco tiempo libre para sus padres y ancianos.

En la sociedad humana tradicional, las personas se ayudan entre sí. Cuando hay conflictos, tienen la religión, la moral, las leyes y las costumbres folclóricas para facilitar la resolución y la cooperación. Tal sociedad orgánica no puede colapsar en un corto período de tiempo. Primero tiene que ser desintegrada en pequeñas unidades, disolviendo la confianza tradicional entre las personas y aislando a los unos de los otros.

Se ha utilizado prácticamente cada estándar concebible para dividir a la sociedad en grupos opuestos e instigar el odio y la lucha entre ellos. La clase, el sexo, la raza, la etnia y la denominación religiosa pueden servir como base para la división. El comunismo y otras ideologías influenciadas por el espectro aumentan la animosidad entre burgueses y proletarios, entre gobernantes y gobernados, progresistas y “retrógrados”, liberales y conservadores –todo mientras el gobierno expande su poder para formar un Estado totalitario imparable.

6. Engaño y defensa

El espectro comunista se ha ocultado bien. Es difícil poder ver la escala de su engaño, creado mediante una gran variedad de estratagemas que van desde lo oculto a lo evidente.

Las argucias más diabólicas de espectro se llevan a cabo a plena luz del día, presentadas como sensatas, razonables y legales. Están tan extendidas que es difícil exponer estas estratagemas. A veces se revelan ciertos aspectos de los planes del espectro, pero esto solo desvía la atención y el escrutinio de una conspiración mayor.

Por ejemplo, durante la Guerra Fría, el mundo estaba dividido entre dos campos militares y políticos. No obstante, aunque sus sistemas sociales parecían ser diametralmente opuestos, en ambos lados estaba teniendo lugar el mismo proceso demoníaco de diferentes formas.

Muchos comunistas de estilo occidental, socialistas, fabianos, liberales y progresistas revisionistas rechazaron públicamente los modelos soviético y chino, pero sus esfuerzos llevaron a la sociedad por un camino hacia una estructura social en nada diferente de aquellas de la Unión Soviética y China. En términos simples, el espectro comunista usó el Oriente totalitario como una distracción para la infiltración activa en Occidente.

Quienes se atreven a exponer las argucias del espectro son etiquetados como “teóricos conspirativos”, “extremistas”, “extrema derecha”, “derecha alternativa”, “machistas”, “racistas”, “belicistas”, “intolerantes”, “nazis”, “fascistas” y otros agravios con el fin de aislarlos y marginarlos del ámbito académico y de la sociedad en general. Reducidos a objetos de ridículo y miedo, sus ideas no tienen audiencia y no tienen influencia. La gente es condicionada para oponerse y odiar a ciertas etnias, grupos e individuos, lo que desvía la atención de la maldad fundamental del espectro comunista.

Es imposible que toda la humanidad sea engañada por las tretas del espectro. Pero el comunismo en sus múltiples formas ha aumentado su influencia sobre la mayoría de la gente y sus líderes en todo el mundo. No es exagerado decir que el espectro del comunismo rige nuestro mundo. Frente a las estrategias generales esbozadas arriba, los siguientes capítulos de este libro examinan en detalle cómo el espectro comunista llegó a regir el mundo, y qué debe hacer la humanidad para evitar la destrucción final en manos del espectro.

 

© Epoch Times

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