Política

SAGASTI CONSOLIDA SU MEDIOCRIDAD

Por: Juan Luis Vásquez Budge
Cada día que pasa, Sagasti consolida su mediocridad. No es capaz de enfrentar a sus propios demonios y menos a los monstruos que lo rodean. Pretende demostrar que es un hombre decidido a quien nada perturba, pero vive asustado. La única decisión fuerte, y para colmo errada, que tomó, fue contra la policía la primera semana de su gestión, después, todo ha sido “floro”, poses, versos, amenazas, evasión, cinismo y cobardía.
En todas las entrevistas dice lo mismo, evade las preguntas repitiendo que está indignado, que cuando se calme pensará mejor, que ha consultado con psicólogos, etc. Nunca va directo al grano, nunca tiene una respuesta corta y precisa, se va por las nubes, que es donde más cómodo se siente.
No hay duda de que vive en un mundo paralelo y su realidad es otra. No entiende que no hay nada que consultar ni se necesita tiempo para pensar o tratar de entender por qué la gente actúa así. Acaso es nuevo en el barrio? ¿Tantos años buscando la mejor forma de desestabilizar opositores y adversarios políticos y no se ha dado cuenta de la calaña de gente que maneja nuestras instituciones? ¿Acaso no ha visto cómo se comportan los políticos desde que empezó esta pandemia? ¿Es tan iluso y soñador que nunca notó nada raro en el comportamiento de sus “colegas”? ¿Fue tan puro y noble que jamás sospechó de ellos ante las evidencias de los delitos cometidos? ¿Realmente le sorprende tanta miseria, sinvergüencería, hipocresía, egoísmo y cobardía de la gente que maneja este país? Yo no lo creo; solo veo a un sinvergüenza intolerante que siempre actúa para las tribunas. Trata de caer bien.
La respuesta es clara; estamos en manos de miserables que solo piensan en ellos, y a Sagasti no le da la gana de aceptarlo porque es parte de ese grupo. Antes de encontrarse con la presidencia su vida fue muy simple, siempre agazapado, empujando a los demás, conspirando, intentando ser políticamente correcto para pasar desapercibido y jamás arriesgar, y ahora no puede con la presión y menos con su incapacidad cuando se está al frente de las cosas. Pensó que viviría en un castillo medieval y terminó en una casa de gobierno rodeado de perversos como él.

2 Comentarios

  1. Demasiados adjetivos, en la lectura se aprecia un sentimiento personal, mi crítica es negativa para el artículo. La realidad que se vive tiene tantas preocupaciones que alimentar la animadversión con calificativos airados sólo contribuye a que el lector encuentre otra razón para quejarse de la vida y sus políticos.

  2. Le consulto a Juan Luis, usted lo haría mejor? Esta en capacidad de lanzar adjetivos de la magnitud que escribe, tiene exoeruencis de trabajo en el sector público? Tiene experiencia en política o de gobierno? ser periodista es otra cosa. Las críticas son buenas si por lo menos proponen una solución y lo más importante, como hacerlo.

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