Por: Luciano Revoredo
En un hecho histórico para la movilidad limeña, el alcalde Rafael López Aliaga ha logrado concretar una de sus promesas de campaña: la llegada de trenes de la empresa ferroviaria californiana Caltrain. Esta donación, que incluye 90 coches de dos pisos y 19 locomotoras en óptimas condiciones, representa un paso gigante hacia la mejora del transporte público en la zona este de la capital. La donación incluye remolques, repuestos, manuales técnicos e inventario necesario para la operación de los trenes de dos pisos, que se encuentran en perfecto estado tras recibir mantenimiento especializado (overhaul).
La ruta Chosica-Lima y probablemente Callao, una de las más congestionadas de la ciudad, se verá beneficiada con este nuevo servicio ferroviario. Cientos de miles de pasajeros podrán trasladarse de manera más rápida, segura y cómoda, evitando las interminables horas de tráfico que caracterizan a esta zona.
Los beneficios de este proyecto trascienden el ámbito del transporte. Al reducir la congestión vehicular, se disminuirá la contaminación ambiental y se evitarán accidentes de tránsito. Además, se agilizará el transporte de carga, lo que tendrá un impacto positivo en la economía local.
Como era de esperarse las voces disonantes de los que no trabajan ni dejan trabajar, es decir del rojerío y la prensa mermelera, salieron a relucir para criticar el proyecto pese a los evidentes beneficios que traerá, una de las críticas es por el uso de trenes diésel. Sin embargo, esta afirmación pasa por alto varios puntos importantes.
En primer lugar que la ciudad ya cuenta con la infraestructura ferroviaria necesaria para operar estos trenes, lo que reduce significativamente los costos de instalación y puesta en marcha.
Por otro lado mientras se evalúan opciones a largo plazo, como la electrificación de la línea, los trenes diésel permitirán mejorar el servicio de transporte de manera inmediata.
Si bien los trenes diésel generan emisiones, su impacto ambiental es menor comparado con una flota de autobuses viejos como los que recorren esa ruta contaminando, generando caos y dando un pésimo servicio. Además, esta opción permite reducir drásticamente el número de vehículos particulares en la vía y evidentemente mejorar las condiciones de vida de miles de ciudadanos.
La llegada de estos trenes es solo el primer paso hacia una transformación del transporte público en Lima. El alcalde López Aliaga ha demostrado un compromiso firme con la mejora de la movilidad urbana, y proyectos como la autopista Ramiro Prialé y la Vía Expresa Sur que ha retomado tras décadas de abandono por incompetencia y corrupción, son una muestra de ello.
Figura como donación cuando locomotoras nuevas cuestan un millón de dólares cada una. En EEUU, dicen que le han visto la cara al alcalde y han logrado un acuerdo muy beneficioso para caltrain, no sabían donde poner su chatarra y han conseguido que alguien les pague por llevársela. ¿Y para cuando más o menos llegarán? Y una vez llegadas, ¿cuánto tiempo durarán? Ver para creer. Y eso que voté por él.
Bravo porky, te pasastes, mil millones de regalo a la ciudad de Lima, gracias a tu oportuna tramitación y ojo de aguila para las oportunidades.