La columna del Director

¿QUIÉN MATÓ A ANA ESTRADA?

Josefina Miró Quesada Gayoso, bautizada por el ingenio popular como el  “ángel de la  muerte” se niega a revelar el nombre de quién mató a Ana Estrada

Por: Luciano Revoredo

En un artículo anterior, denunciamos los peligros del “gobierno de los jueces”, donde se ha producido una distorsión de la justicia y una intromisión indebida del poder judicial en asuntos que no le competen. Esto, ya sea por una marcada ideologización o por un exceso de influencia en otros poderes del Estado, puede poner en riesgo la gobernabilidad democrática, la eficacia del sistema político e incluso derivar en una dictadura.

Los jueces y fiscales, al no tener responsabilidad ante el electorado, carecen de mecanismos efectivos de rendición de cuentas. Cuando estos actores están influenciados por intereses políticos o ideológicos, el poder judicial se vuelve vulnerable, se corrompe y puede convertirse en una herramienta de presión de grupos políticos, perdiendo así su razón de ser.

En el caso particular de la eutanasia, es evidente que la legalización a través de una sentencia judicial no es el camino adecuado, ya que la competencia para establecer o eliminar derechos recae exclusivamente en el Poder Legislativo. Sin embargo, en esta “dictadura ideológica judicial”, se ha dado el caso del asesinato de Ana Estrada, donde se legalizó la eutanasia bajo la figura del “suicidio asistido”, una acción que no está contemplada como un derecho en la Constitución del Perú.

Un juez o un grupo de jueces no puede reemplazar el debate parlamentario, ya que los magistrados están para hacer cumplir las leyes, no para crearlas. En el caso de Ana Estrada, el juez ha pasado por encima del derecho a la vida y a la dignidad humana reconocidos en la Constitución, así como también ha atropellado la autonomía del Congreso para debatir cambios en las leyes.

Luego de la  muerte  de Ana Estrada ha quedado en evidencia que tras todo este tinglado existe una estrategia del progresismo homicida para meter de contrabando la eutanasia en el Perú.

En las redes sociales se han dado una serie de debates entre defensores de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, con Josefina Miró Quesada Gayoso, bautizada por el ingenio popular como el  “ángel de la  muerte”, por ser la abogada que defendió el caso de Ana Estrada. Está claro que su objetivo es que se instaure el derecho a la eutanasia en el Perú.

Lo cierto es que ante la sentencia que contradecía la ética médica, todos los médicos de ESSALUD se declararon objetores de conciencia.

Dice el “ángel de la  muerte” que un médico de la familia de Ana fue finalmente quien la mató.

El gran debate en redes se ha dado en torno al anonimato del médico. Más aún que el  “ángel de la muerte” Josefina Miro Quesada Gayoso ya está patrocinando otro caso similar pidiendo la muerte para María Benito.

La progresía mendaz y homicida ha cerrado filas en torno a ella y su negativa a debatir el tema y más aún a revelar el nombre del médico y el método como se mató a Ana Estrada.

La pregunta sigue planteada. ¿Quién mató a Ana Estrada?

 

1 comentario

  1. Mientras haya una lista de verdugos y no se obligue a nadie contra su conciencia y la ciencia médica, y mientras no se obligue a morir a quienes están sanos de cuerpo ni a personas que deben ser tuteladas y protegidas, no me pongo a que algunos pocos locos se quieran matar. Pero que el estado decida quien vive o quien muere, eso no puede ser. Ahora llamar ángel a ese demonio mortífero es blanquear y el lenguaje lo es todo. No caigamos en la trampa. Hay más bien que investigar de dónde vienen los dineros que financian a la homicida mediata.

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