Por Erus Símera
“Yo me equivoqué y pagué,
pero la pelota no se mancha”
Esta vez no fue un verso, ni un poeta. Fue la sacrosanta palabra del “D10S” del fútbol, la del finado Diego, la que recordaron…
Espumosas y enteradas de la decisión del TAS sobre el descenso de Alianza Lima, no quedó en las gargantas de los hinchas, cerveza que no remojara palabras y palabrotas sobre el tema, y el cantinero, preso de curiosidad por lo que dirían nuestros cantautores, se ofreció a llenar una tirolesa jarra de gres, a cambio de unos peloteros ovillejos.
LA MANCHADA
Por Pancracio de la Manuela
¿Para abajo, pero avanza?
¡Alianza!
¿Para arriba, pero ofende?
¡Asciende!
¿Dónde robar se confiesa?
¡En mesa!
Para el fútbol, deshonor,
la camiseta sopesa
ni gloria ni pundonor,
porque Alianza asciende en mesa.
¿Sin pecado en la derrota?
¡Pelota!
¿Qué otra cosa no se mancha?
¡La cancha!
Y ¿Qué hace que te inmoles?
¡Los goles!
Han perdido la vergüenza,
se han zurrado en los controles.
No se mancha, ¡Vaya ofensa!
pelota, cancha ni goles.
DICHO SEA
Por Telésforo Picón
¿A quién el corazón trinchas?
Los hinchas
¿Cómo blanquiazul sentir?
el sufrir
¿Cuándo sus triunfos añoran?
Adoran
Alianza Lima bajó,
sollozan, lloran e imploran.
En Suiza el TAS, los subió
Los hinchas, sufrir, adoran.
Alejandro ¿lo resiste?
¡Qué triste!
César ¿zurda avergonzada?
Jugada
Teófilo, ¿se ruboriza?
En Suiza
Ya manchados sus colores,
la gloria “grone” agoniza.
Dirá la historia, señores:
¡Qué triste jugada en Suiza!