La columna del Director

ECUADOR PLANTEA UNA SITUACIÓN LÍMITE EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Por: Luciano Revoredo

López Obrador tiene cara de imbécil y habla como imbécil. Pero no es imbécil. Es un peligroso y corrupto aliado del narcotráfico y de las oscuras fuerzas del Foro de Sao Paulo.

Ha convertido a México en la Meca de todos los políticos corrompidos de la región y es un rápido y hábil repartidor de inmunidades y privilegios para sus aliados.

Recordemos como en el caso peruano se puso al servicio del nauseabundo gobierno de Pedro Castillo, primero en sus acostumbradas alocuciones en las que victimizaba a Castillo y lo declaraba un mártir de la democracia bajo el permanente desprecio de las clases dominantes peruanas, luego en un acto inaceptable de intromisión envió funcionarios de su gobierno para asesorar al deplorable Pedro Castillo y finalmente cuando éste dio el golpe de estado, que fracasó gracias a la rápida reacción de nuestras instituciones constitucionales, rápidamente intentó protegerlo como asilado. Felizmente Castillo no pudo llegar a la Embajada. Recordemos también cuando AMLO protegió al pedófilo y narcopolítico boliviano Evo Morales.

Por su parte en Ecuador el exvicepresidente Jorge Glas,  fue  condenado por corrupción en 2017 y sentenciado a seis años de prisión por recibir sobornos de Odebrecht. Luego logró su libertad y fue nuevamente involucrado en casos de corrupción muy graves por lo que debía ir a prisión y es cuando se internó en la embajada mexicana. Pero no es el primero, desde el año 2019 México ha asilado a casi una decena de funcionarios corruptos del correísmo. Esta es la realidad que tocó enfrentar al gobierno de Noboa, el que tomó la polémica decisión de ingresar con la policía a la embajada mexicana y apresar al delincuente ahí protegido por un gobierno cómplice. Si bien el hecho es digno de aplauso en el sentido de hacerse respetar como país soberano, a la vez sienta un precedente muy peligroso y de alcances absolutamente impredecibles.

Ante el hecho que ha generado un serio impasse internacional con ruptura de relaciones, el presidente Noboa ha dicho: “El clamor del pueblo ecuatoriano es depurar al país de la delincuencia organizada , narcotráfico y narcopolitica , y no hago más que cumplir su mandato. Pido disculpas al pueblo mexicano y condeno la actitud de su gobernante el cual pretende solapar a la delincuencia(…)”.

La situación planteada viene a redefinir muchos aspectos de las relaciones internacionales. En adelante se espera que los países lo piensen muy bien antes de acoger criminales como asilados por el simple hecho de la afinidad ideológica, así como también se abre un debate sobre los alcances del asilo en el mundo actual.

La situación de México con el Perú tampoco es óptima y tras todos los coqueteos de AMLO con la corrupta izquierda peruana, empezó un acoso a los pasajeros peruanos en los aeropuertos mexicanos, lo que concluyó con la sorprendente medida de establecer un visado para el ingreso de peruanos en México, lo cual como corresponde concluyó en reciprocidad con la misma  medida para el ingreso de mexicanos al Perú. Rápida reacción de nuestra diplomacia encabezada por el brillante canciller Javier González Olaechea.

 

 

 

 

 

 

 

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