
Por: Juan Carlos Eguren.
El país es como un barco estable, en medio de turbulencias leves, si fuéramos una republica europeo no estaría mal, pero no lo somos.
Con altos niveles de pobreza, desnutrición infantil, informalidad y grandes déficit de educación y salud, la estabilidad es solo la continuidad de la mediocridad extrema.
Si bien es cierto que pasamos la gran tormenta de la incapacidad y corrupción del gobierno de Pedro Castillo y pudimos conservar la macro economía y la democracia, estamos muy lejos de un escenario mínimamente óptimo.
El Perú se encuentra, sin rumbo claro, sin convicciones, sin metas y sin estrategia, estamos vegetando y sobreviviendo de la inercia de políticas pasadas, no hay nada nuevo por que ilusionarnos.
El piloto automático nos mantiene a flote, pero es absolutamente insuficiente, para re lanzarnos se requiere de un gran golpe de timón, que revolucione y tire al trasto la mediocridad por decir lo menos de las políticas públicas fallidas.
Con un diagnóstico que evidencia que el aparato público está podrido y el privado no muy lejos, no podemos seguir inertes.
Los pecados del pasado no pueden ser una condena perpetua del futuro, requerimos con urgencia reinventarnos, volver a creer que es posible y apostar por el futuro, con líneas definidas de transparencia, competitividad, eficiencia y promoción de la inversión privada. Los recursos tributarios que se generen deben orientarse preferentemente a educación, salud, seguridad, justicia e infraestructura.
Las fuentes de inversión deben provenir sin complejos de minería, agro exportación y turismo, tres sectores en los que somos competitivos en las ligas mayores.
Y por el lado público, hay mucha grasa burocrática que cortar, para tener un estado más ágil y eficiente, no requerimos ser un elefante, necesitamos ser un leopardo.
Ese es el problema pretender ser Europa. No se necesita la imbecilidad con que Bruselas somete a tantas naciones, un puñado de gentes no elegidas por el pueblo, dictan el comportamiento de naciones enteras, las crisis migratorias, y la islamización de Europa, con niveles altísimos de violencia sexual y física contra las mujeres Europeas, localidades completas donde la policía no ingresa y se aplica la sharia, no sabe usted lo que dice. Reinventar la política y economía peruanas o apostar por el distributismo a la peruana, eso es lo que debemos buscar. Salir de la dicotomía izquierda-derecha