La columna del Director

VICTORIA TEMPORAL DE LOS DINÁMICOS DEL EJECUTIVO

Por: Luciano Revoredo

Finalmente, el congreso le dio el voto de confianza al peor, al más mediocre e impresentable gabinete ministerial de la historia republicana. Un gabinete lleno de acusados de todo tipo de crímenes, ignorantes, gente sin ninguna experiencia ni preparación para los cargos que ocupan, un grupete de improvisados y anodinos malhechores dispuestos a todo por imponer su ideología insana y medrar del estado. No diré que hay excepciones porque el que acepta subirse al coche de este gobierno merece el mismo trato.

Bellido, uno de los más insignificantes, ordinarios y despreciables políticos peruanos de nuestra historia, llegó al congreso con su típica sonrisa socarrona, sin corbata y en actitud de desprecio por las instituciones, se permitió sacar una bolsa de hojas de coca y ponerse a masticarlas con mirada bovina, imitando exactamente lo mismo que hizo el narco-pedófilo Evo Morales en la Asamblea General de la ONU. Nada de lo que hacen los delincuentes que han tomado el poder es casual. Todo gesto en política tiene un sentido y un mensaje.

En su presentación soporífera Bellido trató dorar la píldora con un mensaje de apariencia centrista y calmar un poco las aguas.  Podía haber dicho cualquier cosa, finalmente los votos infames e imperdonables de Acción Popular y Alianza para el Progreso ya estaban “arreglados”, esa traición quedará para la historia .

Serán estos votos de los Judas de la política los que recordaremos cuando la Patria languidezca ante las tropelías y los crímenes comunistas. Será entonces tarde para explicaciones y arrepentimientos.

Todo lo que Bellido expuso y luego ratificaron sus ministros ha sido un juego de palabras, una ilusión, parte de un delirio que no se ajusta a la realidad. Lo real lo están manejando en la sombra Sendero Luminoso, el MOVADEF, el CONARE, Cerrón, Najar, Bermejo, Castillo y los Dinámicos del Ejecutivo. Esa banda que ha secuestrado al país.

De momento quedan todos los ministros. Los medios se van calmando. El Congreso indolente está domado. La farra populista en marcha y la ruina del país en camino. En la práctica Castillo se ha fortalecido, pero es una victoria temporal.

Ante todo, esto corresponde ahora a la sociedad expresarse, tomar las calles sin tregua e invadir las redes sociales con millones de post para propiciar la vacancia del indecible Castillo y sus cómplices.

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