Por: Juan Carlos Eguren
Todo hace prever que los congresistas, por diversas razones (principios, conveniencias, ideologías, cálculo electoral, etc.), no se pondrán de acuerdo y las opciones de adelanto de elecciones vía reforma constitucional no alcanzarán los 87 votos en las dos legislaturas que se requieren.
En el mejor de los casos, si se aprueba algún proyecto de adelanto de elecciones, sea al 2023 o 2024 con más de 66 votos podría someterse a referéndum, Dios sabe para cuando, pasaría a las calendas griegas. Esto daría lugar a tres posibles desenlaces:
1- La presidencia y el congreso se quedan hasta terminar su periodo constitucional y la calle radical se va de a pocos apagando (el sistema gana por cansancio del rival), pacto tácito entre el gobierno y el Congreso (nos quedamos todos).
2- La mayoría del pueblo que quiere el adelanto de elecciones se suma a la protesta de los radicales y exige la renuncia de Boluarte para dar paso al adelanto de elecciones y que se vayan todos.
3- Ante una nueva y recargada protesta, los poderes legislativo y ejecutivo se enfrentan y vacan a DB para dar paso a nuevas elecciones.
En cualquiera de los tres escenarios está descartada la opción de liberar y reponer en el cargo a Pedro Castillo, así como la convocatoria a una asamblea constituyente y es sumamente improbable que se consulte vía referéndum si se quiere o no una asamblea constituyente.
Incluso en el negado caso que se convoque a una asamblea constituyente, la composición de esta no tendría por qué ser diferente a la composición de todos los anteriores congresos. Es decir, con mayoría democrática de centro derecha y los comunistas volverían a perder, porque dos tercios del electorado los repudia.
Finalmente, hay que advertir que la justificación o pretexto para alargar al 2024 las elecciones era la necesidad (real) de hacer reformas al sistema político y electoral, hoy ya no es una razón valedera ya que no se alcanzarán los votos requeridos, la izquierda votará en contra porque su agenda en agudizar las contradicciones, es decir la crisis, la violencia y la pobreza.
