Por Erus Símera
“… ¡Amado sea el que trabaja al día, al mes, a la hora,
el que suda de pena o de vergüenza,
aquel que va, por orden de sus manos, al cinema,
el que paga con lo que le falta…”
Telésforo leía este pasaje del “Traspié entre Dos Estrellas” de Vallejo,
pero algo lo detuvo, estaban en la mesa de al lado dos actores muy conocidos
con cara de haber venido a ahogar las penas y preguntó a Pancracio.
– ¿Cuándo vas al cinema compras canchita?
– No. Ni dulce ni salada, salvo que haya ido a ver una cultural película peruana.
– ¿Y eso por qué?
– Para descubrir que es lo más caro, si la cachita o el subsidio.
Rieron ambos; debieron haber estado recién por la primera o segunda
cerveza pues esta vez no hubo pelea ni discusión ni aspavientos ni agravios;
extrañamente estuvieron de acuerdo unas rondas más, pero solo hasta la quinta,
cuando por fin se oyó el bullir de sus acostumbrados sulfuros.
Retáronse entonces como los vates que son, a sustentar con ovillejos el
dilema sobre el subsidio en el cine planteado por Pancracio y escribieron como
sigue:
EL APRETÓN
Por Pancracio de la Manuela
¿Qué me evita el patatús?
¡La luz!
¿Infidente en la recámara?
¡Cámara!
Y ¿Qué le falta al sermón?
¡Acción!
Subsidio ideologizado
mereces el apretón
sensato es que hayas quedado
sin luz, cámara ni acción.
Y ¿POR QUÉ?
Por Telésforo el Estrecho
¿Por qué sin gracia se gasta?
¡Basta!
¿Quién auspicia con diablura?
¡Cultura!
Y ¿Qué es la cuerpa y la munda?
¡Inmunda!
Ni comunistas ni fachos.
Pido con calma profunda
no subsidien mamarrachos
basta de cultura inmunda.